Por Guillermo Romero Salamanca

“Les pido, por favor, que abandonen el camino de la violencia, que siempre es perdedora, que es una derrota para todos. Recordemos que la violencia genera violencia”, dijo el Papa Francisco después de rezar el Ángelus, ante los fieles y peregrinos que se dieron cita en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, recordando que la semana pasada se han realizado varios atentados, en Noruega, Afganistán e Inglaterra, que han dejado muchos muertos y heridos. Ante estos hechos, el Pontífice expresó su cercanía a las familias de las víctimas.

Un millón de niños rezan el Rosario

Asimismo, el Santo Padre señaló que hoy la Fundación «Ayuda a la Iglesia Necesitada» invita a parroquias, colegios y familias a participar en la iniciativa: «Por la unidad y la paz, un millón de niños rezan el Rosario». Por ello, el Papa dijo que anima esta campaña de oración, que este año se encomienda de manera especial a la intercesión de San José y agradeció a todos los niños y niñas que participan en esta iniciativa.

Beatificación de Juan Elías Medina y compañeros mártires

El Papa Francisco también recordó que, ayer, en Córdoba, España, fueron beatificados el sacerdote Juan Elías Medina y 126 compañeros mártires: sacerdotes, religiosas, seminaristas y laicos, asesinados por odio a la fe durante la violenta persecución religiosa de los años 30 en España. “Que su fidelidad – precisó el Papa – nos dé a todos, especialmente a los cristianos perseguidos en distintas partes del mundo, la fuerza para dar un testimonio valiente del Evangelio”.

Saludo a romanos y peregrinos de varios países

Antes de concluir, el Santo Padre expresó sus saludos a romanos y peregrinos de varios países. En particular, el Papa saludó a las Hermanas «Medee» que celebran su Capítulo General, a la Confederación de los Caballeros Pobres de San Bernardo de Claraval, a los empresarios africanos reunidos en su encuentro internacional, a los fieles de Este, Cavallino y Ca’ Vio (Venecia), y a los jóvenes confirmandos de Galzignano. El Pontífice además impartió su bendición a la «Peregrinación Ecuménica por la Justicia Ecológica», formada por cristianos de diferentes confesiones, que partieron de Polonia hacia Escocia para asistir a la cumbre del clima COP26. Al final, el Papa Francisco se despidió con su acostumbrado saludo, deseando a todos un buen domingo y pidiendo por favor, que no se olviden de rezar por él. A todos les deseó un “Buen almuerzo y hasta la vista”.

Peregrinos en la Plaza de San Pedro.

LA REFLEXIÓN DEL DOMINGO

El Evangelio de la liturgia de hoy dice que dos discípulos, Santiago y Juan, le piden al Señor que se siente a su lado un día en gloria, como si fueran «primeros ministros», algo así. Pero los otros discípulos los escuchan y se indignan. En este punto Jesús, con paciencia, les ofrece una gran enseñanza: la verdadera gloria no se obtiene elevándose por encima de los demás, sino viviendo el mismo bautismo que pronto recibirá en Jerusalén, es decir, la cruz. ¿Qué significa esto? La palabra «bautismo» significa «inmersión»: con su Pasión, Jesús se sumergió en la muerte, ofreciendo su vida para salvarnos. Su gloria, la gloria de Dios, es por tanto amor que se convierte en servicio, no poder que aspira a dominar. No poder que aspira a la dominación, ¡no! Es el amor el que se convierte en servicio. Por tanto, Jesús concluye diciendo a los suyos y también a nosotros. Para llegar a ser grande, tendrá que seguir el camino del servicio, para servir a los demás.

Nos enfrentamos a dos lógicas distintas: los discípulos quieren emerger y Jesús quiere sumergirse. Detengámonos en estos dos verbos. El primero es emerger. Expresa esa mentalidad mundana por la que siempre estamos tentados: vivir todas las cosas, incluso las relaciones, alimentar nuestra ambición, subir los peldaños del éxito, llegar a lugares importantes. La búsqueda de prestigio personal puede convertirse en una enfermedad del espíritu, incluso disfrazándose de buenas intenciones; por ejemplo, cuando, detrás del bien que hacemos y predicamos, en realidad estamos buscándonos sólo a nosotros mismos y a nuestra afirmación, es decir, avanzamos, trepamos… Y eso lo vemos también en la Iglesia. Cuántas veces, los cristianos, que deberíamos ser los sirvientes, tratamos de trepar, de avanzar. Por lo tanto, siempre debemos verificar las verdaderas intenciones del corazón, preguntarnos: “¿Por qué estoy llevando a cabo este trabajo, esta responsabilidad? ¿Ofrecer un servicio o hacerse notar, elogiar y felicitar?”. A esta lógica mundana, Jesús contrasta la suya: en lugar de elevarse por encima de los demás, desciende del pedestal para servirlos; en lugar de emerger por encima de los demás, sumérjase en la vida de los demás. Veía en el programa “A su imagen” que Cáritas sirve para que a nadie le falte la comida: preocupándose por el hambre de los demás, preocupándose por las necesidades de los demás. Hay muchas, muchas personas necesitadas hoy y más después de la pandemia. Mire e inclínese en el servicio, y no intente escalar para su propia gloria.

