La cirugía de Sugarbaker es un procedimiento desarrollado para el tratamiento de mesoteliomas peritoneal, o más conocidos como los tumores del apéndice. Esta cirugía, diseñada por el cirujano Paul Sugarbaker, está especializada para pacientes con enfermedades oncológicas avanzadas que han tenido afectación en el peritoneo, una membrana que recubre los órganos abdominales. Históricamente, estos pacientes enfrentaban un pronóstico sombrío, ya que no existían opciones de tratamiento eficaces para esta condición.
“Gracias a los avances en la citoreducción quirúrgica y las nuevas técnicas de quimioterapia, ahora podemos ofrecer tratamiento y esperanza a estos pacientes. La cirugía oncológica peritoneal es un procedimiento complejo que se desarrolla en tres etapas clave: la primera por medio de la citoreducción, donde se utilizan técnicas quirúrgicas especializadas y se retira toda la enfermedad maligna visible. Posteriormente, se realiza la quimioterapia intraperitoneal caliente (HIPEC) en donde se introduce una solución de medicamentos de quimioterapia calentada a 42 grados centígrados directamente en el abdomen», comentó Germán Jiménez, cirujano general, especialista en cirugía oncológica peritoneal de la Clínica Universitaria Colombia, institución de la red de Clínicas Colsanitas.
Este proceso busca eliminar tanto la enfermedad visible como las células malignas microscópicas y finalmente se realiza el postoperatorio multidisciplinario y en este, un equipo de profesionales monitorea y apoya al paciente durante el periodo postoperatorio para asegurar una recuperación óptima”, agregó.
El grupo de cirugía oncológica peritoneal de Clínica Colsanitas está especializado en recibir pacientes de diversas áreas, incluyendo servicios de oncología, quimio-oncología y tumores gastrointestinales. Estos pacientes son evaluados clínicamente, con estudios imagenológicos y análisis de marcadores tumorales y, aquellos que se identifican como candidatos potenciales, son presentados en una junta multidisciplinaria que incluye oncólogos clínicos, cirujanos, trabajadores sociales, psicooncólogos, y especialistas en soporte metabólico y nutricional, entre otros. Esta colaboración integral asegura una evaluación completa y la identificación de los mejores candidatos para el procedimiento.
El procedimiento tiene todos los tintes sobre el cuidado físico y mental de los pacientes, la operación suele tener una duración aproximada de ocho a nueve horas y cuenta con la participación de un equipo amplio y multidisciplinario que incluye anestesiólogos, cirujanos, enfermeras, instrumentadoras, farmacéuticos y especialistas en cuidados intensivos, entre otros.
“El objetivo de este avanzado tratamiento es ofrecer a los pacientes una oportunidad de vida que antes no existía ya que, en Colombia, los pacientes debían ser tratados como pacientes paliativos pues no existía ninguna alternativa de mejora. Ahora podemos ofrecer esperanza y mejorar significativamente el pronóstico a largo plazo. La satisfacción de poder brindar esta esperanza y ver la mejoría en nuestros pacientes es, sin duda, una de las mayores recompensas de nuestro trabajo”, concluyó Jiménez.
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