
Por: Victor Chu, Representante de la República de China (Taiwán) en la República de Colombia
Esta semana se celebra la Asamblea de la ONU. Es un año más en el que Taiwán, -la 21ª economía más grande del mundo, y país comprometido con la libertad y democracia- es excluido de este foro, que irónicamente, levanta como bandera la defensa de estos valores.
Esta exclusión, impulsada por presiones políticas y una interpretación distorsionada de la Resolución 2758 de la ONU, limita el acceso de Taiwán a estos foros vitales y crea peligrosas brechas que afectan a la comunidad internacional en la turbulenta actualidad política mundial.
La Resolución 2758, adoptada en 1971, estableció la representación de China en la ONU, sin prohibir la participación de Taiwán o abordar su estatus. La interpretación que lo considera parte de China perjudica para el orden internacional. Es urgente que la ONU, en su 80° aniversario de fundación, reconozca esta realidad y ejerza su papel como promotora del diálogo y la construcción de la paz.
Voces en todo el mundo se han manifestado exigiendo que Taiwán participe de mecanismos como este. El mundo necesita que Taiwán sea parte activa de la ONU para cumplir la visión de “no dejar a nadie atrás” y trabajar de manera conjunta para un futuro más seguro y próspero, entendiendo la importancia global de la estabilidad del estrecho de Taiwán, como manifestaron los representantes de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur en esta Asamblea de la ONU. “La única forma de enfrentar estas crisis es con la unidad. Fortalecer las alianzas democráticas es el único camino para el mantenimiento de una paz duradera y la construcción de un mundo estable y próspero”, señaló el presidente de Taiwán, Lai Ching-te, en la Cumbre Anual de Concordia 2025, celebrada también esta semana.
Por otra parte, Taiwán gestiona una de las rutas aéreas más transitadas del noreste de Asia, por lo que la exclusión de agencias de la ONU como la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) deja vacíos de información que podrían poner en peligro la vida de millones de pasajeros. Sin consultar a Taiwán China ha alterado unilateralmente rutas aéreas, lo que ha incrementado los riesgos para la seguridad aérea en el Indo-Pacífico.
No solo se trata de la ONU. El crimen transnacional (cibercrímenes, tráfico de drogas, trata de personas) no respeta fronteras. La exclusión de Taiwán mecanismos internacionales como Interpol impide una cooperación eficiente para combatir estos delitos globales, lo que deja puntos ciegos que pueden ser aprovechados por criminales internacionales.
Como actor clave en la región Indo-Pacífico y líder en la cadena de suministro internacional de semiconductores, Taiwán sigue promoviendo un diálogo constructivo con China basado en principios de paridad y dignidad, buscando contribuir al bienestar global.
Instamos a Colombia, como actor relevante en la comunidad internacional, a apoyar la inclusión de Taiwán en las organizaciones internacionales. En un mundo marcado por la inestabilidad geopolítica la exclusión de Taiwán de los organismos internacionales es no solo una injusticia: es un riesgo para la seguridad, la economía y la salud global.
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