.- El compromiso de las cámaras de Comercio de Duitama y de Sogamoso con sus recursos naturales, su cultura, sus monumentos y su gastronomía, para que los colombianos y el mundo los disfrutemos.

Soatá, paraíso. Foto de «La Tierra de Sumercé».

por Claudio Ochoa

En cada uno de sus espacios geográficos o jurisdicciones, las cámaras de comercio de Duitama y de Sogamoso vienen fortaleciendo sus ofertas turísticas, agrupadas en las marcas “La Tierra del Sumercé”, desde la “Capital Cívica”, y “Boyacá Turismo Sugamuxi”, para la “Ciudad del Sol y del Acero”, respectivamente. Cuentan con el apoyo de “Bogotá región”, ASOCENTRO y la Cámara de Comercio de Bogotá.

“La Tierra del Sumercé” asocia a 20 municipios que en conjunto ofrecen 376 alojamientos, además de 78 agencias de viajes, 34 guías turísticos y un parque temático, “Manoa Parque”, en Tuta. Paipa está a la cabeza con 215 alojamientos, sigue Duitama con 68. “La Tierra del Sumercé” se extiende desde Paipa hacia el nororiente del departamento de Boyacá, hasta el extremo, en Güicán de la Sierra, con una distancia en ruta de 195 kilómetros, entre estas dos localidades. La distancia entre Bogotá y Paipa es de 191 kilómetros.

Convocados por las 2 entidades mercantiles nos pudimos entronizar en cada una de las rutas que nos ofrecen y comprobar que “Boyacá lo tiene todo”.

ATRACTIVOS DE “LA TIERRA DE SUMERCÉ”

Este conjunto de municipios tiene alturas sobre el nivel del mar que van desde los 1950 metros, en Soatá, hasta 2983 metros en Güicán de la Sierra, con 20 grados centígrados hasta 12 grados centígrados, en promedio.

Soatá

Las laderas del Cañón del Chicamocha propician actividades deportivas, caminatas y el avistamiento de aves. Está el Mirador la “Loma de los Toches”, con una excelente vista sobre el Cañón del Chicamocha. Para los interesados en flora y fauna, ofrece la Reserva “Bellavista y Pie Desecho”. La “Cueva del Indio”, que servía de refugio a los Chibchas. Además de diversos senderos ecológicos, no solo en este municipio sino también en la mayoría de tierras boyacenses, que vale recordar son 123 maravillas naturales.

EN EL COCUY Y GÜICÁN

Güicán de la Sierra

El punto más alto en “La Tierra de Sumercé” (2983 msnm) es una entre las mejores muestras del turismo de naturaleza que abunda en Boyacá, el 81% del territorio de su jurisdicción está en el parque nacional natural El Cocuy. Gozar aquí del sendero ecológico, del avistamiento de cóndores y venados cola blanca.  Piscinas termomedicinales que la Alcaldía Municipal promociona, informando que son “aguas dulces, ricas en fósforo, magnesio, calcio, manganeso, sulfatos, hierro, cloruro, zinc, entre otros minerales”. Acudir al Cerro de Monserrate y practicar senderismo hasta unos 3.500 metros de altura.

Parque del Cocuy. Foto de @jamanelher

Aquí un guía turístico, debidamente acreditado y con el Registro,  ofrece sus servicios por valor de $ 150.000 para grupo de hasta seis personas. Un hospedaje promedio por noche cuesta $ 50.000.

Vamos a alguno de los puntos de la Sierra Nevada del Cocuy, o  Sierra Nevada del Cocuy, Güicán y Chita, con 25 picos nevados, la mayor masa glacial de Colombia. Hermosos paisajes, quebradas, lagunas, frailejones, diversidad de aves, etc. Encontrarnos con el púlpito del diablo, gran prisma rocosa, con 70 metros de altura. Es posible encontrar allí algún ejemplar del zorro plateado. Podemos llegar a la Sierra Nevada desde las poblaciones de Güicán y El Cocuy, debiendo programar con debido tiempo y determinadas condiciones un tour, guiado y acompañado para protección de la salud de todos: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfcHWiaFIV_m-GoSHv2dIKtdoCSt1gi_6HSHUMYobHS0RIS0w/viewform

Cocuy

( A13 kilómetros de Güicán) está la Laguna del Palchacual, especial para practicar deportes acuáticos y pesca deportiva. Esta población, como gran parte de Boyacá, está llena de historia precolombina y republicana. El próximo 10 de diciembre lleva a cabo una nueva versión del Festival de la Escalada en Roca. Allí nació el ex presidente de Colombia José Santos Gutiérrez Prieto. En esta población dictan talleres demostrativos de lana.

