Por Hernán Alejandro Olano García.

En un gesto solemne de reconocimiento cultural, el Congreso de Colombia aprobó la Ley2504 de 2025, que declara oficialmente al café como bebida nacional, en un momento simbólicamente poderoso: el Día Nacional del Café y el aniversario de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC). Esta norma, ahora vigente, no solo festeja una tradición centenaria, sino que busca esculpir una política pública que reivindique a cientos de miles de familias y al campo colombiano como pilares del patrimonio nacional.

El reconocimiento legal del café como emblema patrio tiene un peso simbólico profundo. Según Germán Bahamón, gerente general de la FNC, la ley reafirma la identidad de un país “reconocido internacionalmente como ‘el país de los cafeteros’”, y celebra el esfuerzo colectivo de más de 557.000 familias caficultoras, propietarias de 838.074 hectáreas dedicadas al cultivo del grano.

Actualmente, el consumo anual per cápita de café en Colombia ronda los 2,5 kg, equivalente a unos 2,2 millones de sacos de 60 kg. La ley pretende catalizar un aumento de ese consumo, promoviendo formatos innovadores como cafés listos para llevar, bebidas frías, energizantes, “drips”, cafés en lata, mezclas con licor y eventos sociales como las “coffee parties”.

Más allá del reconocimiento estético, la normativa fomenta medidas concretas para proteger a los productores rurales. Por ejemplo, exige que entidades públicas y de economía mixta prioricen la compra de café nacional, en línea con la Ley 816 de 2003. Además, la ley facilita la inclusión del café en programas sociales —como alimentación escolar o de adultos mayores— abriendo canales alternativos de comercialización para pequeños caficultores, mujeres e indígenas. Se promueve también la “cátedra agropecuaria” obligatoria en colegios, para reconectar a futuras generaciones con el agro colombiano.

La producción del café colombiano ha experimentado un auge. En 2023, se produjeron 11,3 millones de sacos, cifra que saltó a 13,9 millones en 2024, y alcanzó 14,9 millones siete meses después, al cierre de abril de 2025. Además, durante 2024 se renovaron 90.000 hectáreas —una cifra histórica— y el 90 % del área plantada usa variedades resistentes a la roya. La densidad promedio llegó a 5.340 árboles por hectárea, también récord.

Empresas del sector como Buencafé, Almacafé y la emblemática marca Juan Valdez registraron utilidades sin precedentes; en particular, Juan Valdez creció un 551 % en 2024 mientras el patrimonio de la FNC aumentó 18 % frente al año anterior. Así mismo, ya están operando los primeros Centros de Industrialización Regional en Huila y Caldas, con quince proyectados a corto plazo.

Declarar al café como bebida nacional es mucho más que un acto simbólico: es la reafirmación de una identidad construida durante generaciones y el reconocimiento del café como motor económico, social y cultural de Colombia. Esta norma amplía el legado del grano, promueve innovación, fortalece la economía rural y lleva el aroma del café a cada rincón del país.

Colombia ya no solo produce uno de los cafés más apreciados del mundo: lo reconoce oficialmente como parte de su esencia.

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