Por Guillermo Romero Salamanca

El 20 de diciembre del 2023, después de almuerzo, el periodista Rubén Darío Mejía Sánchez, consumidor de corchos, paisano del pintor y escultor David Manzur Londoño y del político Mario Calderón Rivera envió a sus contactos de WhatsApp y otras redes sociales el siguiente mensaje:

“Buenas tardes

Les cuento que a partir de la fecha ya no estaré de tiempo completo en la Agencia Reporteros Asociados del Mundo. Haré cosas esporádicamente, pero todo seguirá funcionando.

Ya ha pasado mucha agua debajo del puente y es hora de descansar, aunque ustedes saben que nosotros no descansamos del todo,

Un Saludo

Rubén Darío”

“Bueno –pensamos, casi en voz alta– descansan ahora su esposa Sandra Milena y su machacado computador porque este hombre casi no duerme”.

El director de la Agencia Reporteros Asociados del Mundo nació en Neira, Caldas, el 13 de noviembre de 1942. Ese mismo día, cerca de la isla Guadalcanal, en el marco de la Segunda Guerra Mundial buques de los Estados Unidos y del Japón tuvieron uno de los grandes enfrentamientos, en Colombia Alfonso López Pumarejo tenía unos meses en el poder y el departamento de Caldas aún no había sido dividido. Justo ese año, Neira cumplió cien años de fundado por esa colonia antioqueña que llegó hasta cerca de Manizales, a punta de machete, hacha y trepados en unas indómitas mulas.

Además, Rubén Darío ha sido uno de los grandes consumidores de café, porque de eso si aprendió desde los mismos brazos de sus padres.

Recibió sus primeras clases en la Escuela Eugenio de Jesús Correa donde aprendió algo de fútbol, mientras consumía “corchos”, un famoso dulce de la región hecho con panela y pata de res.

Dice él que eran muy deliciosos.

Luego adelantó  el cuarto de bachillerato en el Instituto Neira y cambió el corcho por las arepas porque viajó a Medellín a terminar la secundaria en el colegio Benedictino.

Cuando tenía unos 14 años escribió su primera nota periodística que envió a La Patria de Manizales donde fue publicada como columnista de Neira. Durante varias semanas mostró su “hazaña” en casas de familiares y amigos.

Por esos años le llamaron su atención las enseñanzas de Benito de Nursia, un monje italiano fundador de la Orden de los Benedictinos.

De tal manera, el joven Rubén Darío comenzó sus estudios de Teología en el convento Benedictino de Medellín y luego en El Rosal, Cundinamarca, mientras contemplaba los cuadros del santo que aparecían siempre con un libro de normas –o regla–, una copa ropa y un cuervo con un pedazo de pan en el pico.

Vestido de hábito negro y capucha, con su escapulario y su rosario en la mano derecha, el hijo de Neira alternó estudios de Filosofía y Periodismo en el mismo convento y en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín.

Pero, en realidad, le llamó siempre su interés el periodismo, escribir, entrevistar, charlar con personajes, preguntar, analizar, hacer crónicas y reportajes.

Un día habló con el Superior, le explicó sus motivos y colgó el hábito en una puntilla, luego de darle un beso al escapulario.

Consiguió su primera máquina de escribir y muchas, muchas hojas de papel periódico para sus notas.

El primer trabajo periodístico fue con El Correo de Medellín, de donde pasó a El Tiempo en Bogotá.

Comenzó entonces un recorrido periodístico desde sus 22 años por medios de comunicación radiales, escritos y de televisión como El Correo de Medellín, El Tiempo de Bogotá, La República, periódico deportivo Ovaciones, El Siglo, Todelar, Lemas de Colombia, El Frente de Bucaramanga, El Diario del Oriente de Bucaramanga, colaborador y corresponsal de La Patria de Manizales, Occidente de Cali, Diario del Sur de Pasto y La Opinión de Cúcuta.

Redactor de las revistas Semana, Hit y Cromos.

Luego estuvo vinculado a la Presidencia de la República en dos oportunidades y al Ministerio de Comunicaciones como Inspector de Cine.

Realizó una especialización en Redacción Internacional y Diagramación de periódicos y revistas en la Universidad de Barcelona.

Fue redactor alterno para América Latina en El País de Madrid, España, de donde pasó a la redacción de Semana en la capital colombiana.

Al comenzar el siglo XXI, fundó Reporteros Asociados, portal de información en internet y que según dijo en una entrevista a Señal Colombia el 9 de febrero del 2002, solo quería que se comenzaran a marcar las pautas de una nueva forma de periodismo y por eso su eslogan: “Un nuevo estilo de periodismo”.

Más adelante se convirtió en una agencia de noticias bajo el nombre de Reporteros Asociados del Mundo que sigue vigente en la actualidad, ofreciendo información a los abonados.

Portó la tarjeta profesional de periodista número 263, otorgada por el Ministerio de Educación en el gobierno de Alfonso López Michelsen.

Es corresponsal de guerra desde 1973, del curso 34 de la Escuela Militar de Cadetes José María Córdova de Bogotá.

Se especializó en política y deportes, ramas que ha manejado en más de una oportunidad de manera alterna, cubriendo eventos nacionales e internacionales especialmente en lo que tiene que ver con el deporte. Montó su columna de opinión “Ojo del Halkón” para comentar sobre política.

Pero seguía escribiendo noticias de orden público, sociales, económicas, deportivas, internacionales y hasta de espectáculos.

Un día llegamos a la conclusión que el hijo epónimo de Neira padece de insomnio.

No duerme y si lo hace, es por minutos, por eso se levanta a muchas horas a machacar el teclado del computador con dos dedos, pero a toda velocidad.

En una cita con el médico, al comentarle que llevaba ya 67 años escribiendo noticias día y noche, el galeno lo miró asombrado y le formuló, claramente, impreso a 76 puntos para que le fuera visible: “descanse”.

No. Era difícil creer que podría dejar el oficio y luego de varios días de pensar en la receta, optó por hacer lo que ha hecho desde cuando se casó con Sandra Milena: hacer caso.

Almorzó lentamente, tomó su café amargo, se sentó frente al computador, encontró unas frases de su mentor de juventud, San Benito de Nursia y leyó:

“El primer grado de humildad es una obediencia sin demora”. “Los somnolientos gustan de poner excusas”. “Proceda con prudencia y no sea extremoso en nada, no sea que, por querer raer demasiado la herrumbre, rompa la vasija”.

Reflexionó y entonces escribió la noticia de su vida, la que nunca pensó redactar:

“Buenas tardes

Les cuento que a partir de la fecha ya no estaré de tiempo completo en la Agencia Reporteros Asociados del Mundo. Haré cosas esporádicamente, pero todo seguirá funcionando.

Ya ha pasado mucha agua debajo del puente y es hora de descansar, aunque ustedes saben que nosotros no descansamos del todo,

Un Saludo

Rubén Darío”

Ahora sólo sube a las redes memes y dibujitos graciosos de perritos, gaticos, palomitas y mensajes tiernos.

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