Por Guillermo Romero Salamanca- Claudio Ochoa

Madrid huele a sonrisas, mantiene su color del trabajo, bajo un azul inmenso eterno. Se puede caminar todo el día por sus calles y recintos, repletos de historia, poesía y encanto, sabores diversos, y no sentir cansancio.

Es la capital de arte, de la cátedra ambulante y de las frases que brincan en los andenes. Es la ciudad donde se habla en todos los rincones. Las tertulias son pan de cada momento: fútbol, historias infinitas, política, unas más sobre su excelsa gastronomía y otras sobre el sabor de sus vinos blancos. Interminables temas.

La ciudad que llevan en el alma Pilar Gimeno –de Madrid Destino– y Soraya Zaoudi Márquez de Prado –de OET Miami-Turespaña–, son dos sonsoles que se desviven por el turismo de tan centenaria comunidad. Soraya también promueve cuanto encanto del turismo español nos imaginemos.

Madrid es el refugio de dos colombianos especiales: Libia y su esposo, el maestro Taín. Este último pinta infinitos azules madrileños, porque “nuestro cielo es majestuoso y no tiene comparación”.  «Taín» es Carlos Troitiño Taín, quien firma sus cuadros sencillamente así. Unas veces pinta en la madrugada, otras en las noches, y unas más cuando le llega la inspiración, para tomar los pinceles o los dedos y plasmar lo que va brotando del corazón. Es un maestro de la naturaleza, de lo abstracto, pero de la bendición de la Almudena.

Madrid es recorrer la historia, en sus pasos por Serrano, Alcalá, Atocha, El Paseo del Arte, La Gran Vía, el Oso y el Madroño, y la Plaza Imperial. Y sus tascas, tabernas y bares, claro, siempre en ebullición.  Es abrir la mente ante tanto espectáculo, porque esta gatuna tierra es infinita. Clamor, pasión, aplausos, flamenco, tortillas y tapas. La de las noches inagotables de «marcha».

La podemos visitar una y mil veces, y siempre nos llevaremos nuevas y cálidas sorpresas. Destino europeo preferido por los colombianos, y cada vez la amamos más.

Mil y mil gracias Madrid. Infinitos recuerdos.

Uno de los mensajes de aliento que circula en esta amable tierra nos dice: “Cuando Madrid pierde aliento, no hay preguntas. Dejamos de gritar por equipos. Unimos nuestra voz y recordamos que juntos nunca hemos perdido. El ritmo de una mañana de lunes volverá a enfadarte y a gustarte a la vez. El retiro seguirá explotando en mil primaveras distintas. Una caña al sol volverá a traerte recuerdos de lo que pasó hace cien calores. Y en una tarde que no acaba, alguien volverá a jurarte que es la última y no lo será. Y si esta vez luchar significa quedarnos en casa, lucharemos y ganaremos y volveremos a unirnos en un Madrid invencible”.

Sí, Madrid y España vencerán la amenaza que cubre a esta Patria, porque su gente mantiene con orgullo lo más alto de fortaleza espiritual. 

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