Por Guillermo Romero Salamanca

Si de pronto usted es extranjero y lo invitan a una fiesta en Colombia hará un paseo musical por Europa, Estados Unidos, Cuba, México, República Dominicana, Puerto Rico, Venezuela, Argentina y Ecuador.

Si se trata de una celebración de un cumpleaños o una boda, prepárese para escuchar unas cinco o siete veces el famoso vals “Danubio Azul” del austríaco Johann Strauss, mientras padres y novios, compadres, padrinos e invitados desfilan tratando de danzar como cualquier bailarín vienés. Luego, cuando comiencen a pasar los platos de comida que puede ser arroz con pollo, lechona o un “plato frío” se escuchará “Balada para Adelina”, compuestos por Paul de Senneville y Oliver Toussaint e interpretada por el francés Richard Clayderman.

Vendrá una repartida de champaña rosada para el brindis y una primera copa de güisqui, sin olvidar la torta negra con bastante crema blanca.

Luego habrá una tanda de reguetón y temas de actualidad radial, en los cuales los muchachos tratarán de imitar los pasos de los artistas pueltoliqueños y cuando estén agotados, los más veteranos comenzarán con las orquestas venezolanas La Billos Caracas Boys, Los Melódicos, Los Blanco, Pastor López y Nelson Henríquez a danzar y luego pondrán una descarga de salsa de Nueva York, pachangas y charangas cubanas y de san Juan.

Los treintañeros buscarán una tanda de canciones dominicanas con Wilfrido Vargas, Las Chicas del Can, Los Hermanos Rosario, Quinito Méndez, Oro Sólido y Cuco Valoy. Intercalarán temas de La Sonora Ponceña, El Gran Combo de Puerto Rico, Willie Colón y Rubén Blades para no desentonar.

La música del «indio» Pastor López suena desde 1974 en todos los diciembres en las fiestas de los hogares colombianos. Foto Discos Fuentes.

Tipo 10 de la noche llegará una descarga nacional con Rodolfo Aicardi –Boquita de caramelo, Cariñito y Tabaco y ron–, Gustavo “el loco” Quintero, Los Tupamaros, El Combo de las Estrellas y Jairo Paternina, Joe Arroyo, Los 8 de Colombia, con canciones del Grupo Niche, Guayacán, Juan Piña y algo de vallenato con Diomedes Díaz –“Mi primera cana”, para llorar un rato–, Binomio de Oro y Armando Hernández con “Tonto amor” y desde luego, “Loquito por ti”.

A esta hora ya no habrá corbatas y el güisqui se pasó a cerveza o al aguardiente o ron. A esa hora de la noche se acordarán de que hay viejos que se tendrán que ir temprano para sus casas a dormir, pero antes les pondrán a Guillermo Buitrago, Los Alegres del Valle, Bovea y sus vallenatos, algunas trovas paisas y la “música que a papá le gustaba”.

Si la rumba es en el Valle del Cauca no podrá faltar “La pava congona” y “La porra caimanera”.

Si el encuentro es en Antioquia no faltarán Joaquín Bedoya, Octavio Meza y “Parranda arepa”.

Un par de veteranos bailarán un pasodoble con múltiples contorsiones, salto de la rana y cruces de brazos.

Si la celebración es en Boyacá no podrán quedar por fuera “Los Carrangueros de Ráquira” y “Los Hermanos Amado” y soportarán a “Los Miguelito”, unas dos canciones apenas, pero se aguantarán unas diez de “Los 50 de Joselito”.

Llegará una mesada de viandas que incluye gallina, cordero, un tamal o un pedazo de carne asada, si la festividad es en una casa de campo o una picada bien apetitosa.

El infaltable en las rumbas familiares de Colombia: Rodolfo. Foto Discos Fuentes.

El periplo musical termina a las cinco de la mañana y es necesario escuchar un tema de la española Rocío Durcal, de los mexicanos Vicente Fernández, Los Tigres del Norte, Juan Gabriel y el ecuatoriano Julio Jaramillo. Desde luego se le dará paso a Darío Gómez, “El charrito negro”, John Álex Castaño, Paola Jara, Angélica Sierra o Luis Alberto Posada. No pueden faltar los artistas populares colombianos, mientras se toman un caluroso consomé “para evitar el guayabo”.

“Colombia tiene infinidad de temas y una gran variedad de ritmos para gozar. Pero desde luego que depende de la región. En la costa atlántica, por ejemplo, cumbias, sones, joesones, merengues, merecumbé, mapalés, champetas y desde luego una infinidad de vallenatos acompañan una buena velada. Todo es cuestión de sentimientos. Nuestro país es, por fortuna, bendito en temas”, comentó Rafael Manjarrés, vicepresidente de Sayco y autor de “Señora” y “Benditos versos”, entre otros.

Si hay un buen programador musical despierto a esa hora, desde luego que no faltarán tangos como “Lejos de ti”, “Cambalache” y “Zapatos rotos”. Después dos o tres boleros de la Sonora Matancera para que las parejas intercambien celulares, correos, Instagram y se digan cosas curiosas al oído.

Después no digan que las fiestas colombianas no son internacionales.

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