En 2020, año en que apareció la pandemia de Covid-19, comenzó a conocerse un concepto médico que, si bien ya había sido estudiado por la ciencia, poco se había hablado de él, se trata del Síndrome Visual Informático (SVI), que se produce por el incremento del tiempo de uso de dispositivos electrónicos, como pantallas de celular, tabletas, portátiles y equipos de PC.
De acuerdo con la Asociación Americana de Optometría, el SVI se define como “un grupo de problemas relacionados con la salud visual que aparecen por el uso prolongado de computadoras y teléfonos móviles”. Dentro de sus síntomas sobresalen: resequedad y fatiga en los ojos, visión borrosa, lagrimeo excesivo, diplopía o visión doble, dolor de cabeza, mayor sensibilidad a la luz solar y alteraciones en el cambio de enfoque del ojo (acomodación).
Para tener en cuenta. En 2023 el Digital Global Overview Report declaró que el promedio mundial de navegación diaria en internet es de 6 horas 37 minutos, pero solo en Colombia ese tiempo se incrementa hasta 9 horas. De hecho, un trabajador en una oficina mínimo está frente a una pantalla al menos 7 horas al día, lo que aumenta significativamente el riesgo de presentar este problema de salud.
Asimismo, la revista Brasilera de Medicina del Trabajo publicó un estudio en 2023 donde estima que aproximadamente el 12,4 % de los pacientes que acuden a consulta de optometría refieren síntomas visuales y oculares asociados con el uso de pantallas. Sin embargo, “la prevalencia de los síntomas visuales relacionados con el SVI es considerablemente más alta, alcanzando el 54,6 %.”, indica la investigación.
Factores de riesgo para tener en cuenta
De acuerdo con Lina Jaramillo, docente del programa de Optometría de Areandina, seccional Pereira, existen aspectos asociados a las características oculares de cada individuo como la acomodación del ojo (capacidad de enfoque), la convergencia, los defectos de refracción, el estado motor ocular y la película lagrimal, junto con cualquier alteración general de la salud o tratamiento farmacológico (uso de medicamentos) que pueda afectar la producción y calidad de la lágrima.
“Así mismo, existen los factores extrínsecos como las condiciones de iluminación, el brillo de pantallas, la presencia de aire acondicionado o ventiladores y la exposición prolongada a dispositivos electrónicos, así como la calidad de sus imágenes que pueden favorecer a la aparición de síntomas asociados con el SVI”, asegura la docente de Areandina.
En cuanto a las señales de alarma para tener en cuenta, sobresalen la fatiga visual, que se asocia con resequedad del ojo, visión borrosa y dolores de cabeza. “El Síndrome del Ojo Seco es otra consecuencia preocupante del uso excesivo de pantallas y puede generar disminución ya que se ha demostrado que se disminuye la frecuencia de parpadeo favoreciendo la evaporación de la lagrima y provocando incomodidad, irritación y sensación de arenilla. Este conjunto de molestias puede impactar negativamente en la calidad de vida y en la productividad diaria de las personas”, añade la docente de Areandina.
Otras afectaciones como los problemas acomodativos del ojo también son un tema para prestarle atención. “Se traducen en síntomas como visión borrosa, aparición de pseudomiopía (miopía falsa o aparente) y dificultades para enfocar de lejos al finalizar la jornada laboral o de estudio”, agrega Jaramillo.
Por último, y menos referido por los pacientes en consulta de optometría es el trastorno del sueño, ya que la influencia del estímulo luminoso percibido con el uso de los dispositivos electrónicos en las noches altera el ciclo de luz-oscuridad del que depende el ritmo circadiano.
En conclusión, es crucial tomar medidas para mitigar los efectos adversos en la salud visual por el exceso de pantallas. Si bien en la optometría existen ayudas ópticas para amortiguar la sintomatología, es recomendable seguir las sugerencias dadas por los profesionales de seguridad y salud en el trabajo como hacer pausas activas y controlar el tiempo y la distancia de un dispositivo electrónico.
Cuatro recomendaciones prácticas y sencillas para cuidar la visión
Primero, aplique la estrategia 20-20-20, lo que significa mirar a 20 pies de distancia durante al menos 20 segundos cada 20 minutos para descansar los ojos.
Segundo, haga ajustes ergonómicos en el espacio de trabajo y de estudio. Para esto es necesario controlar que la distancia al computador no sea menor a 40 centímetros, la altura de la pantalla y la iluminación ambiental con el propósito de reducir los reflejos de luz y mejorar el confort en el inmediato y mediano plazo.
Tercero, consulte con su especialista de la salud visual, este puede recomendarle que use lentes o gafas con filtro y/o realice ejercicios de terapia visual.
Cuarto, su profesional de salud visual deberá realizar un estudio de la película lagrimal, la superficie ocular, las alteraciones acomodativas, motoras e identificación del estado refractivo, que le permitirá idear un plan de manejo para mitigar la sintomatología del Síndrome Visual Informático.
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