Por Claudio Ochoa

Los médicos, el personal de salud en general, funcionarios del Hospital Erasmo Meoz, la ciudadanía en general del Norte de Santander, viven un diario temeroso, desprotegido, acosado, a causa del déficit de apoyo desde los gobiernos nacional, municipal y departamental,  sus deficientes congresistas,  organismos internacionales, etc. con muchos inmigrantes que  ya son de alto riesgo, en concreto los que están delinquiendo, no intentan trabajar, no hacer aportes y sólo vivir del pedir, exigir y pedir más, junto a sus miles de enfermos y  abanico de pacientes hospitalarios.

Además de las cifras récord por la pandemia…

El Gobierno Central sigue sin atender esta región que está súper caliente en materia de inseguridades. Para acabar de empeorar y como es vicio de las Cortes, la Constitucional determinó proteger los derechos a la salud y la vida de los migrantes irregulares, sin antes consultar las capacidades económicas y médicas, que desde hace rato están por el piso. El presidente Duque, con su “política fraterna” (también sin consultar capacidades) ordenó al Hospital Erasmo Meoz que atendiera a enfermos del otro lado. Vino nueva orden, dar la nacionalidad a 24 mil hijos de venezolanos nacidos en Colombia, y siguió el desorden, acaban de “notar” que se han colado miles y miles, de manera sencilla, con dos testigos, falsos o reales, para conseguir la ciudadanía.

Hace un año seis de cada diez nacidos en el Meoz eran hijos de venezolanos. ¿En cuánto iremos ahora?

De los gobiernos departamental y municipal de Cúcuta, ni hablar, no han estado a la altura de las urgencias. Por demás maniatados, sin la destinación debida para los dineros, urgidos desde los organismos internacionales con el humanitarismo a costa de terceros. Desde Bogotá más interesados en evitar críticas, igualmente a costa de esta región y su gente. Los congresistas del Departamento casi cero, salvo uno de ellos, que tiene como “cuota” el Erasmo Meoz, en compañía de un ex alcalde que paga casa por cárcel.

Debe ser prioridad nacional, incluso internacional, poner orden y frenar la que es una auténtica invasión, la de inmigrantes, porque esto unido al virus chino y la incontrolada e incontrolable violencia, están comenzando a arrodillar al país, ya vienen, ya pasaron por Cúcuta y el Norte de Santander. El propio Duque reconoció no hace mucho que estos migrantes nos están costando más del billón de pesos al año (y la seguridad nacional, ¿qué?), frente a una “cooperación internacional, que ha sido bastante vocal, ha aportado una parte bastante pequeña con relación al aporte que hace Colombia”, dijo lánguidamente. Sí, demasiado tolerante este Gobierno.

No sabemos qué más está esperando el gobierno centralista. El Instituto Nacional de Salud encontró hace poco que la positividad del virus en el Norte “es de 27,03%, mientras el nacional es de 19,68%, la mortalidad en el departamento en 21,71 %, Cúcuta 34,45 % y país 9,19%”. Que en el total de médicos fallecidos del país (50 al corte del 15 de diciembre) Cúcuta ha aportado 16, es decir 30% del total de los médicos asesinados por la pandemia. En la ciudad solo disponen de 5 médicos intensivistas (lo más adecuado en este caos), según reveló el vocero de la Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidados Intensivos, médico Arturo Arias.

Los médicos, ¿qué?, unos “héroes”, según el contentillo que les da el Gobierno, a coro con los políticos y algunos comunicadores. Todos tan dichosos con estos “héroes”, pero ya están cansándose de tanta burla.

Este 20 de diciembre el Departamento reveló las cifras: 43 muertos por el virus y más de 450 casos en un solo día, superando ya a los 36 mil infectados, de los cuales casi 400 casos en aislamiento supervisado en casa. Van más de 1.740 fallecidos, el 4,3 % del total nacional, en un departamento con el 2.8 % de la población del país. Las camas UCI tienen una ocupación del 98 %.

Lo único disponible en el N. de S. para atender el virus es el Meoz, que ya está a tope, y sin plata y con los médicos agotados, y sin suministros, y sin los $ 85.000 millones que el Gobierno adeuda a la red pública de salud departamental, de los cuales $ 62.000 del Erasmo Meoz, como reveló la semana pasada el funcionario de este Hospital, Carlos Martín Rojas. Este frentero responsabilizó al Gobierno del colapso en el Meoz, diciendo que “uno no puede repartir mercados si en casa estamos aguantando hambre”.

Como los médicos son quienes más padecen en el actual desbarajuste, uno de ellos, el vocero de los especialistas en medicina crítica, doctor Arturo Arias, sigue insistiendo en que el presidente los atienda. Aquí no valen voceros de gobiernos, ni departamental, ni local, ni congresistas, mucho menos. La propuesta de Arias ha recibido amplio respaldo de sus colegas, a la vez hacen un llamado para que sea tapada cuanta trocha hay, con mano inflexible del Ejército Nacional. Es voz popular que con $ 100 mil en la mano cualquiera puede pasar por estas coladeras.

Durante reciente diálogo con nuestros médicos, el director de Nocturna RCN, Julián Parra, dejó rodando la idea de conformar una Junta Cívica que se apersone de estas dolencias, que más parecen urgencias, inmigrantes más virus chino, parte del sismo departamental, sin ignorar las violencias de todo género y la intromisión de intereses extranjeros con fines de dominación, con escala allí, vía Colombia.

Es hora de que los colombianos nos rebelemos frente a los “humanitarios” externos, promotores de la migración hacia el país. Pedirles cuentas, porque estamos favoreciendo su imagen, sus corbatas internacionales y su aviso publicitario, sufriendo daños irreparables, con el caos y la pobreza en permanente alza, sin que se vea un verdadero compromiso de ellos, mientras permanecen en sus cómodas oficinas en Europa, en Estados Unidos, donde sea.

¿Qué esperan, nortesantandereanos?, ¿acaso les quedan grandes los pantalones?

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