Por Álvaro Ayala

No hay gobierno que dure más de cuatro años ni Petro que lo resista.

Los que esperan con ansiedad su partida comienzan a sentir esperanzas. Sus seguidores, mientras tanto, ya experimentan melancolía. En política la felicidad del ganador es la tristeza del opositor. Todo gobierno comienza a morir cuando nace la campaña para su reemplazo y le firman el acta de defunción cuando las urnas publican el nombre del sucesor.   En la necropsia el médico legista firma y en el recuadro derecho, al llenar el formulario explicará que la causa de deceso obedeció a insuficiencia ejecutiva.

Durante este gobierno el presidente Petro ha tenido la oportunidad de asistir a su propio funeral, con la ventaja de mirar las caras de quienes fueron al velorio. Todo tiene su final, dice Héctor», el cantante de los cantantes. Petro aún no tiene final, pero si obituario: jubilado por el Estado. En su historia laboral no existe un solo día de aportes por un trabajo privado.

El jefe de Estado necesita reorganizar su gabinete para agotar las existencia$ del último barril de mermelada en las sesiones extraordinarias del Congreso. Probablemente el candidato de la izquierda llegará derecho del extranjero. Horas antes del cónclave de Cespo, el pasado 13 de enero, el presidente estuvo de cena político-diplomática con el» Lord » Roy Barreras. El mismo que se la pasa recogiendo votos por todo el mundo y nunca trabaja en el cargo por el cual cobra.  En la cancillería dicen que producto de su ineficacia y ausentismo de Londres, los británicos nos volvieron a imponer la visa Roy. Ese es el legado que nos deja ese híbrido de rémora y camaleón que no desaparece ni con el cambio climático. Habrá alianzas inesperadas, pero en política nada sorprende y todo es vulgar.

Hay más morbo que expectativas por conocer los candidatos petristas a la Casa de Nariño. Sus opositores aseguran que después de hacer trizas la paz, Petro no tiene ideas sino frases de combate. La conmoción interior debería aplicarla a las entrañas de su gobierno.

 El petrismo invitó a todos los rivales a que se unieran en su contra y al parecer lo va a lograr. Al iniciar el gobierno sus opositores y enemigos naturales veían muy lejano el 7 de agosto de 2026. Hasta temores y rumores hubo frente a la prolongación del mandato, que como los productos lácteos viene con fecha de vencimiento para evitar cólicos al consumidor final. Para un gobierno de izquierda que llegaba por primera vez es muy poco tiempo, pero mucho cuando confunden trabajar con saquear.

El pueblo es el máximo juez. En las próximas elecciones nos daremos cuenta quién tiene la razón. Se acabó el cuento de golpe duro, medio o blando. Suponemos que, si no eligen al que diga Petro, es porque no tuvo aceptación popular. El VAR de la calle es el video de este partido con 4 años de duración. No hay prórroga.  Las fechas y plazos están fijados sin   derecho al alargue.

Economía, paz y seguridad probablemente serán las principales tareas a evaluar por parte de la comunidad. Petro, por buscar la paz aumentó la guerra.  Se hace el ingenuo, pero sabe que está negociando con quienes no le comen trinos. Tener experiencia haciendo la guerra no lo hace candidato a construir la paz. 

Elenos y farianos todos los días son más poderosos y millonarios. Los guerrilleros monopolizaron el narcotráfico mundial. Se acabaron los capos de pueblos y ciudades. Ya no hay pablos, pachos, perafanes o gachas comprando equipos de fútbol, reinas de belleza y congresistas. Ahora toda la cadena de suministro es de ellos. No permiten la participación de particulares en el negocio, socio. A los emprendedores que intentan hacer rancho aparte los acribillan. Las guerras en el Cauca, Putumayo, Catatumbo y otros lugares son por cultivos de coca y pasta de cocaína. Allá circula más el dólar que el desvalorizado peso.

Son tantas las ganancias que para enviar droga a EEUU no la transportan directamente a EEUU. La llevan hasta Europa y de allí a los diferentes puertos del Tío Sam. Los gringos no requisan con tanta rigurosidad la carga que les llega de Europa como sucede con la de América del sur.

Además de ser un fracaso las negociaciones entre gobierno y guerrilla, también son despilfarro de dinero. Los delegados del presidente se volvieron viaticadores profesionales.   Son tantos los miles de millones del erario gastados en burocracia de la paz, que no alcanza para pagarles con el dinero robado por la guerrilla en los asaltos a la Caja Agraria cuando se toman los pueblos. Tocará decirles a «Iván mordisco» y Antonio García, que las farc y ELN también ayuden a financiar ese inútil y costoso tertuliadero de mentirosos y estafadores.

En materia económica, hay números que respaldan al jefe de Estado, pero el saldo en rojo de otros renglones lo dejan sin el apoyo popular y con probabilidades de perder el cuatrienio. Por ejemplo, hoy nadie entiende su revolución en la salud.

En seguridad, de 1 a 10, el resultado es menos 10. Desastre absoluto. Nunca en la historia de Colombia habíamos tenido tanta desprotección ciudadana.

 En calidad de expresidente y jefe de la oposición, el economista Gustavo Petro Urrego, será un virulento contradictor. Con tiempo y jubilado será una tachuela en el zapato.

También puede leer: