Por Ing. Jaime Fernando Rodríguez Rocha   jaime.fdo.rodriguez.r@gmail.com

Toda idea, sueño, intención, acción, decisión, propósito etc.  etc. nace o se origina en nuestra mente. A ella podríamos definirla como una función del cerebro que se encarga de organizar pensamientos, alinearlos con la conducta y guiarlos o enfocarlos hacia objetivos determinados, los cuales posteriormente producen experiencias o resultados basados en la acción y ejecución de estos.

De manera general, en lo que pensamos es en las rutinas que tenemos a diario y que nos consumen gran parte del tiempo, muchos recursos y no nos permite optimizar esa gran capacidad de análisis, disfrute, reflexión y establecimiento de parámetros de referencia para comparar opciones o circunstancias para obtener un mejor vivir, un mejor pasar propio y ajeno y finalmente tener la posibilidad de ser felices y realizados.

Creo que se subutilizan las capacidades mentales que tenemos al no ser conscientes de ello.

Esta capacidad que tienen las personas de crear y conformar ideas y representaciones de realidades, u otras aún inexistentes pero posibles en la mente y ejecutar un relacionamiento entre unas y otras es lo que podría definirse como los pensamientos.

Son tan amplios, variados y diversos, en cada persona, que podríamos imaginar que son infinitos. Es un proceso de cognición consciente e inconsciente de procesamiento de información a partir de la percepción, el conocimiento adquirido y de la apropiación de características subjetivas que permiten su valoración y posterior aplicación.

Es el pensamiento significativo lo que se busca lograr en los procesos formales del mismo, por llamarlo de alguna forma, y para esto se requiere formular y tener claros sus propósitos los cuales se pueden construir mediante una clasificación u orden de preguntas, niveles y acciones empezando por: 1.- El qué, lo cual implica conocer, informarse y adquirir conocimiento sobre el tema u objeto en cuestión. 2.- El cómo, poder entender y comprender ese conocimiento para saber cómo emplearlo en situaciones conocidas o hipotéticas. 3.- El para qué, aplicándolo en situaciones nuevas y vigentes mediante procesos inductivos y deductivos y poder tener y aplicar así, una solución real. 4.- El análisis, donde se identifican patrones de coincidencia y se reorganiza el conocimiento. 5.- Todo lo anterior permite efectuar una síntesis que crea y recrea, a través de los elementos adquiridos e integrados, permitiendo diseñar, construir y adaptar su contexto. 6.- Por último y como máxima habilidad de la mente al crear pensamientos, podemos evaluar lo logrado y efectuar cambios y ajustes que consideremos pertinentes, a través de juicios de valor y así valorar, reconocer y hacer juicios en la realidad.

En general esta es la forma como podríamos efectuar un proceso de pensamiento organizado de manera formal para satisfacer una necesidad, una oportunidad o solucionar un problema.

La informal es aquella en la cual decidimos con lo que primero se nos ocurre, nos digan, o se presente y en la mayoría de los casos, cuando obramos emocionalmente. Para evitar estas circunstancias “Tómese su tiempo y piénselo” o “Piénselo con la almohada”. Es fundamental tener una concentración, claridad y enfoque cuando requerimos pensar sobre algo específico que implique una decisión para luego alcanzar algún objetivo fijado. 

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La especialización, estudio, análisis e investigación sobre la mente ha permitido identificar varios tipos de pensamiento todos ellos buscando una solución a un problema, reto u oportunidad mediante preceptos y métodos que lo permitan. Los principales tipos de pensamiento son: 1.- Pensamiento deductivo: parte de afirmaciones e ideas abstractas para ser aplicadas a casos particulares. 2.- Pensamiento inductivo: se basa en casos particulares para generar ideas o soluciones generales. 3.- Pensamiento analítico: basado en una amplia información y se llega a conclusiones viendo el modo como se interactúa entre ellas. 4.- Pensamiento lateral o creativo: crea soluciones nuevas, originales y únicas a problemas u oportunidades mediante el cuestionamiento de las formas y normas que parecían evidentes y únicas. 5.- Pensamiento suave: utiliza conceptos con límites difusos y poco claros. 6.- Pensamiento duro: utiliza conceptos lo más definidos posibles. 7.- Pensamiento divergente: se establecen conceptos en varios aspectos de una misma idea y se explora a partir de estas. 8.- Pensamiento convergente: proceso por el cual, varios hechos que parecían no tener algo en común, finalmente convergen y encajan entre sí.

Con el tiempo, nuevas teorías, inventos, tecnologías y necesidades se tienden a especializar, o subespecializarse, y a enfocar la forma de pensar y así los pensamientos surgen de una manera más focalizada y específica. Es así, así como se habla de pensamiento computacional, pensamiento de diseño, pensamiento estratégico, pensamiento sistémico etc., pero siempre enfocando nuestra mente hacia la solución y aprovechamiento de una oportunidad, problema o satisfacción humana. En futuros artículos hablaremos sobre ellos y su importancia para nuestro día.

La mente es tan maravillosa que podemos enfocarnos a actuar en determinados temas, incluso en aquellos que aún no existen, pero que al imaginarlos se da comienzo a su realización y logro.

Y una pregunta para terminar ¿Cuánto tiempo del día dedica usted a pensar?

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