Por Gabriel Ortiz

Cada día esto se agrava, se fermenta y se polariza ante la cercanía de unas elecciones que parecen no favorecer al jaguar, porque los tigres y leones lo husmean y escudriñan con sus temibles garras.

Este palo no está para cucharas, para un gobernante que no ha tomado en serio una nación que lo ha soportado por casi cuatro años, entre desapariciones, desvaríos, delirios, corrupción, inseguridad y quimeras.

Son innumerables las hecatombes y frentes que solo reciben retos de su parte, que solo agravan lo actual y lo que viene. Sus asesores provenientes de antiguas guerrillas y de las actuales que reciben su aprobación, como lo denunció una juiciosa, estricta y severa investigación del diario El Tiempo, orientan decisiones y actuaciones que recrudecen las cosas.

Sus casos personales y familiares sobre dudosas compras de aviones de dineros, el desvío de dineros de los ancianos por un hijo; los fondos fraudulentos en la campaña, la liberación de criminales a los que “bautizó” de gestores de paz y tantas cosas más que a diario llegan a su prontuario, podrían a enfurecer al jaguar de la Casa de Nariño.

Pero las cosas no le resultan tan fáciles al desmesurado felino encarnado, durante sus ofuscamientos. Despiadadamente destituye a quienes les manejan sus rabietas con métodos tranquilos y diplomáticos. Sus nuevos consejeros son gente sin diplomacia ni preparación. Solo requieren sus carteles del M 19.

Así las cosas el Petro herido y dolido por su inclusión en la lista Clinton, se enfrenta ahora con el presidente Trump, para defender a su bolivariano Maduro y exhibir información desconocida de la lucha que adelanta en Colombia contra el narcotráfico: “19 laboratorios diarios destruidos” en nuestro territorio y millones de kilos de droga.

Uno de nuestros políticos, con toda la razón, se refirió al tema, para señalar que, aquí se cambió eso de la droga, cuando los revolucionarios se convirtieron en narcotraficantes terroristas.

Todos estamos en poder de las mafias, los narcos y los guerrilleros que se han tomado el territorio nacional. El armamento que utilizan es producto del apoyo que Maduro aporta desde Venezuela. Los drones abundan y siembran el terror, sin que haya una reacción del presidente, mientras va agonizando la diezmada fuerza pública que Petro ha golpeado para poder mantener sus propósitos, como los que muestra la investigación de El Tiempo.

Y mientras el jaguar enfurece, el país se agota con todo ímpetu, ante la guerra que impulsa Petro para reemplazar la del oriente medio, con un apoyo que no le llega de nuestros vecinos. Desconoce lo que puede ocurrirnos si Trump actúa en Venezuela y extiende esa intervención hacia Colombia.

Lo más grave, es que este gobierno busca un desbarajuste electoral que le garantice mantenerse en el poder, como se lo inculcó Chávez en sus acostumbradas charlas quincenales antes de morir.

Entre tanto: ¿hacia dónde vamos Colombia?

BLANCO: Colombia supera los 11 mil millones de dólares en giros que los colombianos envían desde el exterior.

NEGRO: La agonía y mal manejo de Ecopetrol, nos traerá escasez y alza del gas. 

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