Por Guillermo Romero Salamanca
Eran dos niños, jugaron en el barrio y un día crecieron. Cuando el músico, cantante y compositor Roberto Carlos regresó en 1964 a esas calles que tantos recuerdos le traían, encontró a su gran amiga, Cleonice Rossi Martinelli, hecha ya una mujer. Siempre la quiso, soñaba con sus ojos y su sonrisa. Quiso hablarle de su gran cariño y de su amor por ella, pero, antes de soltar una palabra, la bella joven le contó que estaba enamorada de un amigo de los dos.
Roberto salió triste de la reunión. Poco tiempo después conoció la noticia del matrimonio de su gran Cleonice y entonces sacó su guitarra, un cuaderno, su lápiz y escribió “La enamorada de un amigo mío”. Luego la canción se convirtió en un gran éxito, no sólo en Brasil, sino en buena parte del mundo hispanoamericano. Leo Dan la grabó en Argentina y nuestro Nelson Pinedo lo hizo también con arreglos muy tropicales.
Tres portentosos artistas hicieron esas primeras versiones que fueron grandes éxitos. En 1968 Roberto encontró a Cleonice, conversaron y ella le preguntó quién era la afortunada de esa letra y él no tuvo más remedio que contarle la verdad. Entonces nació un profundo amor. Ella ya tenía, incluso una hija. Hablaron con el esposo. Él entendió la situación. En esos años no era fácil un divorcio en Brasil, entonces viajaron hasta Bolivia donde se casaron.
La nueva pareja tuvo dos hijos más y el fervor musical de Roberto seguía creciendo día a día en el mundo. El matrimonio duró doce años y un cáncer acabó con la vida de la inolvidable Cleonice.
De todas formas, la canción seguía en aumento en esa década de los setenta y traspasó las fronteras y el barranquillero Nelson Pineda, al grabarla con arreglos del Alfredito Linares y la Sonora MAG, luego otro otra con la Sonora Veracruz, en ritmo de guaracha rock y
En este 2025, el maestro Jorge Eliécer Ramírez, con gran oído absoluto, determinó hacer una nueva versión con Alquimia, con las voces de Pachito Echavarría, Paola Orduz y Darwin Lozano.
Alquimia, próxima a cumplir 30 años en tarima y en escenarios universales—cuando con más de 10 producciones, discos de oro y platino y honores con Latin Grammy, Premio Lo Nuestro y Festival de Orquestas de Barranquilla.
Jorge Eliécer Ramírez, el músico que no para de leer notas
Comienza la etapa final de año y con ella llegan las fiestas. Desde hace más de 40 años, Jorge Ramírez ha estado presente como músico, compositor, productor, grabador y director de orquestas.
Todo comenzó con un acordeón.
En su familia no había músicos, sin embargo, cuando comenzó a mostrar sus cualidades, su padre le dijo que no se ilusionara con el pentagrama porque “eso no tiene futuro”.
Sin embargo, su progenitora le regaló un acordeón y él, entonces comenzó a tocar todas las canciones Nelson Henríquez que escuchaba en la radio.
Jorge Eliécer Ramírez Carrero nació en Sardinata, Norte de Santander.
Estudió secundaria en el colegio departamental y luego en la vocacional de Gramalote hizo parte de un grupo musical con compañeros de estudio.
En 1975 viajó a Cúcuta e ingresó al Conservatorio donde alternaba tocando piano en la Orquesta Los Dodgers.
“A los 16 años cumplidos partí de Cúcuta a El Vigía, estado Mérida, Venezuela, para vincularme con la agrupación Los Palmer’s. Tres años después recibió la llamada de Nelson Henríquez desde Maracaibo para integrar su agrupación y con quien hice giras por Estados Unidos”, contó en la entrevista para La Opinión.
En 1981 conformó el ‘Grupo Clase’ junto con su hermano, el compositor, Sady Ramírez.
Con Pastor López permaneció cuatro años. Grabamos los éxitos: ‘Golpe con golpe’, ‘El hijo ausente’, ‘Sorbito Champagne’, ‘Pecadora’, entre otros. Fue la mejor época”.
Nuevamente retorna a Cúcuta para darle otro soplo de vida al Grupo Clase.
Además de sus presentaciones, Jorge comenzó a trabajar con las disqueras como productor y su hermano Sady, como cantante, corista y compositor.
Hicieron parte de TH Rodven, donde grabaron con figuras como Frankie Ruiz, Eddy Santiago, Oscar de León, Tommy Olivencia, Lalo Rodríguez, entre otros.
Su paso a Bogotá le abrió nuevas puertas y otra visión musical. En la década de los 90 conformó la empresa de producción artística Clase A & R de donde nacieron artistas como Iván y sus Bam Band, Charlie Zaa, Alquimia, Checo Acosta, Big Band Show, Jimmy de León, Vallenet y Jimmy Rey.
En mayo de 1996 lanzó al mercado mundial Alquimia la Sonora del XXI, proyecto musical basado, inicialmente, en las obras magistrales de la considerada decana de las orquestas: la Sonora Matancera. Una producción con un concepto moderno, vistoso y excelente sonido.
Al poco tiempo de estar sonando, Alquimia rompió récords en el mercado latinoamericano en cuanto a conciertos y ventas discográficas, con millones de copias vendidas en el mundo, recibiendo discos de oro y platino en Colombia, México, Perú, Venezuela, Estados Unidos y Puerto Rico.
Ahora con el tema “La enamorada de un amigo mío” retorna a la bandera de los éxitos y las presentaciones están al orden del día.
“Será un fin de año con más de 50 presentaciones y lo que viene para el año entrante comenzará con fiestas en el Eje Cafetero, Medellín hasta llegar a los Carnavales de Barranquilla”, dice.
Los éxitos siguen y seguirán para Jorge Ramírez, “porque la música es como el mundo que no para de girar”.
Y más cuando está en manos de un genio.
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