Por Gabriel Ortiz
Ni el presidente, ni su Cabrerizo pastor, resistieron las ansias de poder para intimidar a la prensa y a los medios de comunicación de Colombia.
La brida que los guía, los desorienta durante los ataques de cólera que sufren y atropellan en épocas frenéticas.
El cismático pastor, escapó a su credo para lanzar amenazas contra los periodistas y sus medios, a quienes calificó como “arrodillados”, ante quienes critican los múltiples cinismos, errores y atropellos del gobierno Petro.
El amo y su pastor, desconocen el respeto que debe tener el gobierno por una sociedad conformada por el pueblo, las mayorías y minorías que son libres e iguales ante la ley, porque quieren habitar en una nación sin pobres ni excluidos.
Ni el uno, ni el otro, dudaron en amenazar al periodismo y a los periodistas con arrebatarles las frecuencias electromagnéticas, porque según ellos son de propiedad del gobierno.
El delirio que siempre los maneja, no les permitió ahondar en cuál es esa propiedad. Esas frecuencias son un “bien público bajo la gestión del Estado”. Y el Estado no es Petro, ni su ahora pastor y consultor.
El presidente puede abusar usurpando los medios de radio y televisión para alocuciones y consejos de ministros, pero de ahí a amenazar con quitarles su derecho a las frecuencias, hay mucho trecho. Esas licencias las obtuvieron Caracol, RCN y demás empresas periodísticas, mediante licitaciones públicas, con libertad de proponentes.
Claro está que en un sistema, como el que se está buscando implantar en la frontera con Venezuela, con guerrilla propia, “cartel de los soles” manejando el narcotráfico, sin Constitución y con ausencia de libertades, elecciones al gusto del tirano y demás hegemonías, todo lo determinará el dictador, como hoy lo hace Maduro.
Valiente y frentero el rechazo que hizo el Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB), a las pretensiones de Petro contra los medios de Comunicación, periodistas y columnistas que ejercen su labor crítica y de control al ilimitado poder. El Círculo con prestigio recuperado y los principios que le legaron sus fundadores, expresa su profunda preocupación, ante una censura y persecución.
El CPB le dice a Petro: “El periodismo es un pilar esencial de toda democracia. Su función no es agradar al poder, sino vigilarlo, cuestionarlo y poner en evidencia sus contradicciones cuando sea necesario, en nombre del derecho de la ciudadanía a estar informada”.
Le reitera “su disposición al diálogo abierto y respetuoso, pero también nuestra determinación de no ceder ante presiones ni discursos”.
El CPB lo conmina a abstenerse de la utilización de sistemas de desinformación y narrativas que presentan a la prensa como enemiga del pueblo o aliada de intereses oscuros, para justificar así censura, persecución y violencia contra la prensa.
Solo hay que esperar que el presidente y su pastor palaciego, frenen sus ímpetus contra la prensa, los medios y los columnistas.
BLANCO: Queda demostrado que somos un país con separación de poderes, en el que se aplica la justicia. Cuídense de “decretazos” y elecciones prefabricadas.
NEGRO: El hambre es nueva arma mortal de las guerras, que hoy se usa en las múltiples regiones colombianas en poder de las guerrillas. El Chocó es uno de estos terrenos minados sin defensa.
También puede leer:
En 2024, los 265 centros comerciales colombianos reportaron más de 1.050 millones de visitas. Estas cifras de ACECOLOMBIA…
Bajo la premisa de que el café es mucho más que una bebida, que representa…
Por Gabriel Ortiz Ya nadie sabe cómo ha desaparecido el presupuesto de la salud en…
Colombia enfrenta una alerta en salud pública: el cáncer de mama —el tipo de cáncer…
il forno, marca 100% colombiana y familiar que se ha consolidado como la cadena más…
Por Gloria Vallejo - Miembro del Grupo Los Periodist@s El anuncio de que María Corina…