En el organismo humano hay mayor número de bacterias que de células humanas

La obesidad es una de las principales preocupaciones de salud a nivel mundial.

Durante décadas, la ciencia ha señalado factores como la genética, la alimentación y el sedentarismo como las causas primarias del sobrepeso. Sin embargo, en los últimos años, los investigadores han descubierto un nuevo protagonista en esta ecuación: las bacterias que habitan en nuestro intestino.

El Microbioma Intestinal y su Relación con la Obesidad

El microbioma intestinal es el conjunto de microorganismos que residen en el tracto digestivo humano. Se estima que cada persona alberga cerca de 100 billones de bacterias en su intestino, superando en número a nuestras propias células. Estas bacterias cumplen funciones esenciales, como la digestión de ciertos alimentos, la producción de vitaminas y la modulación del sistema inmunológico.

Estudios recientes han demostrado que la composición del microbioma puede influir directamente en la tendencia de una persona a ganar o perder peso. Específicamente, se ha identificado que las personas con obesidad presentan un desequilibrio en la proporción de dos grupos principales de bacterias: Firmicutes y Bacteroidetes.

Firmicutes vs. Bacteroidetes: El Factor Clave en la Regulación del Peso

Diversas investigaciones han encontrado que las personas con obesidad suelen tener una mayor proporción de Firmicutes y una menor cantidad de Bacteroidetes en comparación con individuos delgados. Este desequilibrio podría favorecer la extracción de más calorías de los alimentos, promoviendo un aumento de peso.

Un estudio publicado en Nature evidenció que, al trasplantar el microbioma intestinal de ratones obesos a ratones delgados, estos últimos comenzaron a ganar peso rápidamente sin modificar su dieta. Este hallazgo sugiere que la composición bacteriana juega un papel determinante en la regulación del metabolismo y el almacenamiento de grasa.

¿Cómo Modificar el Microbioma para Controlar el Peso?

Los científicos han explorado diversas estrategias para alterar el microbioma intestinal con el fin de favorecer la pérdida de peso. Algunas de las más prometedoras incluyen:

-Dieta Rica en Fibra: Consumir alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, favorece el crecimiento de Bacteroidetes y reduce la presencia de Firmicutes.

-Probióticos y Prebióticos: Los probióticos (bacterias beneficiosas) y los prebióticos (alimentos que alimentan estas bacterias) pueden mejorar la diversidad del microbioma intestinal y contribuir al control del peso.

-Reducción del Consumo de Azúcares y Grasas Procesadas: Una dieta alta en azúcares y grasas procesadas puede alterar negativamente la composición bacteriana, favoreciendo el desarrollo de obesidad.

-Ejercicio Regular: Se ha demostrado que la actividad física no solo ayuda a quemar calorías, sino que también mejora la diversidad del microbioma intestinal.

-Trasplante de Microbiota Fecal (TMF): Aunque aún en fase experimental, esta técnica consiste en transferir bacterias intestinales de una persona delgada a una con obesidad, con el fin de modificar su microbioma y favorecer la pérdida de peso.

El estudio del microbioma intestinal ha abierto por tanto una nueva perspectiva en la lucha contra la obesidad. Aunque la dieta y el ejercicio siguen siendo factores fundamentales, la ciencia ha demostrado que las bacterias que habitan en nuestro intestino pueden desempeñar un papel crucial en la regulación del peso corporal.

Con más investigaciones en curso, en el futuro podríamos ver tratamientos personalizados basados en la modulación del microbioma para combatir la obesidad de manera efectiva y duradera.

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