Cada año, miles de contenedores marítimos quedan fuera de circulación tras cumplir su vida útil en el comercio internacional. Reutilizarlos, en lugar de fundirlos o desecharlos, representa una alternativa sostenible que no solo evita procesos industriales contaminantes, sino que también impulsa la economía circular.

Este innovador proyecto transforma contenedores marítimos en espacios habitables y logísticos. Esta práctica reduce la huella ambiental del sector construcción, ya que impide que estas estructuras de acero ingresen a procesos industriales de fundición, los cuales son altamente contaminantes y energéticamente intensivos.

“Más del 95% de cada contenedor marítimo reutilizado está compuesto por acero estructural resistente, que se conserva tal cual, sin fundirse ni reprocesarse. Reutilizar un solo contenedor evita la emisión de entre 2.000 y 8.000 kilogramos de CO2 y permite recuperar más de 3.000 kilos de acero estructural, lo que permite una logística y construcción más consciente”, afirma Jairo Valencia, presidente de EContainers.

Al darles una segunda vida sin transformarlos en materia prima, se evita la emisión de toneladas de CO2, se reduce el uso de agua y energía, y se minimiza la generación de residuos industriales.

El reaprovechamiento de estos módulos no solo extiende la vida útil del acero por más de 20 años, sino que también facilita la construcción de oficinas, unidades médicas móviles, baterías de baño, centros de almacenamiento e incluso viviendas, todo con tiempos de montaje más cortos, menor uso de maquinaria pesada y sin generación de escombros.

“Cada contenedor reutilizado recupera más de 3.000 kg de acero estructural, dándole una segunda vida útil sin transformaciones industriales. La reutilización de contenedores no solo responde a una necesidad de la industria, sino a un compromiso con el medio ambiente”, agrega Valencia. “Estamos comprometidos con la economía circular, y eso se traduce en proyectos más limpios, rápidos y eficientes para nuestros clientes y para el planeta”.

Este modelo, que une eficiencia logística con responsabilidad ambiental, se presenta como una alternativa real y necesaria en un momento en el que la urgencia climática exige repensar la forma en que construimos y transportamos.

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