El accidente cerebrovascular (ACV), también conocido como “derrame cerebral”, es una de las principales causas de muerte y discapacidad en el mundo. En Colombia, según datos del Ministerio de Salud y la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ACV se encuentra entre las primeras tres causas de mortalidad, afectando cada año a miles de personas, muchas de ellas en edad productiva.

El ACV ocurre cuando el flujo de sangre hacia una parte del cerebro se interrumpe o se reduce, impidiendo que este reciba el oxígeno y los nutrientes necesarios. Puede presentarse de dos formas: isquémico, cuando hay obstrucción de una arteria cerebral, y hemorrágico, cuando se rompe un vaso sanguíneo dentro del cerebro.

Reconocer los síntomas salva vidas

En el manejo de un ACV, cada minuto cuenta. La detección temprana y la atención inmediata son determinantes para salvar la vida del paciente y evitar secuelas permanentes.

La Dra. Eugenia Jaramillo, neuróloga de la Fundación Cardioinfantil – LaCardio, enfatiza: “El tiempo es cerebro. Por cada minuto que pasa sin atención, se pierden millones de neuronas. Reconocer los signos de alarma y acudir de inmediato a un centro especializado puede marcar la diferencia entre una recuperación exitosa y una discapacidad irreversible.”

Los principales signos de alarma de un ACV incluyen:

         •        Pérdida repentina de fuerza o sensibilidad en la cara, brazo o pierna, especialmente en un lado del cuerpo.

         •        Dificultad para hablar o entender.

         •        Pérdida súbita de la visión en uno o ambos ojos.

         •        Mareo, pérdida de equilibrio o coordinación.

         •        Dolor de cabeza intenso y repentino sin causa aparente.

La atención integral en LaCardio

En LaCardio, los pacientes con ACV reciben atención prioritaria y multidisciplinaria, con protocolos de respuesta rápida y equipos especializados en neurología, imagenología, cuidados intensivos y rehabilitación.

La institución cuenta con tecnología de última generación para diagnóstico y tratamiento, incluyendo angiografía cerebral avanzada, monitoreo neurocrítico y procedimientos mínimamente invasivos de trombectomía mecánica, que permiten restaurar el flujo sanguíneo en casos de ACV isquémico.

“En LaCardio trabajamos bajo un enfoque integral que abarca prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación. Nuestro objetivo no solo es atender el evento agudo, sino acompañar al paciente en su recuperación funcional y emocional”, añade la Dra. Jaramillo.

Prevención: el primer paso para cuidar el cerebro

Hasta un 80% de los casos de ACV pueden prevenirse con hábitos saludables y control médico regular. Mantener una presión arterial estable, controlar la diabetes, reducir el consumo de sal y alcohol, dejar de fumar, mantener una dieta balanceada y realizar actividad física son medidas clave para reducir el riesgo.

En LaCardio, el compromiso va más allá del tratamiento: se enfoca en educar a la comunidad y promover estilos de vida saludables que protejan tanto el corazón como el cerebro.

“Cuidar el corazón también es cuidar el cerebro. Las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares están estrechamente relacionadas, y la prevención conjunta es la mejor estrategia para proteger la vida”, concluye la Dra. Jaramillo.

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