Son varios los estudios que alertan de los posibles riesgos para la salud de estar mucho tiempo en esta posición
Las personas tenemos la costumbre de sentarnos con las piernas cruzadas, algo que puede parecer insignificante, pero varios estudios sugieren lo contrario, ya que podría suponer problemas para la salud. Esto es lo que sugiere el experto en anatomía Adam Taylor, quien ha señalado los riesgos para nuestra salud física y posibles lesiones que esto podría tener.
En un artículo recogido en «The Conversation», el experto explicó que en primer lugar, podría haber una desalineación de las caderas, los hombros y la columna. Para esto, se basa en un estudio de 2020 en el que se comparó a una treintena de pacientes con dolores en la zona lumbar frente a otros tantos sin dichos dolores, y además, también se reflejaba que sentarse cruzando las piernas puede provocar cambios en la longitud de los músculos y la disposición de los huesos de la pelvis, provocando a su vez desalineamientos.
Si bien es cierto que en algunas culturas el cruzar las piernas está más asociado a las mujeres debido a convenciones sociales, lo cierto es que en la gran mayoría de lugares del mundo esto es indiferente del género. En general, cruzar las piernas puede hacer que la pelvis se sienta más estable, ya que cambia el centro de gravedad y permite que el cuerpo se relaje. Asimismo, esta posición puede ayudar a disminuir la tensión en los músculos de la espalda baja y las caderas, especialmente si la postura inicial no es del todo cómoda.
Esto es lo que le pasa a tu cuerpo si pasas mucho tiempo sentado con las piernas cruzadas, según un experto
Pero nada más lejos de la realidad, si se mantiene la posición de las piernas cruzadas durante largos periodos, también puede reducir temporalmente el flujo sanguíneo en las piernas, causando hormigueo o entumecimiento. Taylor también habla de daños en el cuello o la zona lumbar, debido a que al sentarse con las piernas cruzadas uno de los lados queda más debilitado que el otro.
Algo más severo sería el posible riesgo de sufrir escoliosis, así como síndrome de dolor trocantérico mayor, sobre todo en aquellos que tienen trabajos sedentarios y pasan mucho tiempo sentados. Dicha dolencia, que suele remitir con unos días de reposo, se produce en la parte externa de la cadera.
Por último, sentarse con las piernas cruzadas puede aumentar la tensión arterial, ya que altera la velocidad de la sangre que circula por las piernas, aumentando el riesgo de la formación de coágulos. Y también hace que el corazón deba realizar un sobreesfuerzo para contrarrestar la acumulación de sangre en las venas.
Sentarse con las piernas cruzadas es, en gran medida, un hábito adquirido, cómodo para muchas personas. Pero se deben conocer los riesgo que supone, y asimismo, conviene alternar esta posición con otras si pasamos mucho tiempo sentados.
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