1- Datos claves para el peregrino

– Localización: Es un país del Asia central que tiene frontera con China y la India (ver mapa)

– Tradición espiritual: budista tibetana.

– Cómo llegar: Desde Katmandú capital de Nepal en vuelo aéreo al aeropuerto el Paro en Bután.

– Cuando ir: Entre agosto y noviembre que son los meses cálidos (12 a  14 grados centígrados).

2- Bután

Oficialmente reino de Bután al ser gobernado por una monarquía constitucional cuyo rey Jigme Khesar Namgyet coronado en el año 2008 (28 años). Es un pequeño país del Asia ubicado en el borde oriental de los Himalayas con un área de 38.394 kilómetros cuadrados y con fronteras con China, Tíbet y la India su población es de 763.000 habitantes y su capital es Thimbu con 100.000 habitantes. Los orígenes del país se remontan al siglo VIII con la introducción del budismo por parte de los tibetanos y la expansión de su imperio hacía el territorio que hoy en día es Bután.

La dinastía Wang Chuch que gobierna el país desde 1907, ha introducido importantes medidas económicas y políticas entre ellas el cambio del producto interno bruto (PIB) por el famoso índice de “la felicidad interior bruta” (FIB), como indicador nacional del desarrollo, el cual considera que el bienestar social es un apoyo al crecimiento económico para alcanzar la felicidad de la población. La teoría de la felicidad es una materia obligatoria en las escuelas y en todas las actividades diarias del país.

El cuidado de la naturaleza y el medio ambiente son muy importantes en Bután, ya que son los pilares que sustentan la idea de la felicidad interior bruta han logrado tener hoy en día uno de los ecosistemas más prístinos y puros del planeta.

La entrada a Bután es bastante restringida y está basada en principios de sostenibilidad, evitando la llegada masiva de turistas. Es obligatorio tener un permiso oficial para subir al avión y viajar a Bután, solo se puede hacer a través de agencias oficiales de viajes. Se requiere demostrar suficientes recursos económicos, mínimo tener en efectivo 7.500 dólares para la máxima estadía que es de 15 días. El programa del viaje es totalmente rígido y esta preestablecido, no se permite ninguna improvisación o cambio. Está prohibido el tabaco y el alcohol un día en la semana.

El reino de Bután alberga numerosos paisajes montañosos, bosques y selvas exuberantes en donde es posible encontrar tigres y leopardos de las nieves (especies en extensión),que se unen a una impresionante riqueza de templos budistas más de 1.500 y maravillosas fiestas religiosas y civiles entre ellas el festival del tiro de arco. Su último campeón se retiró el año pasado a una edad de 74 años aduciendo que era necesario dejar espacio para la juventud que eran sus compañeros de escasos 65 años. En la capital es importante visitar el Museo Nacional que alberga la más completa colección de iconos, estatuas en bronce, pinturas, monedas y las famosas Thankas que son diagramas simbólicos utilizados por los monjes budistas para lograr la meditación, es importante no confundirlas con las tangas que se ven en nuestras playas de turismo.

El disfrute de este destino, empieza desde el aire al tratar de aterriza en el aeropuerto de Paro cuya entrada es una grieta en medio de dos montañas del Himalaya, con picos de 5.000 metros de altura. Es angustioso pero espectacular, las alas del avión están a 10 metros de las rocas por lo cual es considerado uno de los aeropuertos más peligrosos del planeta.

El estilo arquitectónico característico de Bután, se observa en las fortalezas, palacios y templos monumentales, construidos en los acantilados en sus partes más altas con grandes muros de piedra pintados de blanco, carpintería muy decorada con motivos budistas y explosión de colores y cubiertas en bronce que resplandecen al contacto del sol. Los espaciosos patios y edificaciones quedan definidos por una construcción masiva de muros con torres, diseñados con fines defensivos y religiosos.

Monasterio budista en el país que no contamina: Bután
Foto Pixabay

3- Monasterio de Taktshang

Uno de los puntos fundamentales de visitar en este país es el monasterio de Taktshang o nido del tigre (ver fotografía adjunta), el cual está ubicado en forma casi colgante en las faldas de una escarpada montaña del Himalaya en el Valle de Paro a 3.100 metros a nivel del mar y a 20 kilómetros de su capital que es Thimbu. En este monasterio se encuentra una cueva en donde según la tradición budista el monje Patma Sambhava, conocido también como “gurú Rimpoche” en el siglo VIII medito durante tres años, tres meses, tres semanas, tres días y tres horas y al final fundó el budismo en Bután.

El monasterio actual es un complejo de 4 templos principales independientes, uno de los cuales es conocido como Kuntong Chorten, se dice que fue construido sobre los restos del monje Patma Sambhava quien murió allí. Los demás templos están asociados con otros importantes maestros tibetanos que visitaron y meditaron en el lugar, cada templo tiene hermosas estatuas y están decorados con exquisitos murales donde se representan los dioses del budismo y los maestros de esta doctrina, en cada uno de ellos los peregrinos ofrecen arroz, galletas y agua que colocan en un cuenco para alimentación de los monjes. Una vez en el año se abre la cueva de Rimpoche, para celebrar una ceremonia de 21 días en la cual participan todos los monjes del monasterio.

butan

Para llegar al monasterio el peregrino se debe preparar tanto física como espiritualmente, físicamente porque el trayecto hay que hacerlo a pie y esto requiere tener experiencia en senderismo y si lo hace a lomo de mula debe templar sus nervios y nunca mirar hacía los precipicios que están a 900 metros abajo del monasterio y donde cualquier caída sería fatal. Las innumerables banderas de plegarias de colores siempre señalaran el camino a recorrer. Espiritualmente también se debe preparar ya que estará en un sitio sagrado por muy pocos conocido, donde el budismo tuvo un gran desarrollo y un nuevo enfoque en sus ritos. Los lugareños dicen que el monasterio de Taktshang se agarra a la montaña de la misma manera que se afianza a los corazones de quienes lo visitan.

En Bután el paso del tiempo apenas se percibe y solo respira espiritualidad y alegría que recibe el peregrino con la amplia sonrisa de sus gentes. Es uno de los países más felices del mundo, que conserva intacta su cultura y tradición y que nos demuestra a diario, que se puede ser feliz con lo poco que tenemos y que ser feliz no significa que todo sea perfecto, significa que has decidido ver más allá de la imperfección.

Nota: Si usted desea profundizar más sobre este tema les recomiendo adquirir el libro de mi autoría: Peregrinajes. Una experiencia transformadora. Publicado por Bhandar editores segunda edición 2018.

Arq. Jorge Noriega Santos. El peregrino.

Correo: jnsarquitecto@hotmail.com

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