La contaminación lumínica va en aumento, ya que las zonas exteriores iluminadas artificialmente aumentaron un 2,2% al año entre 2012 y 2016, según un estudio citado por la Secretaría de la Convención sobre las Especies Migratorias de Animales Silvestres, un tratado medioambiental de la ONU.

En la actualidad, se calcula que más del 80% de la población mundial vive bajo un «cielo iluminado», y la cifra se acerca al 99% en Europa y Norteamérica.

Alteración de los patrones naturales

«La oscuridad natural tiene un valor de conservación del mismo modo que el agua, el aire y el suelo limpios. Un objetivo clave del Día Mundial de las Aves Migratorias 2022 es concienciar sobre el problema de la contaminación lumínica y sus impactos negativos en las aves migratorias», dijo Amy Fraenkel, secretaria ejecutiva de la citada Convención.

La luz artificial altera los patrones naturales de luz y oscuridad en los ecosistemas, y contribuye a la muerte de millones de aves cada año, ya que la contaminación lumínica puede hacer que las aves cambien sus patrones de migración, sus comportamientos de búsqueda de alimento y su comunicación vocal, provocando desorientación y colisiones. Las aves migratorias son amenazadas por la caza, la captura y el comercio ilegal. Foto: Mark AndersonLas aves migratorias son amenazadas por la caza, la captura y el comercio ilegal. Foto: Mark Anderson

Desorientación y muerte

Las aves migratorias se ven atraídas por la luz artificial por la noche -sobre todo cuando hay condiciones de poca nubosidad, niebla, lluvia o cuando vuelan a baja altura-, lo que las atrae hacia los peligros de las ciudades.

Las aves se desorientan y, como consecuencia, pueden acabar dando vueltas en zonas iluminadas. Con sus reservas de energía agotadas, corren el riesgo de agotarse, o algo peor.

«Muchas aves que migran de noche, como patos, gansos, chorlitos, correlimos y aves canoras, se ven afectadas por la contaminación lumínica, que provoca desorientación y colisiones con consecuencias fatales», explica Jacques Trouvilliez, secretario ejecutivo del Acuerdo sobre las Aves Acuáticas de África y Eurasia (AEWA), otro tratado de la ONU.

«Las aves marinas, como los petreles y las pardelas, son atraídas por las luces artificiales en tierra y se convierten en presas de ratas y gatos».

Cielos más seguros

Hace dos años, los países que forman parte de la Convención sobre las Especies Migratorias de Animales Silvestres aprobaron unas directrices sobre la contaminación lumínica que abarcan a las tortugas marinas, las aves marinas y las aves costeras migratorias.

Las recomendaciones exigen que se realicen evaluaciones de impacto ambiental para los proyectos que puedan dar lugar a contaminación lumínica. 

Los proyectos deben tener en cuenta las principales fuentes de contaminación lumínica en un lugar determinado, las especies silvestres que probablemente se verán afectadas y los datos sobre la proximidad a hábitats importantes y rutas migratorias.

Actualmente se están elaborando nuevas directrices centradas en las aves terrestres migratorias y los murciélagos, que se presentarán para su aprobación en una conferencia de la Convención el año que viene.

Las soluciones a la contaminación lumínica son fáciles de encontrar, dijo Frankel. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), cada vez son más las ciudades de todo el mundo que adoptan medidas para atenuar las luces de los edificios durante las fases de migración en primavera y otoño.

Llamamiento a la acción

El Día Mundial de las Aves Migratorias se celebra dos veces al año, el segundo sábado de mayo y de octubre, en reconocimiento a la naturaleza cíclica de la migración de las aves y a los diferentes periodos de máxima migración en los hemisferios norte y sur.

Está organizado por una asociación de colaboración entre los dos tratados de vida silvestre de la ONU y la organización sin ánimo de lucro Medio Ambiente para las Américas.

«El Día Mundial de las Aves Migratorias es una llamada a la acción para la conservación de las aves migratorias internacionales», dijo Susan Bonfield, directora de Medio Ambiente para las Américas.

«Como el viaje de las aves migratorias atraviesa las fronteras, inspirando y conectando a la gente a lo largo del camino, es nuestro objetivo utilizar los dos días de 2022 para concienciar sobre la amenaza de la contaminación lumínica y la importancia de los cielos oscuros para las migraciones de las aves». (ONU-Noticias).

También puede leer:

Esto es lo que tus ojos pueden revelar de tu salud