Picasso estudió en Madrid entre 1897 y 1899, entre sus 16 y 18 años, proveniente de la Escuela de Bellas Artes de Barcelona.

Su precocidad fue tan extraordinaria que con 15 años ya había pintado La primera Comunión, un lienzo realista, puramente académico, pero de una perfección inaudita para un primerizo. En la Academia se convirtió en un joven díscolo que se escapaba al Museo del Prado para aprender por su cuenta.

Hijo de un pintor frustrado

El padre de Picasso, José Ruiz y Blasco, dejó la pintura cuando vio el talento de su hijo ya de muy pequeño, a los ocho años, tras una corrida de toros en la que pintó El picador amarillo al óleo con un carácter pictórico insólito para su edad.

A pesar de su facilidad para el arte, Picasso nunca se conformó y buscó nuevos caminos en el arte a lo largo de su vida. Incluso negó que fuera un niño prodigio, como se le llamaba. «Lo que la gente percibe como genio prematuro es el genio de la infancia. No desaparece gradualmente a medida que envejece (…) Mis primeros dibujos nunca se han mostrado en una exposición de dibujos infantiles. Me faltaba la torpeza de un niño, su ingenuidad. He hecho dibujos académicos a la edad de siete años, con una precisión de la que me asusto», dijo.

Fue sospechoso del robo de la Gioconda

Esta es una anécdota conocida, que hay que saber. En agosto de 1911, la Mona Lisa de Da Vinci desapareció misteriosamente del Louvre sin dejar ni una pista. Por aquel entonces, Picasso estaba entusiasmado con el arte primitivo, y le había comprado unas estatuillas ibéricas a un aventurero belga, que las había sustraído del Louvre.

El despiste de la policía apuntó a Picasso y su amigo, el poeta Apollinaire, que fueron detenidos como sospechosos del robo de la Gioconda. Apollinaire pasó unos días en la cárcel, donde fue interrogado, sin nombrar a su amigo. Picasso, por el contrario, negó conocer a su amigo Apollinaire, y de esta manera le dejaron libre. Al final, el asunto se aclaró (el ladrón fue un operario del Museo) pero Picasso y Apollinaire dejaron de ser amigos.

El suicidio de un amigo cambió su forma de pintar

Cuando tenía 19 años viaja por primera vez a París. Conoce la efervescencia de la recién estrenada Ciudad de la Luz. Los artistas bohemios se cruzaban con los millones de visitantes que acudían a la descomunal Exposición Universal de 1900. Picasso estaba acompañado de su amigo de Barcelona Carlos Casagemas, también pintor.

Una noche, en el estudio del modernista Isidre Nonell, Casagemas conoció a una modelo llamada Germaine, por la que perdió la cabeza, sin que esta le correspondiera. Picasso intentó convencer a su amigo de que no merecía la pena deprimirse, e incluso se lo llevó unos días con él a Málaga. Pero al regresar a París, Casagemas intentó matar a Germaine con una pistola en el Café Hippodrome y, al no atreverse a hacerlo, se disparó a sí mismo acabando con su vida.

Picasso quedó tan conmocionado que dice que desde entonces cambió su pintura, iniciando su etapa conocida como Azul. Para el cuadro que pintó del entierro de Casagemas se inspiró en El entierro del Conde Orgaz, de El Greco.

Fue director del museo del prado durante la guerra

Unos meses antes del bombardeo de Guernica y de la ejecución de su famoso cuadro sobre este suceso, que se expondría en el pabellón español de la Exposición de París Internacional de 1937 en París, para reclamar la ayuda internacional hacia la causa republicana en la guerra civil española, Picasso fue nombrado director del Museo del Prado.

Lo que ocurre es que jamás llegó a ejercer este cargo, ya que la guerra la impidió tomar posesión del puesto, y de igual manera revocarlo, ya que estaba en el exilio en Francia. Así que el pintor bromeaba con esta anécdota, diciendo que seguía siendo director del Prado mientras no se dijese lo contrario.

Más del Guernica: El embajador de la Alemania, coleccionista de pintura contemporánea, fue al estudio de Picasso en el París ocupado por los nazis. Cuando el pintor le mostró una reproducción del Guernica, el alemán exclamó sorprendido: «Es lo mejor que ha hecho usted hasta ahora». Picasso respondió: «Se equivoca, esto lo han hecho ustedes».

Si llevas un suéter a rayas, eres artista

El reconocible suéter a rayas, o la camiseta a rayas, se convirtió en una de las prendas favoritas de Picasso, tal y como podemos ver en muchas fotos. Este diseño vistoso fue parte del uniforme oficial de los marineros de Bretaña desde mediados del siglo XIX, que de esta manera eran más fácilmente distinguibles si caían por la borda.

Coco Chanel se dio cuenta del atractivo de esta combinación de rayas, y se la apropió para sus diseños de moda en 1917. Las rayas azules debían medie un centímetro, y las blancas el doble. Muchas mujeres de clase alta y artistas la vistieron como un símbolo de rebeldía, ya que rompía todos los cánones de vestuario de la época. Desde entonces, el uniforme de los marineros bretones se convirtió también en un símbolo de transgresión inseparable de Picasso.

Por: César Suárez-elmundoalinstante.com

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