Dieta equilibrada y deporte a diario: este es el ABC de la salud infantil, pero ¿cómo se consigue una dieta equilibrada? Te damos las claves para reconducir tu salud y la de tu familia, empezando por la comida de los pequeños.

Por Marta Peñalver-Revista Misión

La importancia de inculcar una buena rutina nutricional en los niños se está convirtiendo, dicen los expertos, en una emergencia nacional. Paola Zarco, nutricionista de la empresa de alimentación infantil Aramark, explica a Misión que “según la Organización Mundial de la Salud, la obesidad y el sobrepeso han alcanzado caracteres de epidemia mundial, y de los diez factores de riesgo identificados para el desarrollo de enfermedades crónicas, cinco están estrechamente relacionados con la alimentación”. Según Zarco, “muchos escolares adoptan unas pautas de alimentación guiados más por criterios consumistas y publicitarios que por criterios de salud”.

Si en tu casa el deporte brilla por su ausencia y la pirámide nutricional no significa nada, toma nota. De mano de Aramark, te damos claves para reconducir tu alimentación y la de los tuyos:

Sé un buen ejemplo. Come sano y haz deporte: los padres son el espejo en el que se miran sus hijos.

Deja que el niño participe activamente. Por ejemplo, en la elaboración de algún plato, del menú, o en la compra de algún alimento, para así incentivar su interés.

Intenta respetar los horarios. Haced las comidas y cenas sentados del inicio al final. Así tu hijo no creerá que tiene todo el día para comer.

Procura que la comida sea un momento tranquilo. Sin televisión, ordenadores o móviles y, a ser posible, en familia.

Controla la cantidad de comida. Empieza siempre poniendo raciones pequeñas. Es preferible que se acostumbren a repetir a que dejen comida en el plato.

Olvida ciertos prejuicios. No dejes de ofrecer algunos alimentos (acelgas, berenjenas…) porque piensas que no son típicos para niños. ¡Te sorprenderán!

Ten alimentos saludables a la vista. Y, desde luego, los menos recomendables déjalos bien guardados.

Respeta la pirámide alimenticia. No existen alimentos malos, sino malos hábitos alimenticios.

Evita el picoteo Entre comidas. En caso de que sea necesario, escoge alimentos saludables, como fruta, frutos secos o yogur.

Fomenta el consumo de agua. Evita las bebidas azucaradas o zumos; a lo largo del día, y más aún al practicar deporte, que beban mucha agua.

Incentiva la actividad física. No solo deporte como tal. Si es posible, que vayan andando al colegio, suban por las escaleras o pasen más tardes de parque y menos de quedarse en casa.

Textos y fotos: Revista Misión.

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