Por Agencia de Noticias UN

A esta conclusión llegó Laura María Santa Zuluaga, magíster en Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia, durante una investigación que pretendía acercarse a las variables sociales y económicas que inciden en la felicidad de las personas.

Su estudio se enfocó en entender estos factores como punto de referencia para generar políticas públicas que mejoren la calidad de vida de las personas, más allá de su capacidad para adquirir bienes materiales que satisfagan sus necesidades.

“Existe otro tipo de variables que infieren en la felicidad de las personas. Desde la economía es importante estudiarlo, porque una función de los profesionales en esta disciplina debe ser diseñar políticas públicas; si estas solo se basan en bienes de consumo están mal diseñadas, pues claramente no solo estos bienes son los que generan felicidad”, asegura la investigadora.

Variables como un buen estado de salud les permite a los individuos trabajar más horas, dedicar más tiempo a la familia, realizar actividades de su interés y gastar menos dinero en servicios médicos, terapias y medicamentos. Esta situación incide directamente en la felicidad, tal como lo han reconocido investigaciones adelantadas en diferentes países.

Foto: Agencia de noticias UN

Otro factor importante para alcanzar la felicidad es el nivel de ingresos, pues aunque esta condición es más compleja que acceder a los bienes de consumo, adquirir aquellos que la economía convencional siempre ha estudiado permite estabilidad.

La tercera variable más importante para la felicidad es la confianza, término que la investigadora relaciona con un índice que denomina “infraestructura social”, el cual se refiere a la confianza en otras personas y en las instituciones sociales.

“Lo que quiere recoger la infraestructura social es todo ese capital humano que nos va a ayudar a explicar el error en que incurren los modelos de felicidad. Esto se refiere a las relaciones sociales con la familia y los amigos, el interés en asuntos políticos, estar informado sobre la situación del país y la pertenencia a grupos deportivos, políticos o religiosos”, explica.

Todo eso constituye una red de soporte que –ante la disminución o el efecto desfavorable de otras variables que también impactan la felicidad– sirve de apoyo para evitar que esta percepción caiga en niveles negativos.

Tales conclusiones se obtuvieron tanto de la información de 300.000 individuos que participaron de la Encuesta Mundial de Valores –que recoge información subjetiva de más de 100 países– como de algunas variables de la base de información del Banco Mundial, de Penn World Table y de bases de datos internacionales sobre desigualdad.

Crecimiento económico

La investigadora también analizó el impacto de variables como el crecimiento económico, entendido como la variación del producto interno bruto de un país de un año a otro. El resultado fue que estadísticamente sí tiene un impacto positivo sobre la felicidad, y que la percepción positiva se mantiene al enfrentarse con otras variables que la pueden afectar negativamente.

Lo interesante en este aspecto es que se descubrió que una recesión económica causa mayor impacto negativo de sobre las personas que el impacto positivo que puede tener un boom económico.

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