Por Guillermo Romero Salamanca

Es una edición exclusiva y de lujo.

Un listado de excelsos compositores, un interminable rol de músicos de estudio, miles de horas de grabación en estudios, la maestría de agrupaciones tropicales que han hecho gozar los amantes de la buena música y la magia de cada una de las canciones componen esta recopilación en homenaje a “El Disco del año” de Codiscos.

Han pasado 50 años desde cuando los ejecutivos de la casa de la familia Díez determinaron lanzar una recopilación con 12 éxitos que sonaron en 1969. Después de muchas cavilaciones salió el original nombre: “El disco del año”, esperado por los coleccionistas y los rumberos de cada región.

Este año, con motivo de esta celebración, se reunieron Fernando López, Hernán Darío Usquiano y Federico Blodek, para seleccionar 50 temas –a manera de resumen—de los grandes éxitos que ha presentado este codiciado álbum. Escucharon conceptos de expertos, oyeron opiniones de músicos consagrados, analizaron la presencia de los temas en los medios de comunicación y tuvieron muy en cuenta las ventas obtenidas.

Fueron tres meses de labores frente a este reto. Pero quedaron satisfechos con el resultado.

Quedaron por fuera, decenas de éxitos, desde luego, pero acá, después de uno y otro análisis, de pasar horas completas escuchando canciones y viendo resultados en ventas, acogida del público y sonadas en radio, se obtuvo esta recopilación titulada “El disco del Año 50 años Bodas de Oro”.

Es una recopilación que hace parte de la historia discográfica de Colombia. De hecho, el álbum será enviado al archivo de la Biblioteca Nacional y de otras instituciones para que los preserven para las futuras generaciones.

“El disco del año” es una marca de éxito. Cada año es esperado con ansiedad por los medios de comunicación, los coleccionistas de éxitos y sobre todo por miles de personas que desean tener en sus discotecas y archivos las mejores canciones de los últimos doce meses.

 

Desde 1969, a mediados de noviembre, las personas esperan esta producción.

En los primeros años, centenares de seguidores hacían filas en los almacenes de discos, preguntando por “El Disco del Año” y nació así también el “prepedido”, con el cual se abonada algo para, días después, reclamar el acetato que era mostrado con lujos de detalles ante familiares y vecinos. “¿Vieron los temas que trae el álbum?”, era una pregunta obligada y luego, en radiolas, se prendía la improvisada fiesta en la sala de la casa para degustar cada uno de los éxitos.

La compilación comienza con “Juanito preguntón” del maestro Ray Golero, interpretado por Gustavo “El loco” Quintero con Los Graduados. El sonido para 1969 fue innovador, la forma como fue llevado al acetato este ritmo gozón, con una letra entre curiosa y cómica hizo de la muchachada de ese año que patios de las casas se convirtieran en improvisadas pistas de baile.

A partir de ese momento, a mediados de noviembre, miles de personas hacían filas en los almacenes de discos, preguntando por “El Disco del Año” y nació así también el “prepedido”, con el cual se abonada algo para, días después, reclamar el acetato que era mostrado con lujos de detalles ante familiares y vecinos. “¿Vieron los temas que trae el álbum?”, era una pregunta obligada y luego, en radiolas, se prendía la improvisada fiesta en la sala de la casa para degustar cada uno de los éxitos.

“El disco del Año” les cambió la forma de pensar a los muchachos de aquella Colombia de principios de los setenta. Encontraron nuevos ritmos nacionales: vallenato, cumbia y el estilo de la música tropical. “Matilde Lina” de Leandro Díaz y ejecutada por Alfredo Gutiérrez en 1970. Otro Año de Los Caporales del Magdalena, “Anhelos” de Oswaldo Ayala con Alfredo Gutiérrez que era como un bolero vallenato cuando se bailaba y la picaresca en 1973 del inolvidable Gildardo Montoya con “El paganini”, con la voz de Gustavo Quintero.

Fernando López Henao, vicepresidente de Codiscos encabezó el trabajo de selección del Disco de Oro del Disco del Año. «Consideramos que fue una exquisita tarea con la cual se degustarán los amantes de la buena música». Foto Archivo particular.

En 1974 sólo sonó a finales de año “Amor estudiantil” de la gran Marinella. Cuántos romances nacieron en esa época por esa canción. ¡Cuántos matrimonios existen hoy en día por bailar ese tema?

“La saporrita” fue algo que se les decía a las mujeres de baja estatura y causó gran impacto en 1975.  Al año siguiente Gildardo Montoya, les presentó un tema a El Combo de las Estrellas que en la voz de Jairo Paternina se presentaba como una protesta –muy de moda por esos años—y que se llamó “Plegaria vallenata”: “Óyeme diosito santo, tu de aritmética nada sabías, dime por qué la platica la repartiste tan mal repartida”.

Aparece entonces en 1977 el Binomio de Oro –Rafael Orosco e Israel Romero–, con un nuevo estilo vallenato y presentan el hit “La Creciente” de Hernando Marín.  Un año después el suceso fue “Muriendo lentamente”, después “El Polvorete” y termina la década con “El revoliático” de Alcides Díaz y El Combo Nutibara.

Empiezan los grandes e inolvidables años ochenta con “Dime pajarito” del Binomio de Oro y surge en 1982, el sonido salsero de mayor repercusión en Colombia: el Grupo Niche. Con “Buenaventura y caney” del maestro Jairo Varela, la vida en las discotecas en el país cambió totalmente. Siguió en 1983, el vallenato “Señora” de Rafael Manjarrés, con la voz del doctor Otto Serge y la ejecución del acordeón piano de Rafael Ricardo.

En 1984 todo el país bailó, gozó con “Cali pachanguero” del Grupo Niche y que se convirtió en un verdadero himno en la ciudad. ¡Cómo sonó esa canción!

