Por: Yesid Bejarano, decano de la facultad de ingenierías de la Fundación Universitaria San Mateo

Las redes 5G están marcando un antes y un después en la conectividad global. No se trata solo de velocidades más rápidas para navegar en internet, sino de una transformación que impactará desde la salud y la educación hasta la industria y el entretenimiento. En Colombia, la implementación de esta tecnología avanza, aunque enfrenta retos significativos que, si se superan, podrían posicionar al país como un líder regional en la adopción de tecnologías de última generación.

A nivel global, 5G promete velocidades hasta 100 veces superiores a las redes 4G, con una latencia reducida a tan solo 1 milisegundo. Según un informe de GSMA Intelligence, para 2025 se espera que 5G alcance a más de 2.000 millones de personas en todo el mundo, aportando 2,2 billones de dólares a la economía global. En América Latina, se estima que el impacto económico de 5G superará los 50 mil millones de dólares, con sectores como la manufactura, la salud y el transporte como principales beneficiarios.

En Colombia, la expectativa es alta. Según el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC), la implementación de 5G podría generar 9,4 billones de pesos anuales para el PIB del país, principalmente por su capacidad para impulsar industrias clave como la minería, la agricultura de precisión y el comercio electrónico. No obstante, solo el 21% de los colombianos accede actualmente a conexiones de alta velocidad, lo que plantea desafíos significativos en términos de equidad digital.

En 2022, el gobierno colombiano dio el primer gran paso hacia 5G con el lanzamiento de pilotos en ciudades como Bogotá, Medellín y Cali. Estas pruebas, realizadas en colaboración con operadores como Claro y Movistar, demostraron el potencial de la tecnología en sectores como el transporte, con soluciones de movilidad inteligente, y la salud, con la posibilidad de realizar cirugías remotas a través de redes ultrarrápidas.

Sin embargo, la adopción de 5G enfrenta barreras importantes. En primer lugar, está el costo de las infraestructuras necesarias, estimado en más de 6 billones de pesos para los próximos cinco años, según la Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones (CCIT). Además, el país enfrenta retos regulatorios, como la asignación de espectro y la creación de políticas que incentiven la inversión privada en zonas rurales, donde el acceso a internet aún es limitado.

El impacto en la sociedad colombiana

Los beneficios de 5G no se limitan a mejorar la experiencia de los usuarios con dispositivos móviles. Su impacto real está en el desarrollo de nuevas aplicaciones que cambiarán la forma en que vivimos y trabajamos.

  • Salud: con 5G, hospitales en zonas rurales podrán conectarse con especialistas en las grandes ciudades para diagnósticos y tratamientos en tiempo real. Esto podría reducir significativamente la desigualdad en el acceso a servicios médicos de calidad.
  • Educación: las redes 5G permitirán que más colombianos accedan a educación virtual interactiva, especialmente en áreas remotas, donde actualmente la conectividad es limitada.
  • Industria 4.0: sectores como la minería, la agricultura y la manufactura se beneficiarán de soluciones basadas en IoT (Internet de las cosas), que optimizan procesos y reducen costos operativos.
  • Entretenimiento: la transmisión de contenidos en realidad virtual y aumentada, así como los videojuegos en la nube, tendrán un impacto significativo en la economía naranja, uno de los pilares estratégicos del desarrollo colombiano.

Si bien los avances son alentadores, Colombia debe acelerar sus esfuerzos para cerrar la brecha digital. La inversión en infraestructura, la capacitación de talento en tecnologías avanzadas y la creación de un marco regulatorio claro serán clave para garantizar que los beneficios de 5G lleguen a toda la población, y no solo a las grandes ciudades.

A nivel educativo, las universidades tienen un papel crucial. Formar ingenieros capacitados en 5G y tecnologías emergentes será determinante para aprovechar todo su potencial. En la Fundación Universitaria San Mateo, entendemos que la conectividad no es solo una cuestión técnica, sino un motor de inclusión y desarrollo social.

5G no es solo una promesa tecnológica; es la oportunidad de cerrar brechas, transformar industrias y llevar a Colombia al siguiente nivel en la Cuarta Revolución Industrial. Pero la pregunta es: ¿estamos listos para tomar el volante de esta autopista digital?

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