La médica Luisa Fernanda Morales Pinilla, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), es la autora de esta propuesta cuya finalidad es estandarizar los lineamientos para el abordaje diagnóstico de la depresión.

Según explica el doctor José Manuel Calvo, director de la investigación en la cual se realizó este instrumento, “se busca disminuir la variabilidad injustificada en torno al tratamiento, apoyando la toma de decisiones en la práctica clínica, mediante la recopilación de las intervenciones más seguras y efectivas”.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión se puede definir como un trastorno del estado de ánimo con tristeza o incapacidad de sentir placer como eje central para el diagnóstico, que se puede acompañar de síntomas psicomotores, somáticos y cognoscitivos, como sentimientos de culpa, baja autoestima, cansancio, dificultad para concentrarse, alteración del sueño o del apetito y pensamientos de muerte o suicidio.

El protocolo está basado en evidencia y sirve como insumo para el abordaje diagnóstico de los pacientes del HUN mayores de 18 años con síntomas de depresión, y también proporciona directrices en torno al cuidado de los pacientes con diagnóstico confirmado de episodio depresivo leve o severo.

“Tras revisar los algoritmos de diagnóstico y tratamiento sugeridos por la Asociación Americana de Psiquiatría, se identificaron problemas en la prestación de servicios como una variabilidad injustificada para el abordaje del diagnóstico, y la carencia de un manejo escalonado. En el HUN no existía un protocolo ajustado a las características de la población que atendemos”, asegura el doctor.

Este instrumento está dirigido a los médicos adscritos al área de psiquiatría del HUN, pero también lo puede usar el personal de la salud de las áreas de psicología, enfermería y medicina general.

El grupo desarrollador de este protocolo contó con el apoyo de profesionales tanto de estas áreas de la salud –quienes tratan diariamente a los pacientes del Hospital– como aquellos con formación en epidemiología clínica y expertos en medicina basada en la evidencia y el desarrollo de estudios secundarios.

A priorizar la gravedad de los pacientes

Las preguntas genéricas priorizadas en el instrumento se convirtieron a formato PICO (Población, Intervención, Comparación y Desenlaces), teniendo en cuenta su categoría y los tipos de estudios a elegir para resolver tales preguntas.

“El protocolo recoge información y la analiza con base en una serie de criterios estadísticos muy precisos, y después se decanta por medio de preguntas clínicas en las que se evidencia cuáles son las más pertinentes para aplicarlas en relación con la población que atendemos”, explica el doctor Calvo.

Con la precisión del diagnóstico, los profesionales de la salud pueden establecer la gravedad del paciente y determinar el tratamiento más adecuado para la depresión.

Así mismo, en el instrumento se establecen los parámetros para definir el grado de severidad, lo que facilita las intervenciones a realizar con estos pacientes, se armoniza la información y ello lleva a una atención más apropiada.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 4,7 % de los colombianos sufren de depresión.

Variables clave

El protocolo considera variables como la dieta de los pacientes, el ejercicio, la higiene del sueño, los fármacos que toma, su estado de ánimo, si tiene pérdida de interés o placer, si hay una disminución importante de peso, insomnio, si hay fatiga o pérdida de energía, entre otras variables que se incluyen en un algoritmo que arroja resultados a los profesionales para que puedan realizar el mejor manejo clínico.

Además sugiere tener en cuenta los diagnósticos diferenciales como patologías orgánicas, trastornos ansiosos, trastornos de adaptación, afectivo bipolar y de estrés postraumático, entre otros.

Práctico y actualizado

El protocolo está elaborado con la información más reciente disponible frente al diagnóstico y tratamiento de la depresión, y se ajusta a la población que asiste al HUN y que sigue rigurosamente las recomendaciones de los especialistas.

“El plus de este instrumento es que se da respuesta a una serie de inquietudes y preguntas clínicas que suelen surgir alrededor de los pacientes que sufren de depresión. El lenguaje y la terminología permite que todo el equipo de salud lo entienda. Es práctico en el sentido de que da recomendaciones muy puntuales”, subraya el médico.

La depresión es el trastorno mental más frecuente en entornos comunitarios y afecta a 300 millones de personas en el mundo. El promedio de edad del primer episodio de depresión mayor ocurre a mediados de los 20 años, aunque puede presentarse en cualquier momento desde la infancia hasta la edad adulta.

En Colombia se tiene como marco de referencia la Encuesta Nacional de Salud Mental de 2015, en la cual se plantea que el 4 % de la población mayor de 18 años ha tenido algún trastorno mental en los últimos 12 meses, siendo la depresión la segunda más prevalente con un 1,9 %.

La prevalencia de la depresión se ve alterada principalmente por factores sociales y económicos como el desempleo, pertenecer a estrato socioeconómico bajo, no tener educación formal o vivir en un ambiente urbano, el género, factores genéticos, familiares, experiencias adversas, personalidad o estado marital: divorciado, separado o vivir solo.

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