Con relación a la miopía, la Fundación Oftalmológica Nacional, Fundonal, sostiene que en los últimos años se ha observado un aumento significativo en la prevalencia de esta afectación visual. Este fenómeno ha sido objeto de numerosos estudios, los cuales han arrojado resultados variados debido a diferencias en la población y el diseño metodológico. Sin embargo, se ha identificado una asociación considerable entre el aumento de la miopía y ciertas actividades y hábitos.

Las investigaciones han señalado que el uso prolongado de pantallas, la disminución de actividades al aire libre y el frote ocular son factores ambientales que contribuyen al aumento de la miopía. Estas actividades están asociadas con cambios en la curvatura y la longitud del ojo, lo que resulta en una mayor prevalencia de esta condición, especialmente en poblaciones que realizan actividades de fijación cercana con alta frecuencia.

Así lo sostiene el Dr. Rodrigo Ernesto Barrera Rodríguez, integrante del cuerpo médico de Fundonal: “los signos tempranos de la miopía incluyen dificultades para ver objetos lejanos, lo que puede manifestarse en niños que necesitan sentarse cerca del tablero en el salón de clases o que pierden la concentración debido a la incapacidad de ver claramente. Además, algunos pacientes pueden experimentar una visión disminuida en condiciones de poca luz”.

En cuanto a recomendaciones Barrera afirma que: “la Academia Americana de Oftalmología recomienda  restringir el tiempo de uso de pantallas en niños entre 2 y 7 años, entre una y dos horas por día además hacer pausas frecuentes para evitar la progresión de la miopía, otro ejercicio recomendables es realizar la regla 20- 20 – 20, el cual es que cada 20 minutos, hacer una pausa de 20 segundos y mirar un objeto que esté a 20 pies de distancia, que es equivalente a 6 metros”.

En suma, la Fundación Oftalmológica Nacional, menciona que, en cuanto a los tratamientos, se han estudiado diversos enfoques para controlar la progresión de la miopía. Uno de los tratamientos más investigados es el uso de atropina, una gota oftálmica que ha demostrado reducir la progresión de la miopía, aunque no revertirla. Este medicamento debe ser prescrito por un oftalmólogo. Otra innovación reciente son unas gafas especiales que distribuyen la luz en la retina, lo que también puede ayudar a disminuir la progresión de la miopía.

Es importante destacar que el aumento de la miopía en los últimos años también se debe al creciente interés en su estudio y a una mejor documentación de su prevalencia. Esta condición no es nueva, pero ahora se cuantifica de manera más precisa, lo que ha permitido una mayor comprensión de su impacto en diferentes poblaciones.

Finalmente, se recomienda que las personas, especialmente los niños, realicen actividades al aire libre con la protección adecuada contra los rayos ultravioleta y alérgenos para prevenir la inflamación ocular. A largo plazo, para aquellos que ya han detenido la progresión de la miopía, existen opciones como la cirugía láser o el implante de lentes intraoculares para corregir la visión.

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