Por Gabriel Ortiz

De la noche a la mañana, el presidente Petro soltó sus principios democráticos juveniles, tal vez con el ánimo de fortalecer la reforma constitucional que quiere sacar adelante, acudiendo a ilusionismos, ardides y manipulaciones difíciles de entender.

Su primer anuncio obedeció a lo que considera estratagemas de la oposición, para impedirle gobernar. Se sintió con pleno derecho a acudir, a cuanto fuese menester, para evadir los obstáculos de sus adversarios que consideraba, un freno para el cambio que ofreció durante la campaña electoral.

Desde entonces acude a lo que sea para evadir normas, para marchitar disposiciones y para moldear un gobierno de solo íntimos amigos, con marchas callejeras, movilizaciones indígenas, campesinas, grupos étnicos y demás aspirantes a ingresar y usufructuar los fondos destinados a cubrir los costos de citas, convocatorias, citas o gritos.

Ya el presidente ha maniobrado muy inteligente y maliciosamente, para borrar de su primeriza pizarra a quienes se dejaron seducir y engatusar con ministerios, altas posiciones y cambios verdaderos. Y, lo más grave: fueron reemplazados por personajes ineptos, impreparados y no muy alejados de la corrupción.

Tenemos un mandatario “de todos los colombianos”, que cada vez se aleja más de quienes se presentaron a las urnas.

Se ha rodeado de seguidores que solo aspiran a echar mano a organismos, entidades, posiciones y cuanto puesto existe, sin mostrar suficiencia o malicia para desempeñar cargo alguno.

Entidades como Ecopetrol, van rumbo al fracaso, como sucedió en el país vecino con Petróleos de Venezuela S.A., PDVSA. Sin dudarlo, manipuló una asamblea para configurar una junta directiva del bolsillo de su gobierno, sin importarle lo que pueda ocurrir con los fondos de la Caja Menor del Estado.

Dineros van y dineros vienen de entidades gubernamentales que van siendo asumidas por los intocables y amanuenses del presidente, mientras el país entero ve con horror como se acercan la recesión, el desempleo, la pobreza y el hambre, la inseguridad, la pornografía infantil y tantas corruptelas más.

La expropiación, disfrazada de intervención, ingresó al gobierno Petro. Así actuó con Colsanitas, entidad que primero fue sofocada económicamente por el “vengador” ministro Jaramillo, quien con su superintendente se apoderó de las directivas y toda su organización, dejando a los afiliados atónitos. Eso mismo hará con otras EPS. Esa confiscación sigue su marcha con los cafeteros, a quienes arrebatará la Federación y los dineros del Fondo Nacional del Café.

Petro quiere ganar, como sea los cabildos abiertos, para derrotar al Congreso y a las Cortes, eligiendo su anhelada reforma constitucional.

Las reyertas y altercados de Petro copan todos los escenarios. Insulta a sus colegas de otras naciones y forma tolda aparte con organismos internacionales que buscan serenidad mundial.

La paz total está frenada: Cada vez aparecen nuevos grupos guerrilleros en las zonas con alto al fuego. El ELN, no aporta nada al anhelo de los colombianos, “mordisco”, debería denominarse “burlisco”, el Golfo ni fu, ni fa.

En esas estamos y no sabemos hasta cuándo.

BLANCO: El congreso negó la Reforma a la Salud. Dura derrota para Petro y sus expropiaciones y su afán constituyente.

NEGRO: Venezuela no conocerá elecciones libres este año. Continuará el dictador.   

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