Por Humberto Gómez-Komodolarevista.

La fiebre del mundial de fútbol 2018 en Rusia, comienza a vivirse con toda fuerza en Bogotá la capital de Colombia gracias al mercado que genera el Álbum de Panini.

Natalia una agraciada joven, vio la oportunidad y dedica ocho horas diarias para intercambiar, vender, y ayudar a jóvenes que llegan en busca de una “mona” para llenar su Álbum.

Ella se ubica todos los días al frente de Hacienda Santa Bárbara, un centro comercial ubicado en la zona de Usaquén uno de los puntos más visitados de la capital por turistas nacionales y extranjeros. Y los fines de semana en la plaza principal.

Niños con sus papas llegan con lista en mano y cantidad de láminas listas para el intercambio. Y Natalia con la máxima paciencia comienza a atender a cada cual para darles gusto con las láminas que necesitan para su álbum.

El intercambio es sencillo dice Natalia “por cada jugador que necesite un cliente se reciben dos láminas. Escudos se intercambia por escudo y legendario por legendario. Si el cliente requiere comprarlas se le venden cinco por setenta y cinco centavos de dólar. Si requiere el sobre sellado, se vende igual. Y hay todas las opciones para lograr llenar el álbum.” Incluso si un cliente quiere el álbum ya lleno “se le Tiene” pero ahí ya no es emocionante, lo chévere esta en intercambiar e ir logrando poco a poco terminarlo.

El hacer este oficio requiere de una técnica para ir logrando el objetivo de hacer negocio, dice Natalia. “Y un amigo mío me enseño el truquito para vivir de esto en esta temporada.”

Las láminas más difíciles en esta zona, son los escudos y las leyendas del fútbol. En muchas partes dicen que el más difícil es James y tengo como cien de él, dice riendo. Y uno que si sale mucho es Falcao tengo como doscientas y suelta una carcajada.

Natalia inicia su jornada a las diez de la mañana y se va a las seis de la tarde, todo el día hay movimiento con las láminas. Lo duro es cuando llueve porque los clientes no vienen.

Esta labor me permite ganarme una platica para subsistir, “comencé en marzo y terminaré una semana antes que inicie el mundial de fútbol, ya que quien me enseño este negocio me dijo que por experiencia así es, después, de ahí no se vende nada.

Natalia es una joven muy agradecida por su labor y en especial con la gente que llega a intercambiar y comprar. Son respetuosos, decentes y me apoyan, eso para mí, es clave ya que me permite ganarme unos cuarenta dólares diarios y esto me ayuda para apoyar los gastos de la casa y dar a mi pequeño hijo los elementos diarios.

Así, Natalia con su alegría y manera tranquila de ser, pasa las horas alrededor de la fiebre del mundial que día a día se aproxima a la fecha de inicio , y da gracias porque nuestra “selección este en el campeonato de no ser así, sería muy distinto el negocio de las láminas”, remata diciendo Natalia.


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