“La Alcaldesa Claudia López permitió al director del IDU que violara el acuerdo con la Personería de Bogotá, que tenían los ciudadanos y vecinos del sector, para acabar con centenares de árboles, que por más de 30 años capturan CO2, en detrimento patrimonial de la ciudad, en un abierto irrespeto a los entes de control”, dijo el exdirector del Jardín Botánico, Herman Martínez.

Con pitos, gritos desesperados y carteles los ciudadanos le suplicaron a la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, que pare la tala de árboles, respete el acuerdo con la Personería y los vecinos, que salve estos miles de árboles de más de 30 años de edad y proteja el aire de los bogotanos acosados por las enfermedades respiratorias.

“Y aunque las autoridades distritales han dicho que van a talar unos y sembrar otros, lo cual es incoherente a todas luces, porque en ese solo corredor necesitamos mínimo 12.000 árboles para soportar la emisión de gas carbónico que se genera esa zona”, dijeron los habitantes.

“El Personero de Bogotá, Julián Enrique Pinilla le pidió al director del IDU, Diego Sánchez, que suspenda el arboricidio mientras la Personería hace la auditoría, y luego descubrimos que los contratistas del IDU siguen con las talas en la Avenida 68. La comunidad, a través del Personero, pedimos la revisión del plan de manejo forestal de obra que tiene irregularidades”, agregó Martínez, quien cuando fue director del Jardín Botánico facilitó la siembra de más de 100 mil árboles en Bogotá.

Durante varias horas los habitantes usaron en alto parlantes una frase que parece no tener eco en la Alcaldía Mayor: “Pedimos que las obras se construyan con los árboles”.

Martínez dialogó con el supervisor del IDU del Tramo Dos de la Avenida 68 quien abiertamente le contestó que una obra de esa magnitud no se puede hacer sin talar los árboles, a lo que el experto le respondió que precisamente en su calidad de exdirector del Jardín Botánico coincide con muchos técnicos que “las obras sí se pueden construir trasladando los árboles y cuidándoles como seres vivos que son”.

Durante varios días se ha llevado un pulso entre funcionarios del distrito y ciudadanos de todo el tramo de la Avenida 68 acompañados por la Personería de la Ciudad buscando soluciones. “Han dicho los funcionarios ante la opinión pública que la obra va a quedar muy moderna y que allí habrá árboles que sembrarán luego para esperar décadas a que vuelvan a crecer fuertes como los que hoy están tumbando en claro detrimento patrimonial de la ciudad” manifestó a su vez la ciudadana, María Helena González.

¡Las redes no se hicieron esperar con comentarios como, “talando los pulmones de la ciudad!”, “Tantos pájaros que se están quedando sin hogar”; “Sigan pagando recibos de agua y alcantarillado para que ese dinero sea invertido en talas y desaparecimiento de barrios tradicionales”.

“Este es el mayor ecocidio que hemos visto los bogotanos en una ciudad asfixiada por la polución y las enfermedades respiratorias que tiene unos árboles para frenar los efectos del impacto por el calentamiento global y los asesinan sin piedad. ¡Salvajes!”.

Los ciudadanos llamaron a los vecinos a salir y no permitir que se continúe con la tala indiscriminada.

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