Por Esteban Jaramillo Osorio*
 
Final para jugarla y pelearla, con estadio repleto, sin descontroles pasionales, sin condicionamientos arbitrales, sin escándalos, sin descaradas simulaciones para ganar tiempo, sin conflictos, con respeto a los rivales.
 
*¿Es mucho pedir?*
 
Santa fe con su espíritu de combatiente. Feroz como un león, pero cargado de almanaques, con una nómina envejecida.
 
Sin experiencia, su técnico Jorge Bava, mira los partidos entre sustos. En ocasiones no sabe en qué problemas se ha metido.
 
Apuntalados los bogotanos en la velocidad de sus extremos, Fracica y Mosquera, rápidos y “calidosos”, soportes del fútbol de “HUGOL”, el goleador del torneo.
 
Medellín tiene sólidas bases tácticas en su funcionamiento. A su sistema de juego preferido le ha dado continuidad, con tres delanteros definidos, a pesar del relevo, como alternativa, de jugadores destacados. Lo que los puristas llaman rotación.
 
 Francisco Chaverra, es el de mostrar, sin descartar a los restantes, fajadores y “jugones”.
 
Alejandro Restrepo es el mejor entrenador activo de la actualidad en nuestro medio.
 
Sus ideas son argumentadas lo que hace de su equipo un sólido colectivo, especialmente en el uso de la pelota para atacar, con bandas veloces. Pero afronta el problema de no saber definir la proporción de sus llegadas.
 
Ambos equipos son permeables en el tercio defensivo. Los espacios laterales del Medellín son frágiles en marca, mientras los centrales de santa fe son un dolor de cabeza por la lentitud de los movimientos.
 
Final intensa, de dos equipos con estilos definidos. Con procesos diferentes. El local de largo alcance y el visitante siempre en estado de emergencia.

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