En una casa ordenada no hay magia que valga: existe un sistema de organización que cada familia debe adaptar a su espacio y necesidades. Pía Nieto, organizadora profesional, nos echa una mano para lograr un hogar en orden. ¿Empezamos por los armarios?

Por Margarita García https://www.revistamision.com/

Antes de empezar…
1. Ten en cuenta el tiempo del que dispones.
2. Saca la ropa, clasifica por montones, aprovecha y limpia hasta la barra de colgar y los cajones.
3. Selecciona y sanea: tira, dona o recicla… ¡en el mismo día!
4. Coloca las cosas de un modo realista, según frecuencia de uso. Recuerda que lo que está más allá de 30 cm no se ve, por lo tanto, no se usa.
5. Sé disciplinado: cada cosa debe volver siempre a su sitio.

Cambio de armario, ¿recomendable?
Todo dependerá del espacio que tengas. Tener todo a la vista facilita mucho la vida, pero puede impedirte hacer limpieza y criba cada temporada. En cuanto a las prendas por armario, hay que pararse a pensar qué tipo de vida llevo y qué necesito de verdad. Tener algún capricho es normal y nos gusta, pero no debe ser la norma habitual porque supone un gasto innecesario, problemas de espacio y desorden. No olvidemos que el desorden afecta profundamente a la persona y al resto de la familia.

Doblado vertical
Cada prenda requiere un modo de guardar diferente y mucho sentido común. Este sistema de almacenaje consiste en doblar la prenda de forma que se sujete sola en vertical, y es apropiado para ropa interior y calcetines, así como camisetas y ropa de punto. No es aconsejable doblar en vertical prendas como vestidos, cazadoras, americanas, camisas y, en general, la ropa más delicada (que no significa que sea la más cara). El doblado en vertical aprovecha espacio, pero si tienes mucho espacio y poca ropa, a no ser que uses separadores, este modo no es el mejor, ya que la ropa se desdobla y cae.

¿Pañuelos, ropa interior?
Nieto desaconseja hacer rollos; en todo caso, hay que pasarse al sistema de doblado en vertical, porque los rollos arrugan y estropean la ropa. Para prendas más pequeñas, como todo lo que es pequeño y está dentro de un subconcepto, la clave es agrupar. Después, estudiar el espacio para sacarle partido, y la forma que tiene la ropa. Por ejemplo, los guantes puedes ponerlos en una caja rectangular en vertical, para verlos bien; las bufandas, dobladas en vertical; con los pañuelos de seda y similares, apilarlos de modo escalonado para que no se formen marcas. Sin embargo, los fulares de verano se enrollan como caracolas y quedan genial, además de ocupar muy poco. Las medias por colores y tipos, separadas como te guste: por ejemplo, medias y calcetines, y luego por colores; así eliges rápido con un solo golpe de vista.

Perchas
“Para mí son claves las perchas. Cuando hay poco espacio, seleccionar un buen modelo es vital. Y no solo eso; hay prendas (abrigos, cazadoras y americanas de hombre) que necesitan un tipo de percha más sólida y grande; otras prendas como faldas y pantalones requieren de perchas con pinza y colocarlas de modo que no marquen la ropa”.

Ropa de niños
Es recomendable sobreponer la ropa de bebé que sea delicada, y doblarla si la usamos a diario. Si es pequeña y se maneja bien, sin enrollar. Los pijamas de niños se doblan en vertical, y si son mayores, mejor doblarlos en horizontal y apilarlos en el cajón, porque así ocupan menos. En los armarios de los niños todo tiene que estar a su altura y ser muy accesible. Pon la barra a su altura, cajones y estanterías con todo a la vista, y ganchos en la pared para que puedan colgar su ropa. Los zapatos, en la parte de abajo, sin barreras, al menos cuando son muy pequeños, porque no los ven. Según crecen, hay que adaptar el armario y la habitación. Respecto al modo de doblar cuando son muy pequeños, es mejor que la ropa esté apilada; y conforme van creciendo, podremos enseñarles a doblar en vertical.

Idea madre: ten menos de todo
“Es una reflexión vital, porque estamos hipnotizados por un consumismo que nos atonta y arruina. Y lo peor es que no podemos disfrutar de todo lo que tenemos. Con esto en mente, y dado que nos ponemos solo lo que nos resulta más cómodo y práctico, procura que los zapatos estén fuera del armario (para evitar olores). Los bolsos, en estanterías o cajas unos dentro de otros, pero a la vista; las mochilas y bolsos con asa larga, mejor colgados en ganchos en la pared, no en el armario. La bisutería, si tienes espacio, en organizadores metidos en cajones en plano para verlos; también puedes usar cajas transparentes para anillos, pendientes o broches. Los collares, colgados en organizadores y clasificados; ordenarlos ayuda a descartar. Para complementos de pelo usa bandejas con borde para que los puedas usar y ver. Las pinturas, mejor en organizadores y botes para lápices, pinceles… Las cremas, alineadas con las etiquetas al frente”.

“UN CONSEJO PARA SER ORDENADO: TEN SOLO LO QUE USAS; NO ERES UNA TIENDA”.

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