El Papa León XIV recibe a los participantes en la 39ª Conferencia de la Asociación Internacional MINDS y recuerda que «la información es un bien público» que hay que proteger. Insta a no olvidar a los reporteros en zonas de conflicto, «víctimas de la ideología de la guerra» y pide la liberación de los encarcelados y perseguidos: si hoy sabemos lo que pasó en Gaza y Ucrania se lo debemos a ellos.

Isabella H. de Carvalho – Ciudad del Vaticano. www.vaticannews.va

Reportero de guerra en Gaza

«Si hoy sabemos lo que ha sucedido en Gaza, en Ucrania y en todas las demás tierras ensangrentadas por las bombas, se lo debemos en buena parte» a los cronistas y reporteros enviados al terreno. Muchos, sin embargo, son perseguidos y encarcelados: hay que liberarlos porque «ser periodista nunca puede considerarse un delito, sino un derecho que hay que proteger». León XIV insistió en el papel fundamental de los periodistas en la sociedad y en las dinámicas mundiales, durante su audiencia a los participantes en la 39ª conferencia de MINDS International, red mundial de agencias de prensa, recibidos en la Sala Clementina del Palacio Apostólico. En un intenso discurso, el Papa les instó a seguir promoviendo una «información libre, rigurosa y objetiva» y a formar «conciencias» y un «pensamiento crítico», especialmente en una época de información «basura» y en la era digital en la que a menudo se confunde «lo falso con lo verdadero» y «lo auténtico con lo que en cambio es artificial».

Los reporteros que arriesgan la vida

El pensamiento del Pontífice es sobre todo para los reporteros en zonas de conflicto: «Cada día hay reporteros que arriesgan personalmente su vida para que la gente pueda saber cómo estan las cosas», subrayó, destacando cómo «en un tiempo como el nuestro, de conflictos violentos y generalizados, los que caen sobre el terreno son muchos» y son «víctimas de la guerra y de la ideología de la guerra, que querría impedir que los periodistas estuvieran allí». «¡No debemos olvidarlos!», dice el Papa León. Y citando uno de sus primeros discursos inmediatamente después de su elección, el 8 de mayo, a saber, el dirigido a los periodistas de todo el mundo que habían cubierto el Cónclave, reitera el mismo llamamiento «por la liberación» de los trabajadores de la información «injustamente perseguidos y encarcelados por haber intentado informar».

La información libre es un pilar que sustenta la construcción de nuestras sociedades y, por tanto, estamos llamados a defenderla y garantizarla.

Apoyar a las agencias y a los periodistas

El Papa recuerda cómo «estos testimonios extremos» son «la culminación del trabajo cotidiano de tantos que trabajan para que la información no sea contaminada por otros fines, contrarios a la verdad y a la dignidad de la persona». Y afirma que «la información es un bien público que todos deberíamos tutelar». Para León XIV es, en efecto, «una paradoja» el hecho que «en la era de la comunicación» estén en crisis tanto las «agencias de información» como los «usuarios de la información». «Hoy nadie debería poder decir ‘yo no lo sabía'», reflexiona. A continuación, anima aún más a los periodistas en su «tan importante» servicio y también insta a crear un «círculo virtuoso que hace bien al cuerpo social» entre los que leen y los que producen:

Lo que es verdaderamente constructivo es la alianza entre los ciudadanos y los periodistas bajo la bandera del compromiso con la responsabilidad ética y cívica. Una forma de ciudadanía activa es estimar y apoyar a los operadores y agencias que demuestran seriedad y verdadera libertad en su trabajo.

El Papa subraya que «las llaves para devolver a los ciudadanos su papel de protagonistas del sistema, convenciéndoles de que exijan una información digna de ese nombre» son la «transparencia de las fuentes y de la propiedad», la «responsabilidad», la «calidad» y la «objetividad».

El antídoto contra la información «basura”

León XIV subraya a continuación cómo los periodistas de las agencias de prensa, en particular, están «llamados a ser los primeros sobre el terreno, los primeros en dar la noticia», sobre todo «en la era de la comunicación en permanentemente en directo, de la digitalización cada vez más omnipresente de los medios de comunicación de masas». Muchas veces tienen que «escribir con rapidez, bajo presión, incluso en situaciones muy complejas y dramáticas». Por lo tanto, prestan un servicio especialmente «valioso» y «deben ser un antídoto contra la proliferación de información «basura»»; esto requiere «competencia, valentía y sentido de la ética». Las agencias de prensa, prosigue el Pontífice, están llamadas «a actuar en el actual contexto comunicativo según principios -lamentablemente no siempre compartidos- que conjugan la sostenibilidad económica de la empresa con la tutela del derecho a una información correcta y plural».

En efecto, es necesario liberar la comunicación de la contaminación cognitiva que la corrompe, de la competencia desleal, de la degradación del llamado click bait.

Cuidado con los algoritmos

«No estamos destinados a vivir en un mundo en el que la verdad ya no se distinga de la ficción», asegura además el Papa León XIV. Y cita también a Hannah Arendt, cuando decía que «el súbdito ideal del régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista convencido, sino la persona para la que ya no hay diferencia entre realidad y ficción». Por eso plantea preguntas importantes, especialmente sobre las nuevas tecnologías.

Los algoritmos generan contenidos y datos en una dimensión y con una velocidad nunca vistas. Pero, ¿quién los gobierna? La inteligencia artificial está cambiando el modo en que nos informamos y comunicamos, pero ¿quién la guía y con qué fines?

«Debemos vigilar -advierte el Papa- para que la tecnología no sustituya al hombre, y para que la información y los algoritmos que hoy la gobiernan no estén en manos de unos pocos.» Y agradeció a los periodistas de la asociación su «reflexión» sobre estos desafíos actuales.

Baluarte de la civilización contra las arenas movedizas de la aproximación

«Con vuestro trabajo, paciente y riguroso, ustedes pueden ser un baluarte contra quienes, mediante el antiguo arte de la mentira, pretenden crear contrastes para comandar dividiendo; un baluarte de civilización respecto a las arenas movedizas de la aproximación y la posverdad», destaca finalmente el Papa. «La economía de la comunicación no puede ni debe separar su propio destino del compartir la verdad”.

Les recomiendo: ¡nunca malvendan su autoridad!

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