Por Guillermo Romero Salamanca
Lo que parecía imposible, Karen María Orduz lo venció. Durante más de un siglo, este trabajo sólo lo desempeñaban hombres, pero ella se convirtió, gracias al apoyo prestado por Schindler, en la primera mujer técnica de servicio para revisar cada uno de los mil y más detalles que deben cumplir los ascensores para su pleno funcionamiento.
Su trabajo no sólo está en subir y bajar en elevadores para revisarlos, sino es escuchar cada uno de sus movimientos, averiguar en qué punto preciso se requiere un cambio de algún elemento o, simplemente, aceitar o ajustar una tuerca.
A veces se demora unos minutos, pero en otras ocasiones requiere de unas horas para entregar un ascensor con toda la seguridad requerida.
“En Colombia, el panorama laboral para las mujeres aún requiere de mayores esfuerzos, pese a avances registrados en las últimas décadas. Las inequidades de género en lo laboral persisten fuertemente y se expresan en indicadores importantes como desempleo, participación, remuneración y protección laboral, pero debemos romper esos paradigmas y brindar oportunidades a las mujeres para que puedan competir y crecer en sus vidas”, comentó Gracibel Urdaneta, gerente de recursos humanos de Schindler.
También, ciertamente, se confirma que las mujeres siguen ocupando los empleos más precarios: son mayoría en el mercado de trabajo informal o en el trabajo de cuidado no remunerado, laborando en total más que los hombres sin obtener el mismo reconocimiento social y económico.
“Las mujeres en el mundo laboral merecemos y debemos empoderarnos en funciones y desarrollos sin sesgos o discriminaciones. Es vital que las compañías adopten políticas de inclusión que realcen nuestras capacidades en tareas que, inicialmente, puedan ser para hombres”, explica Karen.
Schindler, empresa suiza especializada en transporte vertical con presencia en Colombia desde hace 66 años, tiene proyectos que ya son una realidad donde la mujer tiene un rol influyente y valorado, siendo acompañadas en cada paso dentro del proceso laboral ya sea a nivel gerencial o técnico.
Karen Mejía Orduz –oriunda de Sogamoso, madre de una hija y que vive en Bogotá– es un claro ejemplo de que las mujeres empoderadas pueden salir adelante y sobresalir en sus funciones. Ella se ha convertido en la primera mujer en Colombia que es técnica de servicio en Schindler, probando que sólo es necesario un voto de confianza para traducir los sueños en realidades.
Con la máxima atención, una responsabilidad para operar cada uno de los sistemas, leer los planos y seguir las instrucciones de ingenieros se convierten en sus puntos del día.
A día de hoy, Karen lleva más de un año de vinculación en la empresa y todos los días se reta a sí misma en hacer lo mejor posible sus rutinas de trabajo, pues se propuso profesionalizarse como ingeniera mecatrónica porque sueña con hacer llegar lejos su plan de carrera en Schindler.
“Ella pasó todas las pruebas, nos ha mostrado sus capacidades y nos enseña cada día de la importancia de su trabajo. Es una gran mujer que quiere escalar y demostrar que el género femenino también puede brillar en el área de mantenimiento de ascensores y así ser un paradigma para las nuevas generaciones que tienen sueños similares.”, comentó la gerente de recursos humanos de Schindler.
“Es frecuente que las mujeres quizás adopten comportamientos masculinos cuando están en cargos de dirección. Sin embargo, no es necesario que cambien su actuar, siendo más “toscas” para parecer más competitivas. La condición de ser mujer les provee de otras habilidades y destrezas, su esencia es lo que las hace diferentes: analíticas y a la vez intuitivas; fuertes más no agresivas; sensibles pero decididas; detallistas pero integrales”, concluye la directiva de Schindler.
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