El Cocuy, calles felices. Foto de «La Tierra de Sumercé».

De Cocuy y poblaciones vecinas y, por qué no, de buena parte boyacense son el cuchuco de trigo (con espinazo de cerdo, papas y verduras como haba, zanahoria y arveja. También lo hay con maíz), la arepa liuda (especie de torta de harina de trigo con levadura, tris de azúcar y sal, huevo y mantequilla, que se prepara en plancha de asar), el guiso de espinazo de cordero (una de sus variantes contiene el espinazo en pequeñas chuletas, papas, calabaza, zanahoria, morrón, zanahoria y batata) y la mogolla norteña (básicamente de salvado).

EN GUACAMAYAS, SAN MATEO, SOATÁ, BELÉN

Guacamayas

Está a 174 kilómetros de Duitama. Otro pueblo prehistórico de Boyacá, tierra de manos prodigiosas de artesanos, quienes elaboran coloridas canastillas, fruteros, recipientes para el pan o arepas, muñecos, carpetas, etc. en fique y paja, mediante trenzado. Dictan un taller demostrativo sobre la alpargata guacamayera y la cestería en rollo -con denominación de origen-. Tour cafetero en fincas como Villa Nubia.

Guacamayas, el encanto artesanal. Foto de «La Tierra de Sumercé».

San Mateo

Con temperatura promedio de 18 grados centígrados, a solo 27 kilómetros de distancia con su vecino Guacamayas. Aquí podemos tomar un tur de las abejas y la miel, que comprende un apiario, conocer los procesos de la miel, la apiterapia. El municipio tiene los tres pisos térmicos y posibilita el turismo de naturaleza en sitios como la Alcaparrosa, pequeño hotel y balneario, en la vía a Chapetón.

En San Mateo, un Tur de las Abejas. Foto de «La Tierra de Sumercé».

Soatá

Está a 48 kilómetros de San Mateo, pasando por La Uvita y Boavita. Dista 103 kilómetros de Duitama, con variedad de microclimas y paisajes. Cascada de Santo Cristo y recorrido por su sendero. Este municipio conserva la Casona de Bolívar, en donde el Libertador se alojó con sus tropas en varias oportunidades. Ideal para el turismo religioso (al igual que en Santa Rosa de Viterbo, a 94 kilómetros de distancia), por sus diversos templos, como la Catedral de la Inmaculada Concepción, Capilla Virgen de la Piedra, monumento y mirador de Santa María, desde el cual se puede apreciar todo el municipio.

Belén, fuente de agua, como en casi todo Boyacá. Foto de «La Tierra de Sumercé».

Belén

Se distingue por ser la tierra de Pedro Pascacio Martínez Rojas (1807-1885), quien siendo integrante del ejército de Bolívar, a sus once años de edad pasó a la historia al rechazar monedas de oro que le ofrecía el derrotado comandante del ejército español, José María Barreiro,  en la Batalla de Boyacá (sitio que hay que visitar pues es el “Altar de la Patria”), en 1819, a quien capturó y entregó al Libertador. Talleres con alfareras, para aprender a manejar el barro. Quesos elaborados con leches de vacas en pastoreo, y conocer el proceso de producción de la variedad de lácteos.

DUITAMA, PAIPA Y TUTA

Duitama

Cuchuco de espinazo, para gozar en Duitama y en plena Boyacá. Foto de AntojadoAndo

(«La Capital Cívica de Boyacá», “Primer Puerto Terrestre del Oriente Colombiano” y «La Perla de Boyacá”) y Paipa (“Capital Termal y Musical de Colombia”), dos municipios urbanos, en donde es posible disfrutar más de turismo cultural y de entretenimiento. El primero está a 54 kilómetros de Tunja y el segundo a 41kilómetros de la capital boyacense. Desde Duitama, acudir al Pantano de Vargas y su monumento de Lanceros, otro testimonio de la liberación en la época colonial, ambos en jurisdicción de Paipa.  En las afueras de Duitama, visitar “Pueblito Boyacense”, que recrea siete réplicas de históricos del departamento (Ráquira, Mongüí, Sáchica, El Cocuy, Tenza, Tibasosa, Villa De Leyva), y gozar de su gastronomía, al igual que optar por uno de sus alojamientos. A 6 kilómetros de Duitama y en la Hacienda San Rafael (Monumento Nacional) está el Museo Diocesano de Arte Religioso, que ofrece a sus visitantes ornamentos sagrados y óleos originales, de artistas de los siglos XVI y XVIII.

