Por Luz Helena Ballesteros

En realidad, fue una osadía.

En 1969 yo tenía 12 años y mi amiga Rucca Hammond tenía 15 años. Hija de alemanes, simpática, –o chirriada como decíamos en Bogotá– alta, con enormes ojos azules que resplandecían y su cabello rubio, seguíamos las canciones de ese momento.

En Colombia sólo había tres canales de televisión, que emitían su señal en blanco y negro, con una programación que iba de las 4 de la tarde a diez de la noche, había uno o dos musicales los domingos. En la radio, unas 15 emisoras en Bogotá, transmitían en Amplitud Modulada, pero existía “Radio 15” la emisora de los jóvenes, de los chiquillos medio rebeldes, deseosos de escuchar a Elvis Presley o a The Beatles que por esos años causaban furor en el mundo.

En Colombia, con el apoyo de las emisoras y en especial de don Carlos Pinzón y Alfonso Lizarazo, nacieron varios ídolos como Harold, Emilse, Vicky, Claudia Osuna, Claudia de Colombia, Fausto y desde luego, el muchacho cautivador de todas las miradas: Óscar Golden.

Mi amiga Rucca y yo en tiempos de entrevistas con famosos.

Ya lo había oído cantar en la emisora Radio 15. La canción que más sonó en aquellos años era “Zapatos Pom Pom», pero también sonaron otras como “Embriágame”, “Dime Dios mío”, “La enamorada que soñé”, “El amor como el viento, un día se va”, “Amante Latino” y desde luego, “Boca de chicle”, temas que las quinceañeras de esos maravillosos años cantábamos a todas horas. Por las letras de sus canciones, me hicieron pensar que él era un hombre muy romántico. 

Cuando regresé con mi familia de la finca donde pasábamos las vacaciones de mitad de año, decidí llamar a la emisora de la juventud, Radio 15. Les dije que era una amiga cercana del cantante, acababa de llegar a Bogotá y quería sorprenderlo a Óscar en su apartamento, les di una dirección incorrecta y pasmosamente, la señora me dio la dirección correcta.

Llamé a Rucca y la convencí de visitarlo en la tarde de un domingo en agosto.  

Él vivía en La Soledad. Llegamos medio asustadas cerca de las 3:00 de la tarde. Timbramos y cuando él abrió la puerta yo estaba temblando, tenía las mejillas rojas y calientes de la emoción al verlo. No pude ni hablar. Rucca le dijo que éramos sus más fervientes admiradoras. Recuerdo su expresión de ternura con la que nos miró. Se me salieron las lágrimas de la alegría. Creció la admiración y el orgullo de que una persona tan importante en ese momento, compartiera ese rato con nosotras. 

Nos hizo seguir y parecía que estaba sólo. Él lugar era muy sencillo, con muebles de varios colores y en las paredes y mesas había muchos reconocimientos por su carrera artística. 

Nos dijo que tenía una novia, aunque ya lo sabíamos. Era Andrea del Pilar Luna y que él la quería muchísimo. Agregó que él siempre la incluía en sus videos musicales. Nos mostró una foto de ella. Rucca y yo nos miramos con ojos tristes lamentando que él estuviera seriamente enamorado. 

Nos ofreció una limonada con galletas Wafers de la Rosa, ¡mis favoritas!

Actué como periodista y comencé a hacerle preguntas variadas. Nos contó que lo apodaron como “El pájaro loco”. 

Uno de los álbumes de Óscar Golden.

Le pregunté cuál era el motivo y nos dijo que era porque él no le ponía mucha seriedad a la vida, simplemente hacía lo que le daba la gana.  Al indagar sobre quién lo apoyaba más en su familia, recuerdo su expresión sombría y respondió que ninguno. No les gustó la idea de ser un cantante profesional. A pesar de haber heredado su voz de su madre, como me respondió. 

Recuerdo que le pregunté por qué cambió su apellido. Nos contó que su mamá se había casado con un hombre judío y que a raíz de ese matrimonio pasó de Jiménez a Goldenberg y su nombre de pila de Óscar Hernán a Óscar Isaac. 

Algunas versiones de la biografía de Oscar Golden relatan que él nació en Calarcá, Quindío, el 10 de septiembre de 1946 y otra dice que él nació en Cali el 16 de septiembre de 1947. 

Óscar estaba en sus veintes cuando lo conocimos.  No podíamos creer que abriera la puerta de su apartamento a un par de niñas curiosas y que nos trató como si fuéramos conocidos desde hace mucho tiempo atrás. Casi 40 años después de nuestro encuentro, lamentablemente le descubrieron que tenía cáncer en el hígado. Él siguió luchando para mejorarse, pero no se pudo hacer nada a pesar de los esfuerzos médicos. Murió el 29 de julio de 2008 y dejó a su novia que conoció desde que ella tenía 16.  Oscar Golden designó a Andrea del Pilar Luna como su heredera universal. 

Han pasado los años y aún tengo en la mente su imagen cuando escucho sus canciones y hago coros en “Boca de chicle”.

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