Por Guillermo Romero Salamanca

Hace unos 30 años, Robertulio Palomino, conocido como «El negro Palomina» se despachaba en sus presentaciones con historias de habitantes de Guachené y Puerto Tejada. Con su voz ronca contaba chistes de negros de esa región, quizá porque allí el 99 por ciento son afros, e incluso les ponía grados a su melanina.

Contaba sus chirigotas en sus espectáculos que hacía en el país, e incluso, en sus presentaciones en Estados Unidos y era un invitado habitual del programa “Sábados Felices”.

Panorámica de Guachené. Foto Alcaldía municipal.

Le parecía genial su actuación y se podrían reír muchas personas de sus historias, pero para los habitantes del norte del Cauca no eran tan graciosos sus cuentecitos y se convertían en una verdadera pesadilla. Incluso, un día al dueño de la famosa caseta “La Tremenda”, don Pascual Balanta, se le ocurrió llegar como “show central” a Palomino a Puerto Tejada. El animador no terminaba de dar su bienvenida cuando una lluvia de piedras y botellas pusieron en carrera a Rubertulio.

Cuando el humorista quiso dar explicaciones, la gente le pidió que los respetara y que no volviera a mencionarlos en sus espectáculos. Poco tiempo después, a la edad de 49 años, el negro Palomino jamás volvió a molestarlos porque se fue a contar sus historias al cielo.

Guachené limita con el norte con Padilla y Puerto Tejada, por el sur y oriente con Caloto y por el occidente con Villa Rica.

Hasta hace 12 años, Guachené logró su independencia y se convirtió en el municipio 42 del Cauca, al lograr su separación de Caloto.

Los primeros africanos fueron traídos como esclavos en 1546 para sembrar caña, algodón y porque eran los únicos para afrontar las altas temperaturas de la región. Son 500 años de cultivos y de trabajo en la región.

Guachené está rodeado de caña de azúcar por todos sus costados y lo refresca el río Palo, de donde se extrae la arena y balastro para las construcciones de residencias de Cali. Cuenta con unos 20 mil habitantes y está localizado a unos 45 minutos de Santiago de Cali.

Yerry Mina, familiares y amigos de Guachené. Foto: Héctor Fabio Gruesso.

Gracias a las gestiones de diversos grupos de líderes guacheneceños, en diciembre del 2006 obtuvieron la calidad de municipio y ese día le mostraron al mundo sus símbolos patrios, con un escudo que tiene una hacienda colonia, una mano empuñada, un tambor y una imagen del río Palo.

Izaron la bandera con tres franjas. Una negra –que simboliza la etnia de ascendencia africana y el auto reconocimiento del derecho al territorio–, una amarilla –que evoca la vida con dignidad de sus hombres y mujeres, producto de la relación armónica con el medio, el trabajo, la riqueza del territorio y la fertilidad del suelo– y verde, que les recuerda la diversidad natural del territorio.

Y desde luego, un himno que habla de Tierra de negros valientes, Aquí hay manos que siembran la paz, Mordiendo el polvo y el fango, Luz brilla para usted ya”.

El mundo entero oyó en este Mundial de Fútbol, por las proezas de tres grandes de la región: Davinson Sánchez de Caloto, Cristian Zapata de Padilla y el gran Yerry Mina, autor de tres goles y actual defensor del Barcelona de España.

Los colombianos que salieron a recibir a la Selección Colombia les aplaudieron a rabiar y quedaron afónicos de felicitarlos y cantarles vivas, pero pocos sabían dónde quedaba Guachené, la tierra de grandes personas y que ahora es el municipio más conocido del país por las magistrales jugadas de Yerry Mina, quien también tardes de gloria en el Estadio Nemesio Camacho “El Campín” con el gran equipo Santa Fe.



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