Dentro de los múltiples síntomas que produce el contagio por el SARS-CoV-2 el principal es el respiratorio; sin embargo, con el paso del tiempo se han detectado marcados y recurrentes síntomas digestivos.
Los síntomas digestivos que se observan en personas con COVID-19 independiente de la edad, son variados, siendo los más frecuentes las náuseas y vómitos, la falta de apetito y la diarrea.
Con menor frecuencia se observan dolor abdominal, sangrado digestivo e inflamación hepática leve y transitoria detectada en análisis de sangre como en el examen físico.
La mayoría de las personas con COVID-19 presentan una infección por diarrea aguda leve, aunque los estudios realizados se han centrado sobre todo en pacientes más graves con infección aguda o reacción tardía que han requerido ingreso hospitalario.
Por otro lado, a mayor gravedad de la infección, más frecuente es la aparición de síntomas digestivos.
EL 70% DEL SISTEMA INMUNE ESTÁ EN EL INTESTINO
Es importante recordar que gran parte de nuestro sistema inmunitario se regula desde el intestino, alteraciones a nivel de la barrera intestinal pueden desencadenar procesos inflamatorios que pueden ser crónicos y generar un mayor riesgo de desarrollar diferentes enfermedades, existe una estrecha relación entre el microbioma intestinal (microorganismos intestinales y sus genes) y patologías como enfermedad cardiovascular, síndrome metabólico, diabetes mellitus, enfermedad hepática, enfermedad inflamatoria intestinal, entre otras.
En el proceso de maduración del sistema inmunitario de la mucosa intestinal se generan dos “barreras” de defensa antiinflamatoria, la primera es la exclusión inmunitaria realizada por anticuerpos que modulan o inhiben la colonización o penetración de microorganismos o antígenos potencialmente peligrosos; y la segunda a través de mecanismos supresores para evitar la hipersensibilidad local y periférica a antígenos inocuos, particularmente proteínas de alimentos y componentes de bacterias benéficas.
EL INTESTINO COMO BARRERA DE DEFENSA:
El intestino está dotado de diferentes estructuras anatómicas que forman una barrera física donde se encuentran diferentes tipos de células, formando multicapas de protección química e inmunológica con el objetivo de mantener la homeostasis o el equilibrio intestinal.
Como componentes importantes de esta barrera es importante mencionar a los enterocitos que son las células encargadas de regular el paso de sustancias desde la luz intestinal, es decir de regular la permeabilidad intestinal, permitiendo la absorción de los nutrientes y evitando el paso de macromoléculas, bacterias o antígenos potencialmente perjudiciales.
La microbiota intestinal, otro componente indispensable de la barrea, hace referencia a los microorganismos que habitan en nuestro intestino, los cuales son muy importantes para proteger la función intestinal ya que influyen en el metabolismo, la proliferación y el mantenimiento de la barrera epitelial. Los microorganismos benéficos limitan la colonización por parte de agentes patógenos compitiendo por los nutrientes, modificando el pH y produciendo sustancias antimicrobianas que permiten la optimización de la cantidad de microorganismos benéficos.
Unintestino saludable, entendido como una barrera intestinal íntegra y una microbiota intestinal equilibrada, es capaz de generar las respuestas adecuadas y evitar la inflamación crónica, favorece múltiples procesos a través del eje intestino -cerebro y mejora los procesos energéticos en nuestro organismo.
¿QUÉ SON LOS PROBIÓTICOS?
Los probióticos son bacterias benéficas que viven en el intestino y mejoran la salud general del organismo, trayendo beneficios como facilitar la digestión y la absorción de nutrientes, y fortalecer el sistema inmunológico.
Estos son microorganismos vivos que permanecen activos en el intestino y que administrados en las cantidades adecuadas confieren efectos muy beneficiosos para la salud. Entre sus funciones principales se encuentran funciones metabólicas y digestivas y su papel inmunitario: los probióticos desplazan y combaten a los microorganismos patógenos que intentan colonizar nuestro organismo.
Para la nutricionista Tatiana Moreno, “el consumo de probióticos favorece una mejor respuesta por parte del sistema inmunológico, restablece el equilibrio de la microbiota intestinal y mejora procesos indispensables para el mantenimiento de la barrera intestinal, todo esto necesario para favorecer la salud en general y entendiendo que el tracto digestivo es un punto focal de las defensas del cuerpo, y por ende, en la prevención de las infecciones”.
PREVENIR EL DAÑO INTESTINAL
Cuando el virus que provoca el COVID-19 produce diarreas puede producir un daño en la mucosa intestinal que tarda más de lo habitual en recuperarse o situaciones de tránsito intestinal acelerado (diarrea funcional), ambos procesos leves se resuelven solos, sin embargo, existen suplementos como el Glutapak-R que reparan el daño a los intestinos causado por enfermedades, infecciones, y estrés; además, permite reducir el malestar y mejorar la función intestinal. Este probiótico superior combate los patógenos que causan diarrea y otros trastornos gastrointestinales además de proporcionar la nutrición a la célula intestinal por su aporte de glutamina.
Si bien la recomendación principal para lograr una adecuada salud intestinal es, como en muchos casos, llevar una alimentación variada y saludable que incluya un buen aporte de fibra a través del consumo de frutas, vegetales y alimentos integrales así como tener una adecuada hidratación y siempre con el acompañamiento o asesoría de un profesional en nutrición; en presencia de enfermedad, favorecer la función de barrera mediante el uso de sustratos específicos como la glutamina y los probióticos permite una mejor respuesta inmunológica tanto a nivel local como sistémico .
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