Por Guillermo Romero Salamanca

La tarjeta roja que le aplicó el presidente de Santa Fe al técnico Gregorio Pérez era una crónica de una despedida anunciada. Tardó. El contrato debió culminarse cuando el equipo perdió contra Millonarios la final del 2017.

Además ya se tenían dos ingratas experiencias: la salida de la Copa Suramericana cuando quedaron eliminados en los octavos de final y luego las derrotas en la Copa Colombia. Estos hechos tenían con malestar a la hinchada y a la prensa deportiva.

Después de conocerse la noticia, las redes sociales con opiniones de los hinchas santafereños no se hicieron esperar.

“Gregorio es un gran señor, pero no supo armar un equipo o, lo más grave, el presidente César Pastrana no se lo proporcionó. La actual nómina es la de un equipo para competir en la B o en clásicos departamentales, pero no para estar en la Liga”, decía uno de los fanáticos que escribió en la página oficial de Santa Fe.

“Anderson Plata es un buen muchacho, sabe de vallenatos, canta los temas de Diomedes Díaz y ha hecho unas cuantas anotaciones, pero cuando está en la cancha se imagina que aquello es un partido en el cual hay que hacer pases acertados, disparar al menos una vez al arco, concentrarse. Es de esos jugadores que van los domingos a los potreros municipales a entrenar”, agregaba otro más.

“Existe en el plantel de jugadores más interés por tener cuál o tal tatuaje en los brazos, las piernas y la espalda y pareciera que permanecen más en los salones de belleza, porque salen con el cabello pintado de rubio, de vino tinto, verde o colores fosforescentes como si eso convirtiera goles”, manifestaba uno más airado.

Morelos.
Santa Fe

“Arboleda es un buen muchacho. Me lo he encontrado haciendo mercado en Olímpica, pero bien podría jugar en un buen equipo de la B”, seguía otro comentario.

Y la mítica Guardia Albirroja Santafereña no sabía qué decir. Opiniones en pro y en contra. Decenas de manifestaciones.

Esta eliminación es un presagio para la crónica que se ve venir: la llegada a la B. Algo parecido sucedía con el América, donde los jugadores posaban de ser miembros de un equipo con 14 estrellas y que siempre estarían en la A. Mentira, los partidos se ganan jugando, peleando, porque con “títulos no se hacen goles”.

La llegada de Julio como director técnico es tapar el hueco como se hizo un par de años cuando trajeron a Alexis García, que pasó sin pena ni gloria por el equipo.

El presidente de la institución piensa en su bienestar, dará en unos meses un paso al costado, dejará al equipo moribundo y se marchará a vivir de los recuerdos de lo que hizo. La nómina pasará a los equipos alternos de Santa Fe: Pasto y Bucaramanga y se contratarán otros jugadores que les sobran a Nacional, Junior o al Deportivo Cali.

Gregorio Pérez. Dt de Santa fe

Orlando Rueda, un hincha furibundo de Santa Fe, resumía el actual malestar: “Hoy pensar en traer técnico no es la solución; para Santa Fe, se requiere una reestructuración de pies a cabeza. Se necesita una plantilla de jugadores de muy buena capacidad futbolística y mental. Un técnico de jerarquía, que exija buenos jugadores, que promueva las inferiores, que trabaje, que le de identidad futbolística, que explote las virtudes del equipo, que estudie los rivales, con manejo de grupo y que soporte las críticas de la hinchada. Un presidente con buen manejo administrativo de los recursos económicos, humanos, con visión para armar un equipo de acuerdo a los compromisos nacionales e internacionales, que una a los directivos, futbolistas, cuerpo técnico y a la hinchada”.

«Dios quiera que me esté equivocando con el vaticinio y que haya una solución urgente», concluyó.




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