En el mundo de la medicina moderna, la cicatrización ha sido objeto de estudio y atención constante debido a su importancia en el proceso de recuperación del cuerpo humano. El proceso de cicatrización es un fenómeno biológico complejo, clave para la reparación de heridas. Desde la detención del sangrado hasta la fase de maduración, cada etapa requiere cuidados específicos para evitar complicaciones y optimizar los resultados.

La doctora Luz Herrera, dermatóloga adscrita a Colsanitas, destaca que las heridas pueden ser agudas, limpias, lineales o crónicas, cada una con sus propias características y desafíos. Cuando se produce una herida, la rápida reacción del organismo es detener el sangrado, luego viene un proceso de inflamación que contribuye a la sanación y la fase posterior es la proliferación, en donde la herida empieza a cerrarse y da paso a la costra que protege el área afectada. Sin embargo, las cicatrices resultantes pueden presentar diversas anomalías: las atróficas son las que presentan hundimiento, las hipertróficas son elevadas, gruesas y de un color distinto a la piel y los queloides suelen ser gruesos, elevados, firmes y sin elasticidad.

Existen factores determinantes que influyen en la calidad de la cicatrización, como la naturaleza de la herida, es decir cómo se produjo, la genética del paciente, complicaciones asociadas a infecciones, alergias, rechazo de injertos, o enfermedades de base como diabetes pueden influir en el aspecto de las cicatrices. La buena hidratación, el uso de protector solar y el reposo son elementos clave para reducir la visibilidad de las marcas por heridas.

Tratamientos y métodos dermatológicos:

La doctora Herrera explica tres técnicas que pueden mejorar entre un 50% y un 80% el aspecto de las cicatrices, sin embargo, aclara que estas no desaparecen por completo:

  • Peeling químico: es una exfoliación profunda que estimula la renovación celular.
  • Micropunción: en la cual se usan microagujas en la capa más superficial de la piel para causar un efecto rejuvenecedor, reducción de estrías o cambios de pigmentación.
  • Láser de CO2: penetra en las capas medias de la piel para activar el colágeno natural y promover la producción de un nuevo tejido sano.

Recomendaciones clave:

  • La constancia en el tratamiento de las cicatrices es fundamental para obtener resultados satisfactorios.
  • El abordaje interdisciplinar, con la colaboración de diversos especialistas, previene disfuncionalidades y problemas psicológicos asociados a las heridas graves.

Advertencias y precauciones

  • Tener en cuenta los riesgos de la automedicación y la importancia de consultar a un profesional ante cualquier emergencia.
  • Evitar remedios caseros que podrían empeorar la situación de las heridas.

La doctora Herrera enfatiza en que “es muy riesgoso tratar de remediar con métodos caseros las lesiones producidas en la piel, bien sea por accidentes, cirugías o enfermedades. Aplicarse sábila, crema dental, hierbas, café crudo puede empeorar la situación. Ante cualquier emergencia lo recomendable es lavar bien la herida, protegerla del sol, aplicar sulfato de zinc en crema y consultar al médico”.

En resumen, mejorar el aspecto y la funcionalidad de las cicatrices es un desafío que requiere un enfoque integral y multidisciplinario, donde la colaboración entre dermatólogos, cirujanos plásticos y otros especialistas es fundamental para garantizar el bienestar y la calidad de vida de los pacientes.

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