En los datos registrados por el Departamento Nacional de Planeación, en Colombia se desperdicia aproximadamente 9,76 millones de toneladas de alimentos al año. Esto representa el 34% de la oferta nacional y los productos donde se ve mayor desperdicio es lo que sale de la producción agrícola.

Frente a este panorama, las empresas desempeñan un rol fundamental. No solo son llamadas a mejorar sus procesos operativos, sino también a implementar tecnologías que reduzcan las pérdidas en origen y eviten el desperdicio durante el procesamiento y distribución de alimentos.
Para Diego Varrá, líder del área de Alimentos y Bebidas en Ecolab, el papel de las empresas es vital para no perder esta cantidad de alimentos al año “No cabe duda que las empresas tienen un papel crucial en la reducción del desperdicio alimentario. Implementar nuevas tecnologías será crucial para mejorar su eficiencia, en Ecolab contamos con soluciones como el tratamiento de Antimicrobiano que reduce el desperdicio de alimentos y mejora la productividad”.
Es en ese punto que Diego, nos comparte cuatro beneficios al disminuir el desperdicio de alimentos en las empresas:
- Ahorro en economía familiar y empresarial: Una adecuada planificación de compras y un mejor almacenamiento de alimentos permiten a las familias optimizar sus recursos, evitar compras innecesarias y reducir el desperdicio. En el ámbito empresarial, una gestión eficiente del inventario ayuda a minimizar pérdidas, controlar costos y mejorar la rentabilidad.
- Más acceso a alimentos y menos hambre: Reducir el desperdicio permite destinar alimentos en buen estado a comunidades vulnerables. Programas como Antimicrobial Insight (Inspexx 150) de Ecolab extienden la vida útil de carnes, pescados y productos listos para el consumo. Así, se garantiza la inocuidad alimentaria y se amplía la disponibilidad de comida. Esta estrategia ayuda a combatir el hambre con soluciones seguras.
- Menor impacto ambiental: Los alimentos desechados generan metano, un gas con 25 veces más efecto invernadero que el CO₂. Además, su producción consume recursos naturales como agua y suelo que terminan malgastados. Evitar el desperdicio contribuye a reducir las emisiones contaminantes. Esto es clave para enfrentar el cambio climático y cuidar los ecosistemas.
- Economía circular y nuevos negocios: El reaprovechamiento de residuos orgánicos abre oportunidades para modelos sostenibles como el compostaje o la generación de biogás. También se da un nuevo uso a frutas descartadas en sectores como la cosmética o bebidas. En Perú ya existen empresas que aplican estas soluciones innovadoras. Reducir desperdicios impulsa la innovación y el desarrollo económico.
Minimizar el desperdicio de alimentos es una tarea que involucra a consumidores, empresas y autoridades. Acciones como una mejor planificación de compras, el correcto almacenamiento de productos, la implementación de nuevas tecnologías como las que brinda Ecolab y la promoción de políticas públicas pueden marcar la diferencia.
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