“Yo quiero que me den mi patacón pisao”, decía la canción de Ramón Chaverra y llevado magistralmente a los estudios por Juan Carlos Coronel. Era 1985.

“Nostalgia” de Sady Ramírez con la agrupación de Germán Carreño y su Orquesta en 1986. Retornaría El Binomio de Oro con un tema de Deimer Marín titulado “No pasará lo mismo”. En 1988 el gran hit musical en Colombia fue, sin lugar a duda, “Nuestro sueño” del Grupo Niche, con la voz de Tito Gómez.

El Binomio de Oro seguía imponiendo éxitos y en 1989 se consagró con “Qué será de mí” y la década se fue con el súper éxito “Quiero ser feliz” de la Cheverísima.

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Carátula del Disco del año, número 26. Siempre se buscó una modelo para lucir en el disco. Foto Codiscos.

La nueva década comenzó con “Una aventura” de Jairo Varela y el Grupo Niche, tema que repercutió desde Nueva York, República Dominicana, Puerto Rico, Venezuela, Ecuador y en Europa.

En 1992 surgió en Barranquilla un grupo merenguero llamado “Bananas” y presentó una canción de Miguel López titulado “Entrégame tu amor”.

El poema de Ómar Geles Suárez, “Los caminos de la vida” con Los diablitos fue el verdadero éxito de 1993 y precedió la super canción “Tarde lo conocí” con la voz de la inmortal Patricia Teherán y sus Diosas del Vallenato.

Huber Hernández le entregó Miguel Morales y Juan David Herrera un himno al amor: “Mi diosa humana” y fue el éxito de 1995.

El maestro Jairo Varela tomó un tema del folclor chocoano, hizo su versión para el Grupo Niche de “La canoa ranchá”, todo un suceso en 1996.

Jorge Grajales escribió un poema y lo grabó en un ritmo conocido como tropical del despecho. Con la voz de Fernando “El mambo” González y el magistral El Combo de las Estrellas dejaron en 1997 un cántico que se repite día a día.

Ómar Geles cantó en 1998, la letra de Wilfran Castillo titulada “Una hoja en blanco” y el actor, director y presentador César Mora Hernández puso a consideración “Canela” y se convirtió en todo un suceso en 1999.

El Grupo Bananas, el mejor intérprete del merengue en Colombia grabó “Si tú te vas” de letrista Juan Naranjo y fue la noticia musical en el 2.000.

Jean Carlo Centeno, con la Combinación vallenata, grabó “Qué pena” de su autoría y se llevó los aplausos en el 2001.

Al año siguiente, David Pabón convirtió en salsa la balada de Kike Santander “Si me ves llorar” y en el 2002 tuvo bastante difusión radial y en las discotecas fue el tema obligado para bailar.

Cheo Morán le entregó al Grupo Galé, “Perdóname” y en pocas semanas era un hit en el 2003.

El Binomio de Oro, siguiente su estilo romántico, les trajo a sus miles de seguidores en el 2004 “Niña Bonita” del compositor Richard Daza.

Una edición de lujo tiene en esta oportunidad El Disco del Año.

A Ismael Ruíz Hernández, un salsero de Nueva York, lo conocen como Maelo Ruiz y llegó a Colombia con un tema, que tan pronto lo presentó, fue aplaudido por la crítica en el 2005: “Te va a doler”, escrito por el baladista salvadoreño Álvaro Torres.

Peter Manjarrés golpeó fuerte en el 2006 con “El amor de mi sabana” de José Valencia y un año después repitió honores con “El papá de los amores” de Felipe “Pipe” Peláez.

El escritor musical Luis Lambis se inspiró con “Amiga” y fue Maelo Ruiz quien la llevó al primer lugar en el 2008. Este artista repetía el primer lugar en el 2009 con la canción de la chilena Miryam Hernández, “He vuelto por ti”.

Peter Manjarrés insistió con el 2010 y logró los aplausos de su estilo con “Traga’o de ti”.

El gran Martín y Rolando Ochoa grabaron en el 2011 “El terremoto” y estuvieron en el primer lugar del escalafón.

Para el 2012 volvería la salsa y en esta oportunidad con la agrupación del maestro Diego Galé. Hicieron una exquisita versión de “Los dos fallamos” de Jhon Félix Sánchez y conquistar el corazón de los románticos salseros.

Bandafiesta, una agrupación con una amplia experiencia en presentaciones en Colombia grabó “Fiesta cumbiambera” y traía temas de grata recordación como “El Carbonero”, “La porra caimanera” y “La Zenaida”. Se transformó en tema obligado para los bailarines en el 2013.

Llegó un nuevo ritmo y un espectáculo mundial: “Ras tas tas Full”. En el Campeonato de fútbol del 2014 los jugadores hacían delicias bailando la composición de Arrinson Mesa y Andrés Mesa interpretado por Cali Flow latino.

“Travesuras” fue el tema del 2015, una letra de Nicky Rivera y Jairo Fernández. Nicky Jam se catapultó con esta original versión.

“Báilame despacio” fue en el 2016 el tema más difundido con Xantos Ft. Dynell.

Nicky Jam volvería al podio de los más exitosos en el 2017 con “El amante” y en el 2018 “Bella” de Andrés Felipe Zapata se impuso con todos los honores.

Es un esfuerzo de calidad, música, producción, letras, variedad de ritmos, compositores, músicos y realizadores. Fue también el tiempo de muchas horas re escuchando canciones lo que hicieron Fernando López Henao, Hernán Darío Usquiano y Federico Blodek.

Vale la pena escuchar de principio a fin y deleitar con la mejor música de Colombia durante los últimos 50 años. Es el disco de medio siglo: el Disco del año, toda una institución musical.

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