Paipa

A 15 minutos de este municipio tenemos el Manoa Parque (que también es parte de la vecina población de Tuta), con 5 tirolinas que suman 860 metros de longitud, pura adrenalina. Allí también está el laberinto más grande de Latinoamérica, un fuerte Muisca y camping, entre otros atractivos. Aguas termales y el lago de Sochagota, con deportes náuticos. Parque Termal, a 4 kilómetros del casco urbano, con aguas que brotan de Pozo Azul. En el lago Sochagota, un paseo sobre el Barco la Libertad, exclusivo durante fines de semana.

Parque Manoa, en Paipa. Foto de Youtube.

OTRAS POBLACIONES

Otras poblaciones que son parte de “La Tierra de Sumercé”: Sotaquirá, Santa Rosa de Viterbo, Cerinza, Paz del Río, Socha, Susacón, Boavita, La Uvita, Chiscas, El Espino y Panqueba.

www.latierradelsumerce.com

ATRACTIVOS DE “BOYACÁ TURISMO SUGAMUXI”

El grupo y marca “Boyacá Turismo Sugamuxi”, de la provincia de Sogamoso, reúne a 10 municipios, que disponen de 200 alojamientos, 55 agencias de viajes y 37 guías de turismo, además de 2 parques temáticos, en Tibasosa. Está al centro oriente del departamento, teniendo a Sogamoso como uno de sus polos de atracción, ciudad que dista 219 kilómetros de Bogotá y está a 33 kilómetros de Aquitania, el punto más apartado entre los 10 municipios de “Boyacá Turismo Sugamuxi”. Todos están muy cercanos entre sí, lo cual facilita al turista su disfrute, en monumentos, parques, naturaleza, gastronomía, tradiciones e historia que en muchos casos son comunes.

Sogamoso

La distancia en ruta terrestre de Bogotá a Sogamoso es de 219 kilómetros y 70 kilómetros de Tunja, por la vía Paipa. Está en el centro del departamento y su temperatura promedio es de 17 grados centígrados. Este municipio cuenta con el Parque Museo Arqueológico, que alberga los más valiosos vestigios de la cultura muisca, en el ámbito nacional. Sus representantes habitaron el altiplano cundiboyacense desde el siglo VI antes de Cristo. Contiene unos 4.000 objetos, como instrumentos musicales en piedra, tejidos, momias, alfarería, reconstrucciones de sus viviendas, etc.

Teatro Sogamoso. Monumento Nacional.

El Teatro Sogamoso que corresponde a una réplica del Teatro Colón de Bogotá, con ingresos propios a cada una de sus localidades, y tres galerías. Desde 1996 es Monumento Nacional. Actualmente sirve a la presentación de espectáculos varios.

Para el ecoturismo está el Páramo y laguna Siscunsí, que alberga frailejones, pajonales, cascadas naturales, humedales y la Laguna del Siscunsí, imponente y natural. Allí moran liebres, tinajos, curíes, entre otras especies.

Un tour por la represa de Hidrosogamoso, que comprende el paseo en lancha por esta represa, además de disfrute de cascada y pozos naturales, y senderismo.

Páramo y laguna Siscunsí, en Sogamoso.

Tibasosa

Día tras día, haciendas coloniales son transformadas en hoteles, convirtiéndose en nuevos atractivos turísticos, y uno de ellos es la Hacienda Suescún, que ofrece spa y masajes, así como también caballos. Este municipio dista 10 kilómetros de Sogamoso. Fue epicentro de un muy recordado “Matriarcado” que le dieron belleza, orden y la mano femenina en la administración de lo público.

El Bioparque de “Guátika”, que además de sus numerosas especies animales, facilita a los visitantes compartir con el león y otras especies, cabalgata, muro de escalada y  tiralínea (Guatikable) con 500 metros de longitud. La Monarca es un nuevo Centro Administrativo, Económico y Cultural de Tibasosa, que ofrece mercado campesino, artesanías, presentaciones artísticas, galería de arte, y  gastronomía. Tibasosa es bien conocido por sus cultivos de feijoa, fruta con la cual preparan tortas, sabajón, masato, helados, cremas, dulces en general, etc.

Hotel Hacienda Suescún. Foto de turismoboyacá.com

Empanadas de trigo, cotudos, chicha, guarapo de maíz, guiso y costilla de cordero asado, mazamorra chiquita, son algunos de los platos típicos en este municipio, y en los de la vecindad.

