Por Hernán Alejandro Olano García

Los artistas que apoyaron una campaña electoral han revirado en sus redes y tablados acerca de la indiferencia gubernamental al sector. Generalmente, en esos listados, se encuentran personajes de la farándula y la pseudo intelectualidad, que ve con otros ojos a quienes se dedican a las letras, a la historia y a las artes desde el ejercicio mismo de sus profesiones.

Tal es el caso de Leonardo Yothuel Díaz Güecha y Ciro Alfonso Pérez, investigadores nortesantandereanos, quienes, a través de un estudio detallado y dinámico, han querido realizar un recorrido por las casas coloniales en torno al parque La Victoria de San José de Cúcuta.

Don Ciro es escritor y docente universitario y el doctor Leonardo, es docente en educación superior y académico de la nortesantandereana de historia y de la Patriótica Nacional Antonio Nariño.

Cada uno de los autores, incluye en su obra sendos poemas dedicado a su ciudad de pájaros y vientos, hábitat natural de amasijos tradicionales y de un río que fluye silencioso entre sueños de luz y eternidad, por el que circulan personas de piel tallada por el sol, en ese Portón de la Frontera.

Cúcuta, con su Cerro Tasajero y árboles que bajo su peso guardan la sombra de los seres y de las cosas, guarda silenciosa la historia de una ciudad pujante, donde permanentemente, un concierto de loros despide la algarabía del día.

Como frontera viva de América, es una metrópoli regional que entre sombras oculta su presencia a los fieros zarpazos del tiempo y, particularmente, hace invisible la majestuosidad de las casas coloniales en torno al parque La Victoria de San José: La de los Cote, la del diario La Frontera, la de don Rudesindo Soto, el Colegio San Juan de la Cruz, la escuela Normal Superior María Auxiliadora, el Hotel Internacional y, la Casa de los Gremios Unidos – Sociedad de Artesanos de Cúcuta, todas las cuales hoy son ocupadas como sedes de la Universidad Simón Bolívar, sede Cúcuta, ciudad del calor sofocante, del sol, de las brisas del Pamplonita y del encuentro de naciones.

Esas mansiones y refugios de la educación, según el prologuista Fernando Chelle, nos sumerge en las aguas vivas de la investigación histórica de los autores, oriundos de la misma ciudad pionera del comercio y la industria del cacao.

Hacen ausencias, igualmente, de las construcciones que “en nombre del progreso”, ya no hacen parte del patrimonio cultural de la ciudad: el Edificio de la aduana, el Mercado de la Estrella, el Teatro Guzmán Berti, el Teatro Santander, la Quinta Ascensión y, la Estación Cúcuta, que eran parte del sentido de identidad y pertenencia local y, que hoy, con su investigación, buscan que nuevamente se fomenten los valores y el aprecio hacia el patrimonio legado por sus antepasados, como herencia fundamental para seguir, desde el presente, la construcción del futuro.

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