En Colombia, hablar inglés se ha convertido en un factor determinante para acceder a mejores oportunidades académicas y laborales. Sin embargo, las cifras revelan una brecha preocupante, menos del 10 % de la población domina el idioma y solo el 5,6 % de los trabajadores puede sostener una conversación fluida, mientras que una de cada cuatro ofertas laborales exige contar con un perfil bilingüe certificado.
El contraste entre la demanda del mercado y el bajo dominio del idioma plantea un desafío estructural. Un estudio de Anif y Porvenir señala que quienes hablan inglés con fluidez pueden llegar a ganar hasta 30 % más que quienes no lo dominan y tienen 24,5 % más probabilidades de acceder a empleos mejor remunerados. La competencia global y las crecientes dinámicas de internacionalización están haciendo del inglés un requisito casi indispensable.
El impacto trasciende el mercado laboral y alcanza también al ámbito educativo. Según datos del ICFES, cerca del 50 % de los estudiantes colombianos obtuvieron el nivel más bajo en pruebas de inglés en 2023, mientras que solo un 2,1 % alcanzó niveles avanzados. Esta realidad limita el acceso a becas, intercambios y programas académicos internacionales, reduciendo las posibilidades de movilidad para miles de jóvenes. En este escenario, contar con certificaciones internacionales reconocidas como el iTEP Academic Plus se vuelve crucial para acceder a becas, programas de movilidad e intercambios académicos.
“Colombia enfrenta un desafío histórico en materia de bilingüismo. La baja competencia en inglés restringe el acceso de nuestros estudiantes a programas internacionales y oportunidades de crecimiento académico”, explica Andrés Felipe Barrero Pinzón, coordinador del Centro de Lenguas de la Universidad El Bosque.
En este contexto, contar con una certificación internacional del nivel de inglés se convierte en una herramienta clave para abrir puertas académicas y profesionales. Estas certificaciones, reconocidas globalmente, permiten a los estudiantes y profesionales demostrar sus competencias de forma estandarizada y competir en igualdad de condiciones en escenarios internacionales.
“El dominio de una segunda lengua amplía horizontes. Cada vez más universidades y empresas exigen pruebas objetivas que validen las competencias, y eso pone a nuestros estudiantes en el centro de la conversación global”, añade Barrero Pinzón.
La necesidad de fortalecer el bilingüismo en Colombia es urgente. Con un mercado laboral que valora el inglés como ventaja competitiva, y un sistema educativo que aún enfrenta brechas significativas, promover la certificación de competencias no es un tema institucional: es un imperativo de desarrollo.
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