Aquí está el segundo verbo: sumergirse. Jesús nos pide que nos sumerjamos. ¿Y cómo bucear? Con compasión, en la vida de aquellos que conocemos. Allí [en ese servicio de Caritas] estábamos viendo el hambre: y nosotros, ¿pensamos con compasión en el hambre de tanta gente? Cuando estamos frente a la comida, que es una gracia de Dios y que podemos comer, hay muchas personas que trabajan y no pueden comer lo suficiente durante todo el mes. ¿Pensamos en esto? Sumérjase en la compasión, tenga compasión. No es una enciclopedia de datos: hay muchos hambrientos … ¡No! Ellos son personas. ¿Y tengo compasión por la gente? Compasión por la vida de quienes nos encontramos, como hizo Jesús conmigo, contigo, con todos nosotros, se acercó con compasión.

Miramos al Señor crucificado, profundamente inmerso en nuestra historia herida, y descubrimos el modo de actuar de Dios, vemos que no se quedó allá arriba en los cielos, mirándonos, sino que se bajó para lavarnos los pies. Dios es amor y el amor es humilde, no sube, sino que desciende abajo, como la lluvia que cae sobre la tierra y da vida. Pero, ¿cómo ir en la misma dirección que Jesús, para pasar de la emergencia a la inmersión, de la mentalidad del prestigio, la mundana, a la del servicio, la cristiana? Requiere compromiso, pero no es suficiente. No solo es difícil, sino imposible, pero tenemos una fuerza dentro de nosotros que nos ayuda. Es el del Bautismo, de esa inmersión en Jesús que todos hemos recibido por gracia y que nos dirige, nos empuja a seguirlo, no a buscar nuestro propio interés sino a ponernos al servicio. Es una gracia, es un fuego que el Espíritu ha encendido en nosotros y que debe ser alimentado. Hoy le pedimos al Espíritu Santo que renueve en nosotros la gracia del Bautismo, la inmersión en Jesús, en su forma de ser, para ser más servidores, para ser servidores como Él lo fue con nosotros.

Y recemos a la Virgen: aunque es la más grande, no trató de salir, pero fue la humilde sierva del Señor, y está completamente inmersa en nuestro servicio, para ayudarnos a encontrarnos con Jesús.

Seminario de Tunja celebrará 140 años de existencia

El Seminario Conciliar de Tunja, en el departamento de Boyacá, se prepara para celebrar sus 140 años de formación de sacerdotes en Colombia.

La institución comenzó a funcionar el 31 de octubre de 1881.

“Desde aquel entonces, una enorme cantidad de jóvenes se han acercado a este claustro respondiendo a la llamada que Dios les ha hecho. Allí el Señor se ha mostrado rico en misericordia suscitando vocaciones y la generosidad de aquellos que han sostenido esta casa de formación con su oración y apoyo material”, dijeron las directivas en un comunicado.

El seminario colombiano celebrará su aniversario con una Santa Misa a las 11:00 a.m. el jueves 28 de octubre. Ese mismo día comenzará una “Gran Donatón”, apelando a la solidaridad para el sostenimiento del seminario.

“El aniversario de la fundación del Seminario Conciliar de Tunja es una oportunidad para dar gracias al Señor por los beneficios recibidos, pero también es ocasión para ser conscientes de la situación actual de su infraestructura”, manifestaron.

Antes de la Pandemia el Seminario realizaba año tras año actividades para su sostenimiento, sin embargo, por las circunstancias actuales no se han podido llevar a cabo.

Radio María celebró 25 años de presencia en Colombia

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El sacerdote Germán Acosta, director de Radio María.

Una Emisora que acompaña durante las 24 horas; con espacios que promueven la solidaridad, la formación en la fe, la oración y por supuesto la evangelización.

Radio María está presente en 82 países del mundo y en Colombia desde su nacimiento en el año 1996, en 8 departamentos, con frecuencias propias en Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Manizales, Turbo, Urrao y Aguachica. También, se enlaza con las todas emisoras comunitarias del país.

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