Por: Guillermo Romero Salamanca-Comunicaciones CPB

Norberto Patarroyo López, hincha de Santafecito lindo, fungió en sus lides como director técnico de un equipo de periodistas con el pomposo nombre de “Prensa Bogotá F.C.” y lo mejor eran los “terceros tiempos”, en los cuales llegaron anécdotas, cambios de sitios de trabajo, nuevos jefes, matrimonios y comentarios sobre la profesión.  

Le vino a su mente la creación de un medio de comunicación para divulgar todos esos acontecimientos y, además, luchar por la Libertad de Prensa, pedir mejores salarios y contar los más recientes acontecimientos del mundo periodístico.

Recordó los murales que hizo en el colegio. Rememoró la famosa pared de Berlín y, desde luego, el Muro de Jerusalem, donde cientos de personas llegan allí y dejan sus notas entre los resquicios.

Además, pensó, sería un homenaje a los periodistas, pero a los verdaderos “cargaladrillos” como se les denominó por muchos años y comenzó a trabajar en el tema y por ello, el fondo del semanario hecho en Power Point lleva una pared de ladrillo.

Lo bautizó como “El Muro de Pata” y a punta de perseverancia llega ahora a los 700 números.

Buscar una cita con él, es más fácil tomar un tinto con Luis Guillermo Troya, pero es necesario insistir y persistir.

Así conversamos con Norberto de los temas actuales del Periodismo, del CPB y, desde luego de El Muro.

Son 700 números del Muro de Pata con una lucha permanente por la Libertad de Prensa y de Expresión. ¿Cómo analiza estos temas en la actualidad del país?

–Para nadie es un secreto que el periodismo es considerado un derecho fundamental según está consagrado en el artículo 20 de la Constitución Política de Colombia, pero ha sido históricamente vulnerado y amenazado en nuestro país. En EL MURO siempre ha sido una de nuestras banderas la defensa de la Libertad de prensa, considerando esta Libertad como un verdadero termómetro de la democracia en nuestro país. La sociedad tiene claro que, ante una mayor libertad de prensa, existe una democracia más fortalecida. Pero hablar de Libertad de prensa en Colombia es muy complejo pues en nuestro país cada día se siguen consolidando los monopolios de los medios de comunicación, la mayoría hoy en manos de tradicionales grupos económicos. Lo anterior es una limitante para el periodista que está vinculado a esas grandes casas periodísticas.

Pero volvamos al tema de EL MURO y su misión: cada semana le contamos y analizamos cómo marcha esa libertad de prensa en el mundo, enfatizando siempre con lo que pasa en nuestro país. Contamos semanalmente como se vulnera la Libertad de expresión en Latinoamérica. Les compartimos como se vienen reduciendo paulatinamente los medios de comunicación, muy evidente estos casos en Venezuela, Cuba y Nicaragua, por no mencionar otros países. Enfatizamos que cuando callan o cierran un medio de comunicación es una oportunidad menos que tiene una comunidad para enterarse de la verdad. Este es nuestro trabajo desde hace más de 13 años.

–Pata, ¿Hacia dónde cree que va el periodismo en Colombia?

–El cambio en el periodismo en Colombia durante las últimas décadas está asociado al desarrollo tecnológico, a la influencia de las redes sociales, a encontrarnos con periodistas digitales con habilidades tecnológicas como requisitos para ejercer su labor. Ahora, respondiendo ¿para dónde va? Es claro que cada día nuestro periodismo estará soportado en un mayor uso de tecnología y de la inteligencia artificial para la producción de contenidos. Colombia no es ajena a esa transformación y no nos debe sorprender que en un futuro cercano una máquina genere contenido que se asemeje al que escribiría un humano. Para allá va.

El periodismo en Colombia plantea desafíos éticos y prácticos, y en eso debemos fortalecernos. Ahora, es importante asegurarse de que la IA y otras tecnologías se utilicen de manera responsable y no se utilicen para manipular audiencias o difundir información falsa. El periodismo del futuro en Colombia iría por mejor camino si los formadores de los nuevos profesionales de la comunicación recurrieran al conocimiento de hombres y mujeres que tanto le han aportado al periodismo de nuestro país. Hoy los miran como monumentos del pasado o muebles viejos, y es mucho lo que le pueden aportar a las nuevas generaciones.    

