
Se trata de un superalimento con amplias propiedades y beneficios para la salud que lo hacen necesario en nuestra dieta
Los refranes, los dichos y las frases hechas tienen más razón que un santo, y bien es sabido que somos lo que comemos. La alimentación, más allá del descanso o la actividad física que realizamos, es muy importante para nuestra salud y de ella depende el estado de nuestro cuerpo o nuestra mente. Así, aunque envejecer es biológico e inevitable, lo cierto es que podemos ralentizar y retrasar el envejecimiento con ciertos alimentos gracias a sus propiedades y beneficios que los hacen saludables. Uno en concreto, con muy mala fama en el mundo y también es España, lo cierto es que es vital para la longevidad y «la eterna juventud», así como cuidar nuestra
Hablamos del ajo, un superalimento con múltiples propiedades saludables. Se trata de un producto que consumido con moderación, puede ser un gran aliado para el sistema inmunológico, el corazón, la digestión o la prevención de enfermedades. Si bien su fama con respecto al mal aliento, sudor fuerte o hasta reacciones alérgicas lo hacen ser catalogado como no comestible en muchas ocasiones, lo cierto es que incluirlo en la dieta diaria, o al menos ser consumido varias veces a la semana, es una gran decisión para nuestra salud.
Por qué el ajo es un «superalimento» a pesar de su mala fama: comer este alimento con frecuencia tiene importantes propiedades y beneficios para la salud
Son muchas las formas de consumir el ajo, también conocido como Allium sativum para aprovechar sus beneficios. Por ejemplo, ser comido en crudo, machacado o picado y consumido crudo puede ayudar a obtener la alicina, que le confiere propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y cardioprotectoras. Cuando es cocinado, pierde algo de alicina, pero sigue siendo nutritivo. Por otro lado, comido en ayunas puede ayudar a potenciar sus efectos.
Y es que desde la antigüedad, es considerado como un alimento de gran valor nutricional y medicinal, con amplias propiedades beneficiosas para la salud. Sus compuestos sulfurados ayudan a combatir infecciones, favorece la producción de células inmunitarias y ayuda a prevenir resfriados y gripe.
También reduce la presión arterial, disminuye el colesterol LDL (el malo) y mejora la circulación sanguínea. Por otro lado, es un excelente antioxidante y antiinflamatorio, lo que ayuda a combatir el daño celular y de este modo, cuidar nuestra piel y retrasar el envejecimiento. También reduce la inflamación, ayudando en enfermedades como la artritis.
Diversos estudios matizan que el ajo tiene propiedades anticancerígenas, sugiriendo que su consumo regular puede reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer, como el de colon y estómago. Asimismo, puede mejorar la sensibilidad a la insulina, ayudando a personas con diabetes tipo 2 y regula los niveles de glucosa en la sangre.
Para combatir el mal olor que puede generar el ajo, existen diversos remedios caseros que nos pueden ayudar a su consumo reiterado y olvidarnos de este «problema». Uno de ellos es el de cocinar con especias, de tal manera que contrarresta los restos del ajo en nuestra boca, también tomar zumo de limón, comer frutas y verduras crujientes o masticar chicle y hojas de menta fresca, como el perejil o la hierbabuena.
Textos y fotos: www.elmundoalinstante.com
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