Por Guillermo Romero Salamanca
Fue el 14 de noviembre, durante el reconocimiento que se le hizo a Armando Plata Camacho al concederle el Premio al Mérito Momentos por su trayectoria en la Radio.
Desde cuando se le informó de este galardón, Armando pospuso su viaje a los Estados Unidos y confirmó su asistencia. Incluso lo manifestó con alegría en su página de Facebook, pero él no sabía quién le entregaría el codiciado Premio. Se le comentó que tal vez sería su amigo William Vinasco o tal vez su amigazo Germán Tobón Camelo o quizá Ricardo Alarcón. Se le mantuvo un secreto: sería su hija Juanita, quien viajaría desde Atlanta para acompañarlo esa noche y reunirse también con sus hermanos. Sería una reunión pospuesta desde hacía seis años. Una sorpresa total.
Juanita y su hija Daniela llegaron muy temprano a la ceremonia y se escondieron en un ascensor, luego en un baño, después en una oficina y después se hicieron en la parte trasera de la Biblioteca Fundadores del Gimnasio Moderno, escondidas entre los 250 asistentes.
Cuando Nicolás Samper, gran animador de la noche, mencionó que sería Juanita quien le entregaría el Premio, Armando saltó de su silla y dijo: “No. Ella no está acá, es un error”. Pero Beatriz Helena Álvarez, la otra presentadora, insistió: “Bienvenida Juanita”. Armando miró hacia atrás y la vio. Quedó conmovido. Se abrazaron y después de unos segundos, ella subió a la tarima y le dirigió estas palabras al público, pero sobre todo al experimentado hombre de radio:
“Buenas noches a todos, muchas gracias por estar aquí presentes hoy. No fue fácil confabular esta sorpresa y por eso agradezco inmensamente el honor que María Cristina y todo el equipo de la revista Momentos me han concedido para reconocer en este día no solo a mi padre, sino igualmente al gran profesional que es Armando Plata Camacho.
Aquel soñador que a muy temprana edad salió de su casa rumbo a la escuela militar escoltado por aquel hermoso poema “cadete”, escrito por el abuelo Luis a quien su orgullo de padre no le cabía en su pecho.
Aquel ser pujante que con muchos sacrificios y oficios costeo su carrera de Comunicación Social en la Universidad Javeriana
A aquel joven aventurero que en un arranque de locura -el principio de las tantas a través de su vida- decidió un día recorrer los Estados Unidos en bicicleta, odisea jamás antes creada, y la cual comenzó a abrir su visión al mundo.
Al “Chupo” Plata, aquel profesional que ha trabajado toda su vida de forma honesta, incansable, con muchos triunfos y alguno que otro de fracaso, los cuales lo han hecho un hombre emprendedor visionario e inconforme, que siempre ha ido más allá de las normas establecidas.
Un profesional que callada y arduamente, con el apoyo de grandes de la industria de la radio, como Raúl Rolan en Emisoras Horizonte, Julio Nieto Bernal en Caracol, y Germán Tobón Martínez, mi adorado tío -quien le brindó la oportunidad de comenzar su carrera radial en Todelar, – ha roto barreras a nivel nacional e internacional, llegando a ser la voz colombiana Mas exitosa fuera de nuestro país.
Desde Midnight Especial, el reporter Esso, el rescate Del Río Magdalena con Kapax, Mano a mano musical, Pompín, El campeonato Mundial de Locución, El mundo al Vuelo, Domingos Gigantes, Jóvenes, Pase la tarde con Caracol, Radioactiva, Radio Claridad, CNN en español radio noticias, entre algunos otros, pasando por cientos de compañías internacionales y multinacionales incluyendo Hewlett-Packard, Delta Airlines y la voz durante el centenario Olímpico para el sistema de transporte de la Ciudad de Atlanta, hasta Global Hits, ARMANDO PLATA CAMACHO, mi padre y mentor, se ha convertido en icono de la radio y la locución mundial, tal como lo han expresado Grandes de la industria, incluyendo al gran señor José “Pepe” Lavat antes de su fallecimiento.
Tus hermanos, tus familiares, tus amigos y colegas, pero especialmente tus padres Luis y Rosa, tus hijos y tu nieta, nos sentimos muy orgullosos de ti y de poder compartir contigo este reconocimiento tan importante a tu carrera. ¡Felicidades!”.
Armando, con pañuelo en la mano y lágrimas rodando por las mejillas recibió el Premio al Mérito Momentos.