Nobsa, Mongüí, y Firavitoba

Al igual que Tibasosa, estos municipios rodean a Sogamoso. Nobsa está a 7.5 kilómetros, Monguí a 21 kilómetros y a Firavitoba 11 kilómetros. Sus temperaturas están entre 13 y 17 grados centígrados. Tienen en común variados santuarios religiosos, monumentos históricos, diversas artesanías, el cordero y la gallina en diversidad de platos.

En Nobsa prima la elaboración de tejidos y llevan a cabo el Día Mundial de la Ruana y dos destacados festivales, el de la Breva y el de la Vid y el Vino. Allí está el Marqués de Puntalarga, un centro de gastronomía, vinoteca y hotel. Alberga un museo de arte popular boyacense. Tiene una ruta de senderismo acompañada de cascadas.

Mongüí es internacionalmente conocido por la elaboración de balones de cuero cosidos a mano, y por su Festival Nacional del Balón y su Museo del Balón. Es también parte de la Red de Pueblos Patrimonio de Colombia, con casas coloniales y calles empedradas. La Basílica de Nuestra Señora Monguí y el convento fueron construidos en piedra de sillería, y allí están la Virgen del mismo nombre y algunas obras de Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos.  Caminar rumbo al Páramo de Ocetá, durante unas tres horas, para apreciar sus musgos y frailejones, cascadas, venados y cóndores. Una hermosa película, El Niño de los Mandados, fue rodada en este municipio.

Rincón de Duzgua, en Mongüí. Foto de «Boyacá Turismo Sugamuxi».

Firavitoba, comunidad que honra las tradiciones religiosas. Su Basílica Menor Nuestra Señora de Las Nieves, templo totalmente en piedra y con estilo europeo gótico, una altura de 76 metros, es considerada la tercera iglesia más grande del país. Aquí son frecuentes los amasijos preparados en hornos de leña. Destacan sus festividades: Celebración Madre Sor Gabriela de San Martín, Toma Cultural Firavitobense, Festival del Torbellino Firavitobense y Festividades en honor a Nuestra Señora de las Nieves.

Iza, Cuítiva y Aquitania

Estas poblaciones también están muy cercanas entre sí y relacionadas con el lago de Tota. Cinco kilómetros separan a Iza y Cuítiva. Luego, entre Cuítiva y Aquitania, 26 kilómetros, bordeando el lago de Tota.

Iza es Bien Cultural de la Nación, que conserva construcciones coloniales. Tranquilidad total en una comunidad que cuando mucho supera los 2 mil habitantes. Su iglesia del Divino Salvador guarda una piedra en donde se formó el rostro de Jesús, y en honor a él realizan ferias y fiestas cada año. Es un municipio “dulce”, dada la cantidad de postres que elaboran con base en sus variados cultivos frutales. Baños y piscinas termales, y senderismo.

Amasijos en Iza, como en todo Boyacá, de fama universal. Foto de «Boyacá Turismo Sugamuxi»

En Cuítiva, está la Reserva Natural «Pueblito Antiguo», a orillas del Lago de Tota (que viene siendo remodelado, acondicionado en sus vías de acceso y con inversiones para su protección), un destino verde que guarda la cultura y tradiciones boyacenses, con su plaza principal, alrededor de la cual encontraremos todo lo que corresponde a un típico pueblo; una gasolinera Termales; antigua locomotora frente al lago, que opera como restaurante; un túnel que recuerda las minas artesanales; un mirador, para apreciar la dimensión del lago, bosques y playas.

Aquitania es sinónimo de la trucha arco iris, preparada en variedad de menús, con sus deliciosas recetas a base de la cebolla que allí se cultiva. En el Parque Ecoturístico de la población encontramos una escultura, en homenaje a este pez. Tours en bicicleta y cuanto esparcimiento hallemos en los municipios vecinos.

Vamos a Boyacá, real turismo de naturaleza. La tierra del turismo en verdadera paz total. Creo que con lo descrito en los párrafos anteriores hay suficientes motivos para mirar y virar hacia este departamento y, en este caso, preferir cualquiera de los municipios en “La Tierra de Sumercé” y en los de “Sugamuxi”. En calma, con diversidad gastronómica, precios justos y seguridades. Y la atención de sus habitantes, comprometidos con las estrategias de mejorar el servicio a los turistas, a quienes ya esperan para disfrutar de las iluminaciones navideñas y las festividades tradicionales. En homenaje a sus Patronos, el epicentro del reencuentro familiar y social, convocados como estamos  a repetir la frase de Don Jorge Luis Velosa Ruíz: “Boyacá es una Bendición, Sumercé”.

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