–Por lo general El Muro arranca con informes sobre persecución al periodismo en especial en México…

–Lo de México es muy circunstancial porque ocurre que en este país es en donde más asesinan periodistas y tiene altas cifras de violación a la libertad de prensa.  Pero no solo hablamos de la situación de la prensa en ese país, pues por lo general compartimos sobre las noticias del periodismo en el mundo, en Latinoamérica, enfatizando mucho en temas que atañen a Colombia. Tenemos comunicación permanente con la SIP, la FLIP, Reporteros Sin Fronteras y otras agremiaciones de periodistas del mundo que siempre nos están actualizando sobre lo que ocurre en torno a la mejor profesión del mundo: EL PERIODISMO.  

–¿En qué temas deberían trabajar las facultades de Periodismo? 

–En un país tan particular como Colombia, en donde se empieza a hablar de un proceso de paz, debemos hablar de un liderazgo de los comunicadores sociales y su aporte a estas dinámicas que vive nuestro país. Esto es vital en varios sentidos: para amplificar las voces de quienes fueron silenciados por la violencia; para ayudar a buscar la verdad y dar a conocer los testimonios que la sostienen; para contribuir a la reivindicación de la memoria social de las víctimas y para poner al servicio de la sociedad las nuevas herramientas tecnológicas que ayuden a entender la dimensión del conflicto. En esto deben trabajar las facultades de periodismo. Pero tiene que trabajar en el ejercicio de una comunicación transformadora que contribuya al fortalecimiento de la democracia.

La academia debe fortalecer la formación de esos profesionales de la comunicación en diferentes áreas como la formación de directores de comunicaciones estratégicas y trabajar mucho en formar periodistas enfocados en la investigación. Deben fortalecer además el conocimiento para formar los Community Manager que tanto reclaman hoy instituciones en el sector privado y público. Además, las facultades de periodismo también le deben apuntar a fortalecer el conocimiento para que los periodistas tengan buenas herramientas como realizadores y productores audiovisuales.

En síntesis, debe ser una comunicación social para fortalecer la comunicación organizacional, comunicación como servicio público (periodismo), comunicación digital (redes), comunicación para los sentidos (arte y cultura), comunicación como escape (literatura y edición) y comunicación educativa. A los muchachos hay que cambiarles la idea que tienen y es que llegan a afirmare que estudiar periodismo es para presentar noticias o hacer reportería. La comunicación social y el periodismo tiene grandes escenarios, desconocidos hoy por los formadores de los profesionales de la comunicación.

–¿El domingo es el día en el cual trabaja más?

–Curiosamente el domingo es cuando menos se trabaja porque se cumple únicamente con el trabajo de enviar EL MURO. Los días fuertes de trabajo son los jueves, viernes y sábado; días en los cuales los colegas envían el material con lo más reciente para que el domingo no nos queden noticias trasnochadas. Aprovechamos para recibir y compartir el reporte de la SIP, de Reporteros Sin Fronteras, de la FLIP y de otras agremiaciones que nos hacen un resumen de lo que está pasando con el periodismo en el mundo, en especial en lo que toca con la Libertad de prensa. El domingo más bien es suave.

–¿Cuántos columnistas tiene en la actualidad?

–El tema de los columnistas es rotativo, es decir que unos aparecen un fin de semana y otros no. Esto para darle diferentes alternativas al lector y no aparezcan los mismos de siempre el fin de semana. Es importante aquí señalar que tratamos siempre de que nuestros columnistas opinen sobre temas que atañen al periodismo o noticias del diario trasegar en dónde un periodista fija una posición sobre un hecho que puede ser de tipo político, económico, cultural o académico, pero es de impacto nacional. Buscamos que no se haga periodismo de bancada o prensa que opina con la camiseta puesta de un partido. Siempre se publica lo equilibrado. Contamos con unos 15 columnistas.

–¿Qué percepción tiene de la radio de ahora?

–Debo reconocer que me gustaba más la radio de antes. Había mayor compromiso con menos herramientas. Era un periodismo radial con mucho profesionalismo. Un solo ejemplo: si ocurría un hecho de última hora y de interés nacional; el periodista de la vieja guardia se buscaba como fuera un teléfono público, uno privado o se colgaba a un poste de teléfono a buscar línea si era necesario, pero salía como fuera con el “Extra”, “Atención”, “Ultima hora”, etc. Era un periodismo de mucho compromiso y más trabajo. 

Hoy el periodista tiene a la mano todas las herramientas: el celular, el “compu”, la grabadora y toda la tecnología.

