Por Eduardo Frontado Sánchez

Mucho se ha hablado sobre el término «discapacidad», y hasta la fecha no parece haber un acuerdo universal sobre su significado. Desde mi perspectiva, la palabra «discapacidad» o «personas con discapacidad» resulta peyorativa, ya que conlleva la idea de una disminución de capacidades, algo que en realidad no es aplicable a ninguna persona en el mundo, gracias a lo que se conoce como la «ley de la compensación».

En una sociedad que valora la inmediatez y la tecnología, es esencial educarnos en el uso adecuado de la terminología al referirnos a las personas. Esto debería ser una prioridad antes de hablar de palabras como «inclusión» y «diversidad» sin comprender realmente su significado. Es urgente comprender el verdadero significado de la humanidad y la educación para convivir en la sociedad actual. La combinación de ambos términos nos permitirá ser más empáticos y comprender las necesidades de cada individuo.

Mi misión de vida es alzar la voz por todas las personas a las que se les etiqueta como «discapacitadas». Quiero que la sociedad entienda que, en lugar de ser personas con capacidades disminuidas, todos tenemos derecho a la ley de la compensación y a lo que yo denomino «cualidades distintas». Para lograrlo, debemos enfocarnos en una comunicación respetuosa y evitar los prejuicios hacia los demás, ya que estos prejuicios condicionan y limitan nuestra visión de la vida y nuestro propósito en ella.

Una comunicación adecuada no nos hace menos, al contrario, como sociedad, deberíamos sentir la urgente necesidad de considerar el significado de cada palabra que usamos y cómo la utilizamos, ya que esto puede ser determinante en nuestra vida y en nuestra interacción en la sociedad. Es imperativo eliminar términos prejuiciosos como «mochos», «discapacitados» o «inválidos». En lugar de ayudar, estos términos hieren a personas que tienen tanto valor como cualquiera de nosotros y que tienen el derecho de interactuar plenamente en la sociedad.

Creo firmemente en que la forma adecuada de referirnos a personas que pueden no encajar en los estándares tradicionales de la sociedad, pero que tienen mucho que aportar, debería ser «personas con cualidades distintas». Esta expresión refleja no solo la capacidad de realizar un trabajo específico, sino también la capacidad de ofrecer soluciones desde una perspectiva más humana y directa.

No debemos olvidar que la comunicación y el comportamiento de la sociedad actual son factores determinantes para la educación y el cambio de perspectiva de los seres humanos frente a los desafíos del mundo actual. Es esencial recordar que una discapacidad no te define ni te limita, simplemente te acompaña. Este concepto es fundamental cuando has vivido en un entorno que no te ha condicionado, sino que te ha dado las alas necesarias para volar tan alto como tus sueños lo permitan.

Recordemos que lo que nos hace humanos es lo que nos identifica, pero lo que nos hace únicos es lo que nos une. Podremos generar un cambio significativo como sociedad el día en que nos eduquemos y seamos capaces de abrazar las diferencias como se merecen.

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