Por Claudio Ochoa

Según la RAE, tolerancia es “respeto por las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias”. También significa “reconocimiento de inmunidad política para quienes profesan religiones distintas de la admitida oficialmente”.

En el mundo, las discrepancias religiosas y políticas siguen alimentando la guerra,  y bien lo están haciendo los Emiratos Árabes Unidos al declarar 2019 como su “Año de la Tolerancia”. Un país que viene dando pasos, en medio de sus problemas y lunares, como en cualquier otro Estado, hacia el logro de la meta felicidad y paz.

En 2015 EAU creó Sawab, una organización para tratar de calmar las ideologías violentas.  2016 Abu Dhabi (el más grande de los Emiratos que constituyen los EAU) promovió un ministerio para la Tolerancia y en 2017 instauró el Instituto Internacional de la Tolerancia (IIT). A mediados de noviembre de 2018 EAU realizó la Cumbre Mundial de la Tolerancia.

Zayed Bin Sultan Al Nahyan, fundador de Emiratos Árabes Unidos.

El propósito central es promover un modelo de islam tolerante y una sociedad abierta al exterior. Con base en esto, los EAU ya tienen un Programa Nacional de Tolerancia y un Comité de Tolerancia, que desarrolla actividades y legislación sobre el tema, con miras a que cada vez sea más fuerte la convivencia pacífica en su seno, y más allá de él.

El “Año de la Tolerancia” tiene estos fundamentos:

.- Promoción de la tolerancia entre las familias y  las comunidades.

.- Tolerancia en la educación.

.- Tolerancia en el lugar de trabajo, mediante programas educativos que destaquen la igualdad de oportunidades para todos.

.- Tolerancia cultural. Tolerancia en la promoción del diálogo entre culturas.

.- Desarrollo de políticas y de una legislación que garanticen unos valores sostenidos de tolerancia, incluyendo una ley sobre multiculturalismo.

.- El uso de medios tradicionales y de redes sociales para promover el mensaje de tolerancia y convivencia de los EAU.

Las iniciativas se concentran en colegios y universidades, en un país estable y seguro. Según la OCDE, Emiratos Árabes Unidos es el exportador número 25 en el mundo, en 2016 sus exportaciones sumaron $ 174.000 millones de dólares e importó $ 196.000 millones de dólares, resultado un saldo comercial negativo de $ 22.000 millones. Su PIB de 2016  totalizó $ 348.000 millones de dólares,  y su PIB per cápita llegó a  $ 72.400 dólares.

En este país conviven más de 200 nacionalidades. El reto, entonces, es lograr y promover un islam tolerante, como cabeza de lo prioritario. No tolerancia con la violencia ni con el delito, claro está. «La felicidad no es sólo un deseo piadoso en nuestro país. Habrá planes, proyectos, programas e indicadores. Formará parte del trabajo de todos los ministerios», afirmó recientemente  el primer ministro de los Emiratos, el jeque Mohamed Ben Rashed Al Maktum.

Fiel a su meta, los EAU invitaron al Papa Francisco I,  como gran paso para impulsar el diálogo interreligioso. El Santo Padre estará allí entre el 3 y el 5 de febrero entrante.

Vista de Abu Dhabi.

La falta de tolerancia y de diálogo ha llevado al fenómeno “polarización” en numerosos países, entre ellos buena parte de los latinoamericanos, estancados en el debate permanente sobre las extremas izquierda y derecha. Odio y violencia, destrucción en medio del subdesarrollo. Desde 1997, cada 16 de noviembre la ONU conmemora un Día Internacional para la Tolerancia. De ahí no ha pasado el tema, si acaso por un día, y poco más.  Emiratos Árabes Unidos, surge como capital de la coexistencia. Buen ejemplo que ojalá siga una mayoría que en el mundo está polarizada en materia política y religiosa.


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