Sobre esa radio de ahora es claro hoy es el medio de comunicación por excelencia y lo seguirá siendo por muchos años. Con el tiempo se irán perdiendo oyentes y aquí es importante que las nuevas generaciones de la radio en Colombia van a tener que trabajar nuevos formatos y con contenidos realmente ganadores. La radio como herramienta del periodismo va a tener que competir de una manera novedosa, fresca, que siempre enriquezca con nuevos temas a sus oyentes. 

Veo que la radio no va a salir del espectro físico tan pronto como algunos opinan, pues en Colombia somos aún “de transistor”.  La radio está en casa, en el celular, en el carro, en el equipo de sonido, y siento que eso no va a cambiar por mucho tiempo. Lo que sí es claro: la radio en AM va a desaparecer y las parrillas en FM se deben fortalecer de acuerdo a sus nichos y sus audiencias. Si no lo hacen van a desaparecer también.

–¿Cuántos corresponsales tiene en los medios?

–EL MURO tiene una particularidad. Tiene muchos corresponsales en diferentes medios de comunicación. Quiere decir que en cada medio hay un periodista que nos comparte información de lo que ocurre al interior de su casa periodística. Por lo anterior, dar un número de corresponsales es complicado porque la mayoría son periodistas que nos comparten información, pero que por obvias razones su nombre no se da a conocer.  Tenemos muchos corresponsales.

–¿Cuál sería su ranking de programas informativos?

–Como periodista que le hace seguimiento a los medios -hablando de informativos radiales- estoy repasando permanentemente el dial y confieso que donde más me “estaciono” es en Caracol Radio con Gustavo Gómez. Hago recorridos en La W con Julio Sánchez Cristo y en Blu Radio con Néstor Morales. De vez en cuando paso a lo que quedó de la fusión del AM y el FM en RCN.

Con relación a informativos de televisión marca la pauta Noticias Caracol, siguiendo en su orden CM&, Noticias 1, Noticias RCN, City Noticias, Red Más Noticias y RTVC Noticias.

 –¿Cuántos años en el CPB?

–No soy muy viejo en el CPB. Alrededor de 5 años. Llegué allí por gentil invitación de Gloria Vallejo cuando era su presidenta. En ese corto tiempo han ocurrido muchas cosas.  Fui pre jurado del Premio de Periodismo CPB hace unos 4 años y hoy estamos en la dinámica de aportar al máximo a la agremiación después de salir de lo que muchos calificaron como una crisis. Hay un nuevo aire en el CPB y estamos con toda la disposición de aportar.

En una entrega de Premios CPB con Luis Guillermo Troya, Herbin Hoyos q.e.p.d. y Carlos Villota.

–Ya vienen los Premios del CPB, si fuera jurado, ¿qué trabajos postularía de los hechos hasta el momento en este 2023?

–Sabes que en televisión me gustaría que le entregaran ese reconocimiento al corresponsal de Noticias Caracol en EE UU, Juan Camilo Merlano. El chino es muy piloso y tiene claro en sus notas y en lo que realiza lo que debe hacer un periodista. Le entregaría un reconocimiento, de esa casa periodística también, a Marcella Pulido y Carlos Eduardo Barragán Rozo, dos veteranos que le han aportado mucho al periodismo. En el Canal RCN le entregaría un reconocimiento a Gloribeth Pardo, por su trabajo permanente en los temas de salud. Fíjense que en época de pandemia todos los periodistas se volcaron a la fuente de la salud. Era una emergencia mundial y era entendible, pero cuando vino la post pandemia no se les resaltó el trabajo a quienes siempre han sido fuertes con esa fuente y la han trabajado con constancia y entrega. Si fuese jurado resaltaría y haría un reconocimiento a esos colegas que trabajan en lo regional y en esos aparatados territorios en donde informar no solo es un inconveniente técnico sino un riesgo para sus vidas.  Decir la verdad en esas latitudes es complicado y difícil por esos entornos de violencia. 

Quiero hacer un apunte final, a propósito de los premios de periodismo. Para todos los colegas los verdaderos premios de periodismo en Colombia son: el Premio de Periodismo CPB, el Premio Simón Bolívar y el Premio Álvaro Gómez Hurtado. Los demás premios y nominaciones son inventos de unos personajillos que no vale la pena mencionar y que solo buscan un negocio con esas “postulaciones”.  Amigo periodista: no se deje postular, no se deje utilizar.  

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