Por Eduardo Frontado Sánchez
A menudo, los seres humanos tendemos a pensar que el hecho de tener una condición física particular o utilizar un medio de transporte diferente nos limita en la búsqueda de oportunidades laborales. Sin embargo, la verdadera inclusión empieza con nosotros mismos. Comprender que nuestra condición o cómo nos movemos no define nuestras oportunidades en la vida es clave para alcanzar el éxito.
El éxito no se trata de nunca recibir un «no» por respuesta, sino de cómo reaccionamos ante ese rechazo. En lugar de verlo como una limitación, deberíamos tomarlo como un estímulo para seguir adelante y luchar con más fuerza por lo que deseamos. Las cualidades únicas que cada uno posee no deberían ser vistas como obstáculos, sino como un privilegio que puede convertirse en una ventaja, siempre que tengamos la actitud adecuada para enfrentar las adversidades.
Al enfrentarnos a un proceso de selección laboral, es esencial recordar que las empresas no deben enfocarse solo en las condiciones físicas del candidato. Lo importante es descubrir las capacidades intrínsecas de la persona, esas habilidades y talentos que pueden aportar al equipo y beneficiar a la empresa. Las capacidades de un individuo no se definen por cómo camina o su estilo de trabajo, sino por lo que puede contribuir al conjunto.
Las empresas, por su parte, deben asegurarse de que su infraestructura esté adaptada no solo físicamente, sino también en cuanto a las herramientas y procesos que permitan una integración efectiva y rápida de personas con cualidades distintas. Contar con empleados con características únicas trae numerosos beneficios: sensibiliza al equipo, permite descubrir talentos inesperados, y fomenta la cohesión dentro de la organización.
En la era actual, donde la humanización de las redes cobra mayor relevancia, es importante que las empresas no solo se enfoquen en los beneficios que pueden ofrecer, sino en cómo pueden hacer que su capital humano sea más valioso. La inclusión laboral no se trata simplemente de cumplir con un mandato legal; significa integrar activamente a la persona, dándole un rol significativo dentro del equipo de trabajo.
Al final del día, lo que nos une como sociedad no son nuestras similitudes, sino nuestras diferencias. Y es en esa diversidad donde encontramos nuestro verdadero poder como equipo y como seres humanos.
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