“No tener una distribución equitativa de las vacunas no es sólo cuestión de ser inmoral, también es cuestión de ser estúpido”, aseveró el secretario general, António Guterres.

En línea con las declaraciones de Guterres, el director general de la Organización Mundial de la Salud se refirió al rápido desarrollo y aprobación de las vacunas como una cúspide en la historia de la medicina, “pero ahora debemos usarla con eficiencia”, añadió.

“Sin embargo, hoy estamos al borde del fracaso, que ocurrirá si las vacunas no están disponibles de inmediato para todos los países”, alertó Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Sus declaraciones se dieron durante la presentación de la ONU de la Estrategia Global de Vacunación para alcanzar al 40% de la población a fin de año y calcular que el 70 % se logre en junio del 2022.

“Este plan de acción detallado, elaborado por la Organización Mundial de la Salud, está diseñado para que las vacunas lleguen a los brazos del 40% de las personas en todos los países para fines de este año y del 70% a mediados de 2022. Se basa en un análisis científico exhaustivo de la evolución de la pandemia, la efectividad de las vacunas, el costo de adquirirlas y entregarlas, y la oferta y la demanda global”, especificó António Guterres en una conferencia de prensa conjunta con el director general de la OMS.

Guterres aseguró que el intercambio de dosis, la transferencia de tecnología y otras acciones prioritarias pueden reducir las muertes, minimizar el sufrimiento, evitar el desbordamiento de los sistemas de salud, permitir la reanudación de las actividades sociales y económicas, y reducir el riesgo de nuevas variantes peligrosas.

Los Estados tienen la última palabra

“Depende de los Estados miembros hacer su parte, unirse y hacer todo lo que sea necesario para que esta estrategia tenga éxito”, dijo, recordando que la respuesta a sus llamados a una acción mundial orquestada para una distribución justa de las vacunas fue el acaparamiento y las políticas nacionalistas de vacunación.

El titular de la ONU lamentó que el liderazgo y el poder no estén alineados en la lucha contra el COVID-19.

“La OMS, todo el sistema de la ONU, ha mostrado liderazgo, pero no tenemos poder. No tenemos poder para obligar a las empresas a otorgar licencias o para hacer que los países dispensen los derechos de propiedad intelectual. No podemos obligar a los países a organizar sus programas de vacunación teniendo en cuenta los de otras naciones. Es decir, el poder está en los países que producen vacunas, o podrían producirlas, y en las empresas”, recalcó.

OMS/Nadege Mazars. Una mujer recibe la vacuna contra el COVID-19 en la comunidad indígena de Concordia, Colombia.

Meta asequible

 Argumentó que, con la actual producción de vacunas de casi 1500 millones de dosis por mes, el mundo puede alcanzar la meta del 40% para fin de año si logra movilizar unos 8000 millones de dólares dedicados a garantizar que la distribución sea equitativa.

“Porque fundamentalmente, el éxito de este plan requiere una distribución equitativa. Sin un enfoque coordinado y equitativo, la reducción de casos en cualquier país no se mantendrá en el tiempo”, advirtió Guterres y urgió a todos los actores internacionales a poner su parte para concretar la Estrategia.

Datos de terror

Encomió que un tercio de la población mundial haya recibido el esquema completo de vacunación, “pero esos números causan horror en términos de equidad ya que los países de renta alta y media alta han usado el 75% de las vacunas producidas a la fecha mientras que los países de ingresos bajos han recibido menos del 1% de las inmunizaciones”, añadió y citó que, en África, la población vacunada no llega al 5%.

Tedros informó también que los países que no han vacunado al 10% de su población suman 56.

No obstante, puntualizó, “tenemos las herramientas para controlar la pandemia si las usamos y distribuimos de manera justa. (…) No es un problema de suministros suficientes, sino de asignación equitativa”, insistió y sostuvo que conseguir el objetivo de Estrategia en 2022 ayudaría a avanzar hacia la inmunidad mundial.

Parte de la Estrategia se apoya en la transferencia de conocimientos y tecnología para la fabricación de vacunas en todos los países que tengan la capacidad de producirlas, lo que requeriría compartir la propiedad intelectual, relajando las patentes.

Si no es ahora, ¿cuándo?

En este sentido, Tedros señaló que la exención de patentes contemplada en el comercio internacional se diseñó para situaciones de emergencia como la que atraviesa ahora el mundo.

“Esta pandemia no tiene precedentes. No podemos decir que esta situación grave e inaudita es sólo una `emergencia´. (…) La pregunta es: si no podemos usar la exención ahora, en esta situación sin precedentes, ¿cuándo podemos usar la dispensa de patentes o de propiedad intelectual? ¿para qué existe si no se va a aplicar en momentos como este? Los fabricantes y los gobiernos deben hacerse esta pregunta”, enfatizó el dirigente de la OMS.

Abundó que hasta ahora la excusa ha sido que esa exención no puede funcionar sin la transferencia de tecnología, “pero quienes tienen el conocimiento pueden migrar para aplicarlo en otros lugares y dar apoyo para producir en tantos lugares como se pueda si eso se legaliza”, acotó.

Tedros aclaró que esto no supondría una medida dirigida contra el sector privado, por el contrario, sostuvo destacando y agradeciendo el papel clave de las farmacéuticas en el desarrollo de las vacunas.

Consideró que para lograr las exenciones los gobiernos podrían dar incentivos a los fabricantes.

(GRS-Prensa).

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